Desde que entregó la que evidentemente es su obra maestra, Boyhood (2014), una maravilla de casi tres horas que fue filmada a lo largo de una década y que se propuso retratar el crecimiento progresivo de Mason Evans Jr. (Ellar Coltrane), Richard Linklater ha venido arrastrando serios problemas para regresar a un nivel de calidad aceptable y ello en esencia tiene que ver con su carrera eternamente errática o más bien heterogénea y lúdica, capaz de abarcar una multiplicidad de regiones opuestas que incluyen el indie juvenil angustioso de It’s Impossible to Learn to Plow by Reading Books (1988), Slacker (1990), Dazed and Confused (1993), SubUrbia (1996), Everybody Wants Some!! (2016) y la misma Boyhood, la sutil trilogía existencialista del corazón de Before Sunrise (1995), Before Sunset (2004) y Before Midnight (2013), aquel mainstream bastante ecléctico y por encargo de The Newton Boys (1998), School of Rock (2003), Bad News Bears (2005), Me and Orson Welles (2008) y Last Flag Flying (2017), la animación experimental -casi siempre mediante la técnica del rotoscopiado- de Waking Life (2001), A Scanner Darkly (2006) y Apollo 10½: A Space Age Childhood (2022), el psicodrama de aislamiento de Tape (2001), ese inesperado cine de denuncia correspondiente a Fast Food Nation (2006) y los estudios irónicos de personajes de Bernie (2011), Where’d You Go, Bernadette (2019) y la flamante Cómplices del Engaño (Hit Man, 2023), ya dentro de una madurez creativa plena que explora los pros y los contras de cada construcción social, unas identidades a las que los sujetos adhieren sin cesar, y que de todos modos mantiene su obsesión de siempre para con los relatos raros o ciclotímicos.
Ahora bien, en lo referido a las mejores películas del señor y dejando de lado la única que realmente genera un consenso entre el público y la crítica, Boyhood, cada uno tendrá sus favoritas y descargará su desprecio más o menos abiertamente sobre el resto, no obstante las más interesantes a rasgos generales podrían resumirse en la independiente Dazed and Confused, la melómana adorable School of Rock, el alegato anti comida chatarra Fast Food Nation y la trilogía romántica para almas sensibles con Ethan Hawke y Julie Delpy, esa comenzada con Before Sunrise. La nueva faena del señor, Cómplices del Engaño, obra que en algunos mercados del planeta llegó a las salas tradicionales y en yanquilandia pasó casi directamente a Netflix, si la pensamos dentro de su rubro de los retratos de personajes algo mucho esperpénticos, no llega a ser tan insoportable como Where’d You Go, Bernadette pero tampoco atesora el misterio de la sinceramente desconcertante Bernie, por cierto una comedia negra protagonizada por un extraordinario Jack Black e inspirada en un artículo de 1998 de Skip Hollandsworth para la revista Texas Monthly acerca del asesinato de una millonaria, Marjorie “Margie” Nugent (Shirley MacLaine), por parte de su pareja, el Bernie Tiede del título (Black), en suma la misma fuente periodística y el mismo autor/ redactor que desencadenaron la película que nos ocupa a partir del derrotero de un tal Gary Johnson, profesor universitario que se desempeñó como agente encubierto para el Departamento de Policía de Nueva Orleans y condujo al arresto de más de 70 criminales, la mayoría de ellos pretendiendo contratar a un asesino a sueldo para cargarse a alguien de su círculo cercano.
Más allá del hecho de que Cómplices del Engaño es un típico producto de Linklater, con escenas dialogadas largas, una profundidad conceptual insólita para el cine estadounidense y la costumbre de girar en círculos sobre el mismo latiguillo retórico símil ese fetichismo propio del cine de autor, lo cierto es que constituye un trabajo a dúo porque fue co-escrita, co-producida y protagonizada por Glen Powell como Johnson, hasta este momento un actor secundario que acumulaba un par de décadas en las sombras y venía de una larga sociedad creativa con el realizador porque ya habían colaborado en Fast Food Nation, Everybody Wants Some!! y Apollo 10½: A Space Age Childhood, film simpático y autobiográfico que asimismo fue a parar a Netflix. Como siempre en el caso de Linklater, la trama en sí es minúscula y tiende a desaparecer en favor del desarrollo de personajes: Johnson en pantalla, de hecho, es un nerd y docente universitario que imparte clases de psicología y filosofía en la Universidad de Nueva Orleans y además tiene un trabajo de medio tiempo en la policía como especialista técnico en el arte de esconder cámaras, micrófonos y grabadoras en la ropa del agente Jasper (Austin Amelio), un tipo odioso al que suspendieron por golpear a unos chicos y por ello surge la posibilidad de que Gary ocupe su lugar como falso sicario en múltiples encuentros con posibles “clientes”, los cuales luego terminan arrestados salvo en el caso de Madison Figueroa Masters (Adria Arjona), una mujer que despierta el interés de Johnson y se convierte en su pareja a pesar del hecho de que pretendía matar a su esposo abusivo, Ray (Evan Holtzman), al cual eventualmente la ninfa asesina por creciente temor.
El director consigue actuaciones muy buenas de todo el elenco, logra una química brillante entre los geniales Powell y Arjona, vuelve a demostrar que escribe muy buenos diálogos cuando se lo propone y hasta nos regala un collage efímero -a modo de introducción del sicariato como motivo cinematográfico- de momentos bien agitados de This Gun for Hire (1942), de Frank Tuttle, Dial M for Murder (1954), de Alfred Hitchcock, The Hired Killer (Tecnica di un Omicidio, 1966), de Francesco Prosperi, The Good, the Bad and the Ugly (Il Buono, il Brutto, il Cattivo, 1966), de Sergio Leone, A Colt Is My Passport (Koruto wa ore no Pasupooto, 1967), de Takashi Nomura, la querida Branded to Kill (Koroshi no Rakuin, 1967), de Seijun Suzuki, The Mechanic (1972), de Michael Winner, e In Bruges (2008), de Martin McDonagh, sin embargo la propuesta derrapa en los inconvenientes tradicionales de gran parte de la producción artística del amigo Richard y sobre todo sus últimos opus, en esta ocasión primero un metraje demasiado inflado a raíz de cierta indecisión en materia del rumbo general, en la praxis coqueteando con la comedia policial ochentosa, la sátira social, el neo film noir y la farsa romántica, segundo una constante redundancia discursiva vía los soliloquios de Gary en la universidad, esos que nos aclaran una y otra vez que esta epopeya analiza las pasiones repentinas, la identidad, la osadía mundana, los cambios en la vida, el rol comunal del asesinato, las perspectivas individuales, la realidad polimorfa y el modelo psíquico freudiano, y tercero la inexistencia de un clímax verdadero que le dé un cierre a las cuatro líneas argumentales principales, nos referimos a este romance entre Johnson y Figueroa Masters, la amenaza del esposo celoso, el chantaje del que son objeto luego de su muerte por parte del oportunista Jasper y finalmente la esquizofrenia del protagonista, cuya vida como Gary se percibe como monótona y gris y cuya existencia como sicario -en este caso bajo el seudónimo de Ron- se asemeja a una construcción caricaturesca del séptimo arte, siempre mutable según las necesidades de cada cliente o espectador y la idea que éste tenga a priori del “asesino perfecto”. El público de corta edad es probable que no capte el sarcasmo de Linklater ya que el señor construye un basamento dramático para una mixtura potencial de screwball comedy y buddy movie, con escena de acción final incluida, pero después traiciona todas las expectativas y se contenta con un lienzo humanista muy light/ poco intenso que pretende reflexionar sobre la metamorfosis identitaria como bálsamo para todos los males, solución mentirosa de clase media como si el mundo exterior no impusiese su marco sobre la mayoría de los mortales, quienes poco y nada pueden hacer para cambiar su situación en la pirámide capitalista. Viéndola por lo que es, una comedia amena aunque olvidable, la odisea presenta en sociedad el talento semi oculto de Powell, no trasciende sus buenas intenciones y sirve como una oda sensata a esta efusividad en el amor y el trabajo…
Cómplices del Engaño (Hit Man, Estados Unidos, 2023)
Dirección: Richard Linklater. Guión: Richard Linklater y Glen Powell. Elenco: Glen Powell, Adria Arjona, Austin Amelio, Sanjay Rao, Marietta Sirleaf, Molly Bernard, Evan Holtzman, Gralen Bryant Banks, Mike Markoff, Bryant Carroll. Producción: Richard Linklater, Glen Powell, Jason Bateman, Mike Blizzard y Michael Costigan. Duración: 116 minutos.