Los Abandonos, de Russell Banks

Antes de morir

Por Martín Chiavarino

En la segunda mitad de la década del sesenta tuvo lugar en Estados Unidos una gran polémica acerca de la actitud de los jóvenes estadounidenses que huían a Canadá para no ser reclutados como carne de cañón para la Guerra de Vietnam. Leonard Fife, el protagonista de Los Abandonos (Foregone, 2021), fue uno de esos sesenta mil jóvenes que escapó de Estados Unidos para no ser reclutado. Con el tiempo mutó en un reconocido documentalista de izquierda y junto a su esposa se han convertido en artistas famosos dentro de los círculos culturales norteamericanos. Enfermo de cáncer, ya no le queda nada más por hacer antes de partir hacia otras latitudes. Desde finales de los sesenta se ha labrado una gran carrera en Canadá y una reputación en el ámbito del cine documental, por lo que su palabra tiene peso. Por ello, su discípulo Malcolm McLeod ha conseguido la financiación de la televisión canadiense para realizar una entrevista al maestro, en la que al borde de la muerte hable por última vez sobre su legado.

 

Pero Leonard ha dejado que un aura mítica se interponga entre él y la verdad, o al menos eso cree mientras su vida se le escurre, la medicación para reducir el dolor hace su efecto en su cuerpo y su mente y los recuerdos se entremezclan dejando solo una bruma sobre lo que antes eran sus memorias. Durante años todo el mundo ha creído que su primer documental, una denuncia del uso del herbicida y defoliante conocido como agente naranja en Gagetown, Canadá, antes de su utilización en Vietnam con la complicidad de ambos gobiernos de América del Norte, fue parte de su compromiso con las ideas pacifistas a las que se asocia su obra, pero Leonard tiene una confesión que hacerle a Emma con el equipo de su discípulo Malcolm y la cámara de Vincent, su camarógrafo, como testigos. Su primera obra fue en realidad un descubrimiento azaroso en medio de un retrato de su viaje por Canadá y su fuga de Estados Unidos tuvo más que ver con el hecho de escapar de su matrimonio y la paternidad. Para colmo sus recuerdos son confusos y parecen la alucinación de una persona enferma que pugna por hacer una ultima confesión sin sentido antes de partir, en lugar de las memorias de un lúcido intelectual de la contracultura.

 

En Los Abandonos Russell Banks construye un relato en segunda persona imponiendo una distancia entre el lector y el narrador presentando a un protagonista fuertemente medicado, en silla de ruedas, carcomido por el cáncer, que tiene una dolorosa remembranza sobre sus errores del pasado muy similar a una ilusión. A medida que Fife va revelándole a su esposa sus matrimonios y el abandono de sus familias anteriores, Malcolm va irritándose cada vez más, porque solo quiere hacer un documental sobre el Fife cineasta comprometido que conocen los círculos cinematográficos de izquierda, el que denunció la hipocresía y la corrupción del gobierno de Canadá, el que se ha convertido en un referente del cine de denuncia. Pero Fife solo quiere confesar su propia falsedad ante su esposa, Emma, con la cámara de Vincent y el resto del equipo como testigos. Malcolm intenta con esta entrevista generar su obra magna para consolidarse como el gran discípulo del maestro, pero Leonard tiene otros planes, discurriendo sobre una historia que hoy parece no tener sentido, perdida en la niebla de un pasado que se desvanece con la medicación y la aproximación de la muerte. Cuando el fin se acerca la posibilidad de conseguir la imagen más ansiada transforma la mirada de Malcolm y de todo el equipo.

 

Al igual que en toda su obra, Banks utiliza aquí un lenguaje directo para describir cómo es imposible distinguir entre lo que realmente pasó y lo que cada uno imagina y recuerda de los sucesos del pasado, en un contraste con el presente, siempre cargado por las intenciones de los distintos protagonistas que alteran lo que sucede a partir de sus ambiciones. En lugar de relatar su carrera como documentalista en Canadá luego de su deserción, Leonard Fife narra su pasado en Estados Unidos, su primera y segunda experiencia como marido y padre y sus huidas de aquellas vidas.

 

Al centrar la novela en los recuerdos poco confiables de Leonard Fife y en su caos mental, Banks deja un poco de lado al resto de los personajes, que se convierten en meros soportes de la desintegración del protagonista. Malcolm es un realizador cincuentón casado con Diana, una prometedora cineasta que ha conocido a su marido cuando estudiaba con Leonard y ha sacrificado su carrera para seguir a su esposo como productora de sus films. Ahora Malcolm engaña a Diana con Sloan, la sonidista. Poco se sabe de ellos, lo justo y necesario. Ni siquiera se sabe demasiado de Emma, la esposa de Leonard, ni tampoco de Vincent, el camarógrafo. Todos ellos son meros apéndices de los recuerdos de Fife.

 

Banks, escritor que supiera inspirar películas como El Dulce Porvenir (The Sweet Hereafter, 1997), de Atom Egoyan, y Días de Furia (Affliction, 1997) y Oh, Canadá (2024), ambas de Paul Schrader y esta última de hecho una adaptación del libro que nos ocupa, crea una novela sobre los recuerdos de una generación que desaparece, en la que la lectura de la obra iniciática de la generación beatnik, En el Camino (On the Road, 1957), de Jack Kerouac, se encuentra con un joven Robert Zimmerman alias Bob Dylan haciendo sus primeros pasos en los antros del folk, donde la Joan Báez que cuestionó la actitud de los desertores estadounidenses en el Mariposa Festival de Toronto, en 1969, se mezcla con el mundo intelectual de los sesenta en Vermont y los empresarios del talco del sur de Estados Unidos, distintos lugares representativos de las contradicciones de un país en constante ebullición.

 

Los Abandonos, una de las últimas novelas del prolífico y reconocido escritor norteamericano Russell Banks, fue publicada por una editorial con sede en México, Sexto Piso, con una traducción de Benito Gómez Ibáñez. El protagonista, Leonard Fife, es un personaje basado en el propio autor, que también intento huir hacia Cuba para unirse a la guerrilla de Fidel Castro y participó de las protestas por los derechos civiles y contra la Guerra de Vietnam junto a la organización Students for a Democratic Society, una de las principales estructuras políticas estudiantiles de la Nueva Izquierda norteamericana. Banks discute aquí sobre el rol de los refugiados y de la izquierda de su país en la década del sesenta, sus discípulos poco proclives a la aventura, las consecuencias de la Guerra de Vietnam y el legado de la obra magna de Kerouac, imágenes de un país que buscó su esencia en una utopía en lucha contra el conservadurismo, ofreciendo un réquiem para una odisea y un homenaje crítico a una generación que deja un sabor amargo aunque descubre nuevos horizontes para pensar la relación entre política, cine y cultura.

 

Los Abandonos, de Russell Banks, Sexto Piso, 2022.