La Música de John Williams (Music by John Williams)

Batuta conservadora

Por Emiliano Fernández

John Williams es uno de los compositores más polémicos de Hollywood porque así como generó algunos de los latiguillos más pomposos, reconocibles y por demás adictivos del acervo mainstream de fines del Siglo XX, asimismo resulta indudable que siempre fue un músico muy conservador que en sus comienzos durante las décadas del 60 y 70, cuando el grueso de sus colegas optaba por evitar la redundancia clasicista de las orquestas y/ o la música intrusiva de antaño, el señor de hecho reintrodujo tales recursos en las producciones más infladas de los grandes estudios, con Steven Spielberg y aquel primer George Lucas transformándose en sus socios fundamentales. Como el contexto histórico/ social/ artístico nunca permanece estable, a posteriori el asunto se invirtió de manera tajante porque a partir de los años 80 y 90 fue desapareciendo todo rastro de composiciones sinfónicas en el cine hollywoodense con vistas a su reemplazo por soundtracks más minimalistas y baratos, en síntesis una situación de metamorfosis de un estado de redundancia a un nuevo estado de redundancia aunque de distinto orden y a la larga tan aburrido y repetitivo como el anterior, lo que pone de manifiesto la mediocridad promedio de la música para películas en todo el globo y el carácter de “rarezas” de genios diversos de la talla de Ennio Morricone, Henry Mancini, Howard Shore, Tangerine Dream, Bernard Herrmann, Nino Rota y Evángelos Odysséas Papathanassíou alias Vangelis, entre otros que sí lograron destacarse por talento, pirotecnia, mantras varios y un mérito inconformista donde la calidad supera a la cantidad.

 

Entre los pros del otrora omnipresente Williams encontramos la complejidad de un buen número de sus piezas, su formación jazzera, la adaptabilidad de sus composiciones a los distintos géneros cinematográficos, la defensa de la orquesta en tiempos de abuso digital y/ o obsesión con la artificialidad creativa más perezosa y finalmente su impronta de artesano que supera por mucho el sustrato anodino y olvidable de la enorme mayoría de sus colegas componiendo soundtracks en el nuevo milenio, no obstante los contras del neoyorquino de 92 años también son varios y pasan por la grandilocuencia reincidente ad infinitum, ese tradicionalismo orquestal al que nos referíamos con anterioridad, el claro cansancio que despiertan sus canciones al escucharlas en secuencia y sobre todo la poca imaginación real que se mueve por detrás de dichas composiciones y sus arreglos, por cierto un trasfondo burdo casi siempre maquillado mediante esos latiguillos sentimentaloides que en algunas oportunidades funcionan relativamente bien -en otras ocasiones, no, para nada- y a su vez calzan perfecto con el relato estándar de directores como el citado Spielberg que hacen de la manipulación su credo y bandera. La Música de John Williams (Music by John Williams, 2024), documental expositivo dirigido por Laurent Bouzereau y financiado por el amigo Steven a través de Amblin Documentaries para el servicio de streaming Disney+, en el Hollywood actual equivale a una biopic oficial orientada a la celebración automática que deja de lado cualquier tipo de crítica o planteo alejado de la lisonja grosera en continuado.

 

Como corresponde a todo opus basado en estereotipos y en demagogia para el consumidor cultural menos exigente o quizás despreocupado de la heterogeneidad, la epopeya arranca narrándonos los entretelones de la primera colaboración de Williams y Spielberg, cuando este último lo llama para que componga la música incidental de The Sugarland Express (1974) después de escuchar lo hecho por nuestro retratado en ocasión de dos films de Mark Rydell, The Reivers (1969) y The Cowboys (1972), excusa dramática para retrotraernos al inicio de su vida y los detalles de su crianza dentro de una parentela de músicos encabezada por su padre baterista, Johnny Williams, quien se especializaba en jazz, trabajaba mucho para radio y cine y prácticamente obligó al jovenzuelo a consagrarse al piano. Así como su progenitor se había desempeñado como sesionista para Leonard Bernstein, George Duning y Morris Stoloff, Williams empezó en televisión y luego pasó al séptimo arte bajo el mando de Mancini y Herrmann pero también de Jerry Goldsmith, Alfred Newman, Franz Waxman y Elmer Bernstein, de hecho alcanzando una enorme notoriedad gracias a sus servicios para el Lucas de Star Wars (1977), el Richard Donner de Superman (1978) y aquel Spielberg de Jaws (1975), Close Encounters of the Third Kind (1977), Raiders of the Lost Ark (1981) y E.T. the Extra-Terrestrial (1982), sin olvidarnos de algunas propuestas tardías importantes como Home Alone (1990), de Chris Columbus, JFK (1991), de Oliver Stone, y el curioso díptico de Jurassic Park (1993) y Schindler’s List (1993), las dos de Steven, un fan rotundo.

 

A diferencia del documental anterior de Bouzereau de alto perfil, Faye (2024), odisea para HBO y Max centrada en una Faye Dunaway descontracturada y sin prurito verbal alguno a la hora de hablar de su trastorno bipolar y un alcoholismo de larga data, La Música de John Williams incluye testimonios algo ridículos como ese de Chris Martin, el líder imbécil de Coldplay, y no contextualiza casi nada en términos históricos ni baja a John del pedestal por un segundo, en general tratando de humanizarlo vía banalidades típicas de la vida de cualquier bípedo de mediados de la centuria pasada al presente -parejas, vástagos, adicción al trabajo, frustración, etc.- y posicionándolo durante el último acto como un clasicista muy prolífico que continúa creando de manera simple/ artesanal y defendiendo su “instrumento” preferido en materia de las bandas sonoras, la orquesta. Precisamente, bastante lejos de sus mejores trabajos previos, como Five Came Back (2017), Natalie Wood: What Remains Behind (2020) o la misma Faye, y más cerca de su catarata de documentales por encargo modelo “behind the scenes”, antiguo formato en el que lleva realizados cientos de cortos y mediometrajes, aquí Bouzereau se concentra en los éxitos más ñoños y melodramáticos de Williams, opta por no encarar comparaciones que puedan herir susceptibilidades debido a la pobreza intrínseca de Hollywood -casi no hay entrevistas a colegas millonarios, más allá de Alan Silvestri y Thomas Newman- y por sobre todas las cosas ensalza la capacidad de la música para conmover y atrapar al público desde el corazón, olvidando nuestro cerebro…

 

La Música de John Williams (Music by John Williams, Estados Unidos, 2024)

Dirección y Guión: Laurent Bouzereau. Elenco: John Williams, Steven Spielberg, George Lucas, Ron Howard, J.J. Abrams, Seth MacFarlane, James Mangold, Chris Columbus, Lawrence Kasdan, Chris Martin. Producción: Laurent Bouzereau, Steven Spielberg, Ron Howard, Frank Marshall, Kathleen Kennedy, Justin Wilkes, Meredith Kaulfers, Brian Grazer, Darryl Frank, Justin Falvey y Sara Bernstein. Duración: 105 minutos.

Puntaje: 5