Código: Traje Rojo (Red One)

Castigando a los niños malos

Por Emiliano Fernández

La Navidad y la figura de Santa Claus/ Papá Noel/ San Nicolás ha atravesado un extenso recorrido cinematográfico que nace en las primigenias It’s a Wonderful Life (1946), de Frank Capra, y Miracle on 34th Street (1947), obra de George Seaton, y pasa por clásicos infantiles ochentosos como A Christmas Story (1983), de Bob Clark, Santa Claus (1985), de Jeannot Szwarc, Scrooged (1988), de Richard Donner, National Lampoon’s Christmas Vacation (1989), de Jeremiah S. Chechik, y Home Alone (1990), de Chris Columbus, opus animados recientes como The Nightmare Before Christmas (1993), de Henry Selick, y el flojo díptico de The Polar Express (2004) y A Christmas Carol (2009), ambas de Robert Zemeckis, propuestas muy sarcásticas en línea con Gremlins (1984), de Joe Dante, Batman Returns (1992), de Tim Burton, Bad Santa (2003), de Terry Zwigoff, Rare Exports (2010), de Jalmari Helander, Violent Night (2022), de Tommy Wirkola, y The Holdovers (2023), gran joya de Alexander Payne, y el infaltable terror de Black Christmas (1974), también del amigo Clark, Christmas Evil (1980), de Lewis Jackson, Silent Night, Deadly Night (1984), de Charles E. Sellier Jr., y Krampus (2015), de Michael Dougherty, amén de la anomalía de acción Die Hard (1988), neoclásico de John McTiernan con Bruce Willis y Alan Rickman.

 

Ahora bien, la temática por supuesto está casi totalmente monopolizada por un Hollywood que en términos discursivos, históricos e incluso ideológicos siempre se ha debatido entre el sustrato sermoneador clasicista y el cinismo baladí posmoderno de oligofrénicos que ha caracterizado al mainstream desde los años 80 y 90, en simultáneo celebrando el altruismo y la humildad y vendiéndonos un consumismo bien burdo, así se ha ido acumulando una generosa dosis de basura variopinta que empieza con Santa Claus Conquers the Martians (1964), faena siempre hilarante de Nicholas Webster, y se extiende hasta bodrios de la talla de The Santa Clause (1994), de John Pasquin, Jingle All the Way (1996), de Brian Levant, How the Grinch Stole Christmas (2000), de Ron Howard, Elf (2003), opus de Jon Favreau, y Fatman (2020), de los hermanos Eshom e Ian Nelms, entre muchas otras atrocidades correspondientes a las festividades de fin de año. Código: Traje Rojo (Red One, 2024), de Jake Kasdan, constituye un nuevo agregado a la lista de películas fallidas, un trabajo muy aburrido y rutinario centrado en el secuestro del señor de rojo inventado por la Coca Cola (J.K. Simmons) por parte de una bruja, Grýla (Kiernan Shipka), con la intención de castigar con vehemencia a los niños malos y no simplemente evitar dejarles regalos en los arbolitos.

 

Con un tono militarizado/ policial/ fascistoide que sólo se le podría ocurrir a la lacra yanqui contemporánea, en esencia semejante al thriller chauvinista de acción o a la típica bazofia de superhéroes para tontitos que muestran con orgullo su pedazo de cerebro después de la lobotomía hollywoodense, el film se presenta como una buddy movie que precisamente no revive el formato en cuestión, por demás agotado, y gira en torno al esfuerzo en conjunto del hacker que facilitó el rapto de Santa Claus, Jack O’Malley (Chris Evans), y el encargado de seguridad del Polo Norte, Callum Drift (Dwayne Johnson alias The Rock), quien es obligado por su jefa, Zoe Harlow (Lucy Liu), a trabajar con el susodicho para compensar su desliz antes del reparto de regalos de Navidad. La película incluye un mínimo background para cada uno, O’Malley siendo un padre abandónico y Drift pretendiendo dejar su trabajo detrás por el comportamiento un tanto nefasto de la humanidad en el Siglo XXI, y satura la pantalla con una catarata ultra innecesaria de CGIs en ocasión de las diversas secuencias de acción, los “poderes” de Callum -como transformar juguetes en armas tácitas o cosillas reales- y las criaturas mitológicas en sintonía con el popurrí de las sagas emblemáticas de C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien, aquellas The Chronicles of Narnia y The Lord of the Rings.

 

La propuesta que nos ocupa acumula tantos problemas que hasta resulta penoso y/ o más bien deprimente enumerarlos: la duración es excesiva, los chistecitos jamás pasan de una mediocridad digna de la inteligencia artificial actual, las actuaciones de Johnson, Evans, Simmons y Kristofer Hivju como el hermano maloso de Papá Noel, Krampus, resultan desganadas o automatizadas, el ritmo del relato se asemeja al paso de una tortuga, la trama de Chris Morgan a partir de una idea original de Hiram García es lamentable, los instantes sentimentaloides dan vergüenza ajena, las “buenas intenciones” no dejan de contradecirse ni por un minuto -incluida una escena de tortura- y los diseños de personajes roban no sólo de las adaptaciones de Lewis y Tolkien sino también de The Dark Crystal (1982), de Jim Henson y Frank Oz, Hellboy (2004) y su secuela de 2008, las dos de Guillermo del Toro, e incluso de las traslaciones excrementicias de los libros excrementicios de Harry Potter, de J.K. Rowling. Kasdan, hijo de nada menos que el talentoso Lawrence Kasdan y responsable de engendros como Bad Teacher (2011) y Sex Tape (2014), por lo menos incluye algunas tetas y culos, a pesar de vender al opus como family friendly, y un dejo antiindividualista y anticodicia, si bien la colocación hipócrita de productos no ayuda demasiado al respecto…

 

Código: Traje Rojo (Red One, Estados Unidos/ Canadá, 2024)

Dirección: Jake Kasdan. Guión: Chris Morgan. Elenco: Dwayne Johnson, Chris Evans, Lucy Liu, J.K. Simmons, Kristofer Hivju, Kiernan Shipka, Bonnie Hunt, Mary Elizabeth Ellis, Wesley Kimmel, Nick Kroll. Producción: Jake Kasdan, Dwayne Johnson, Chris Morgan, Melvin Mar, Hiram García y Dany García. Duración: 123 minutos.

Puntaje: 2