Below

Conciencias sucias en las profundidades

Por Emiliano Fernández

Below (2002) no sólo es una de las mejores películas de submarinos sino también una de las pocas con un margen de acción tan vasto que engloba prácticamente todo lo que se puede hacer en términos cinematográficos/ dramáticos dentro de esos gigantescos tubos de hierro en géneros como el suspenso, el terror, el relato testimonial y el mismo cine bélico: el opus juega con estas cuatro comarcas ya que incluye la típica claustrofobia del navío (siempre bajo el peligro del hundimiento, la locura y esa presión que aplasta con enorme rapidez), la presencia de una entidad acechante del más allá (la tumba subacuática, de hecho, puede estar embrujada…), las penurias de siempre en cuanto al funcionamiento del barco (los problemas técnicos se van acumulando como si se tratase de cualquier otra tragedia cortesía de errores en diseño, construcción o manejo) y el mismo trasfondo militar que enmarca su esencia (su doble dimensión de arma y dispositivo de espionaje). Este film dirigido por David Twohy, un norteamericano conocido especialmente por la amena saga de Richard B. Riddick (Vin Diesel), está muy emparentado a los desarrollos poliformes y mutables de la siempre sorprendente La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone), aquella serie creada por el legendario Rod Serling, un sustrato que por cierto quiebra la lamentable unidimensionalidad de tantas propuestas de género de las últimas tres décadas.

 

El guión, cuya autoría recayó en el propio realizador, Lucas Sussman y el genial Darren Aronofsky, este último también actuando como productor, se mueve alrededor del derrotero del submarino norteamericano Tiger Shark, nave en patrulla por el Océano Atlántico durante agosto de 1943 -en plena Segunda Guerra Mundial- que recibe órdenes de rescatar a tres sobrevivientes de un buque hospital británico, el Fort James, el cual aparentemente fue víctima del ataque de un submarino alemán. Pronto queda en evidencia que el máximo jerarca del Tiger Shark, el Teniente Brice (Bruce Greenwood), forma un triunvirato con otros dos colegas del mismo escalafón, Loomis (Holt McCallany) y Coors (Scott Foley), y en conjunto controlan el destino del barco al punto de relegar al Alférez Douglas Odell (Matthew Davis), otro de los oficiales fundamentales, a una posición secundaria. Luego de asesinar a uno de los sobrevivientes, el alemán Bernhard Schillings (Jonathan Hartman), bajo la acusación de revelar vía sonido la ubicación del Tiger Shark a un destructor nazi, Brice comienza a recibir críticas de parte de Odell y de la única mujer a bordo, Claire Paige (Olivia Williams), una enfermera del Fort James, a la vez que debe enfrentar las embestidas del navío alemán, cargas explosivas y ganchos de por medio que van dejando un saldo más que considerable en cuanto a perjuicios e inconvenientes en distintos puntos del submarino.

 

A partir de este momento los dilemas técnicos, los accidentes, la paranoia, las discusiones, la desconfianza, las muertes entre la tripulación y hasta algunos acontecimientos bizarros empezarán de a poco a acumularse en el Tiger Shark, para colmo con un Brice cada vez más enajenado que va dejando el mando a Loomis en materia de las reparaciones y del sobrevivir a las inclemencias del océano, las bélicas y las “otras”. Tanto Odell como Paige están convencidos de que una fuerza sobrenatural los está llevando al lugar donde hace muy poco tiempo hundieron un submarino germano, precisamente en donde murió el oficial original a cargo del Tiger Shark, el Comandante Winters (Nick Hobbs), quien según un relato de Brice a Claire -estando en la superficie, a posteriori del ataque al barco nazi- quiso recuperar objetos de los enemigos que estaban flotando en el agua, no obstante el Tiger Shark chocó contra algo y así el susodicho cayó al océano, golpeó su cabeza y falleció al instante. Entre una explosión que mata a casi toda la tripulación y un Loomis que ve al fantasma de Winters y lo considera el responsable de toda la seguidilla de calamidades, por ello en un arrebato de histeria pretende abandonar el submarino pero termina empalado contra parte del casco, los pocos sobrevivientes -encabezados por Odell y Paige- intentarán descubrir lo que ocurre y el “gran secreto” detrás de una nave que parece conducirse sola.

 

Además de la combinación de géneros, sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes de la propuesta -como decíamos anteriormente- a sabiendas de que casi siempre es mejor evitar los fundamentalismos a los que son tan proclives los representantes de la industria cultural de hoy en día, la película por un lado se destaca en lo que respecta al maravilloso desarrollo de personajes, la mayoría del tiempo volcándose hacia una suerte de paneo coral entre los ingredientes individuales de la tripulación y dándole el espacio suficiente a cada uno de ellos para que atraviesen un arco narrativo/ anímico interesante (amén de lo hecho con la mujer, aquí no utilizada como eje romántico bobalicón sino incorporada como un engranaje más dentro de la faena), y por otro lado consigue recuperar con una inesperada eficacia esa algarabía de la clase B de antaño, optando por ofrecernos un sustrato visual cuidado pero sin fetichizarlo -como hacen tantas obras actuales- y hasta abandonando en el bello terreno de lo “no dicho” a secuencias que podrían haber sido puestas al servicio del gigantismo semitrágico al que son tan adeptos los adalides de Hollywood, pensemos por ejemplo en el sucinto rescate de los tres sobrevivientes del Fort James o en la misma explosión/ masacre carbonizadora dentro del Tiger Shark, esa que reduce significativamente el elenco con un grado de sadismo muy inusual en nuestra hiper conservadora contemporaneidad cultural.

 

Ahora bien, el mayor mérito de Below pasa por una intensidad muy bien cocinada que tiene mucho que ver con un miedo primario ante una versión concreta -la más verosímil- de lo desconocido, léase aquella que se divide en múltiples ramificaciones que jamás pueden ser sopesadas por completo a raíz de las mismas limitaciones de los sujetos, siempre obligados a resolver un problema a la vez y por ello cautivos de una angustia que se acrecienta con el hermetismo subacuático y sus complejidades. La dinámica bien movediza de Twohy y su director de fotografía Ian Wilson se unifica con la sutil inteligencia del guión de Aronofsky y compañía, todo en función de un enclave fascinante como el de los submarinos que impele a los cineastas a examinar al dedillo sus recursos y abrazar una economía creativa de la que también participaron -con mayor o menor fortuna- obras como 20.000 Leguas de Viaje Submarino (20.000 Leagues Under the Sea, 1954), Duelo en el Atlántico (The Enemy Below, 1957), Colosos del Mar (Run Silent Run Deep, 1958), Viaje al Fondo del Mar (Voyage to the Bottom of the Sea, 1961), Estado de Alarma (The Bedford Incident, 1965), La Guerra de Murphy (Murphy’s War, 1971), El Barco (Das Boot, 1981), La Caza al Octubre Rojo (The Hunt for Red October, 1990), Marea Roja (Crimson Tide, 1995), U-571 (2000), K-19: The Widowmaker (2002) y la reciente Kursk (2018). Sin grandes discursos sobre la guerra en sí aunque enfatizando con gracia y lucidez la torpeza, el maquiavelismo, la desesperación más pusilánime y el canibalismo paradigmático del ser humano, Below constituye un cuento adictivo de claustrofobia autobuscada y conciencias sucias que se entrecruzan en pos de impunidad hasta finalmente perecer en las profundidades abisales…

 

Below (Estados Unidos, 2002)

Dirección: David Twohy. Guión: David Twohy, Darren Aronofsky y Lucas Sussman. Elenco: Matthew Davis, Bruce Greenwood, Holt McCallany, Olivia Williams, Zach Galifianakis, Scott Foley, Jason Flemyng, Dexter Fletcher, Jonathan Hartman, Nick Hobbs. Producción: Darren Aronofsky, Eric Watson y Sue Baden-Powell. Duración: 105 minutos.

Puntaje: 8