LCD Soundsystem en el Teatro Vorterix

Cuerdas, gargantas y cables

Por Enrique D. Fernández

Allá por el año 2011 el mundo de la música recibía una de las noticias más tristes respecto a una de las bandas que supo alumbrar con prestigio la escena de rock y dance de la década pasada. El músico y productor estrella James Murphy anunciaba la disolución del colectivo sonoro LCD Soundsystem, aquel que con apenas una trilogía de discos brillantes y varios simples de remixes en su haber había sabido hacerse de una legión de fieles oyentes, y comprarse a casi toda la prensa vernácula. Los planes de Murphy eran los de seguir encarando su tarea como productor al frente de su sello DFA Records, además de asistir a bandas y músicos del mainstream como consultor durante las sesiones de grabación.

 

A pesar de la desilusión, los argentinos fuimos en cierto sentido afortunados, ya que Buenos Aires sería una de las tantas ciudades que los vería en vivo por última vez; dentro de la consecuente gira de despedida de los neoyorkinos. Para quienes pudieron darse el lujo de decir que habían visto a LCD Soundsystem en vivo aquella noche en Groove, el recuerdo quedaría resonando en sus cabezas como una postal envidiable. Al resto solo nos quedaba seguir deleitándonos con el legado discográfico de los imprescindibles LCD Soundsystem (2005), Sound of Silver (2007) y This is Happening (2010).

 

Por suerte el mal trago de la separación tenía fecha de vencimiento y luego de cuatro años de silencio la banda finalmente retornaría al circuito de la industria con una serie de presentaciones en vivo; además de anunciar que editarían una nueva placa de estudio. Murphy y su banda regresaron con American Dream (2017), otro opus maravilloso que condensa la solidez melómana de sus integrantes para combinar sonidos de la vieja escuela con la electrónica contemporánea.

 

A pocos meses del lanzamiento de la placa (la cual fue festejada en varias encuestas de fin de año), los LCD Soundsystem fueron anunciados como una de las principales bandas que encabezarían la edición argenta del festival Lollapalooza. Un tiempo después también se confirmó el sideshow de los mismos en el Teatro Vorterix. Si bien la presentación del grupo estaba pautada dentro del marco de la tercera fecha del festival, esta debió ser cancelada debido a factores climáticos que afectaron a las instalaciones del predio un día antes. Lamentablemente quienes esperaban ver el regreso de la banda junto a Pearl Jam y The National debieron quedarse con las ganas, ya que las entradas para el show en Vorterix estaban agotadas desde hacía varias semanas atrás.

 

Dos días después de aquella fatídica fecha, durante la noche del martes 20 de marzo, los LCD Soundsystem tuvieron su revancha en el barrio de Colegiales. Con una puntualidad precisa, sobre el horario de las 21 hs, un grupo de siluetas se hicieron presentes sobre un escenario repleto de cables y perillas. Con Murphy al frente del micrófono, cada músico fue ocupando su posición para acomodarse en un escenario donde cada instrumento estaba estratégicamente encasillado.

 

La banda arrancó, y a medida que el beat se elevaba, el público captaba los ecos que acaparaban el espacio como una pared de ruido que afloraba en los interiores del establecimiento. Lo primero en asomarse fue Get Innocuous!, y para cuando la voz de Murphy envolvió a los presentes en un manto de trance, el clima ya se había acoplado a la gran masa que respondía con bailes y gritos. Pegadito tocaron una versión acelerada de Daft Punk Is Playing At My House, el hit bandera con el cual se hicieron conocidos mundialmente. Pero para cuando las melodías synth pop de I Can Change hicieron su aparición, la reunión se garantizaba como una noche candente.

 

Luego fue el turno de Call The Police, el primer estreno de American Dream con sus matices a Echo and The Bunnymen. Siguieron You Wanted a Hit (con toda la banda entonando), la enorme Tribulations, el proto punk de Movement, y la hipnótica Someone Great.  A continuación llegaron dos de las más logradas del setlist con I Used To y Dance Yourself. Cabe aclarar que para cuando el show promediaba su última hora, todas las canciones que habían desfilado comprobaron que cada pieza de la banda es un himno en sí mismo.

 

El equilibrio rítmico, las visuales, un sonido ajustado, el profesionalismo y la prolijidad de los músicos, la melodía de las canciones; todas cuestiones que venían conspirando para brindar uno de los mejores shows en lo que va del año. Apenas con la nostálgica New York, I Love You But You’re Bringing Me Down el recital bajo sus decibeles, aunque retomaron el curso del baile con Oh Baby, Home y Emotional Haircut. El cierre no podía ser otro que con My Friends, esa oda a New Order que desencadenó el grito de los presentes, acompañando a Murphy en las líneas hasta que la cosa dijo basta.

 

LCD Soundsystem había reventado la noche del martes con un setlist aniquilador, y tanto Murphy como todos sus secuaces fueron el deleite del público presente. Luego de que los músicos abandonaron el escenario la sensación que se percibía en el aire era de un frenesí victorioso. Desde Talking Heads hasta Suicide, todos los referentes del grupo habían aflorado, por lo que no faltaron los momentos para bailar, saltar y emocionarse. Los LCD Soundsystem pasaron por nuestro país y la descocieron durante dos horas a puro dinamismo. Esperemos que no se corte de vuelta.

 

LCD Soundsystem en el Teatro Vorterix. 20-03-18.

James Murphy: voz, sintetizadores y guitarra.

Pat Mahoney: batería y percusión.

Nancy Whang: teclados.

Tyler Pope: bajo.

Phil Mossman: guitarra.