En lo que respecta a la carrera de Spike Lee se da una de las pocas excepciones a la regla cinéfila universal centrada en el hecho de que las películas más conocidas o estereotipadas o festejadas por el público y la crítica más ramplonas no son las mejores o quizás las únicas buenas del cineasta en cuestión, en este caso debido a que los tres films más famosos del señor, Haz lo Correcto (Do the Right Thing, 1989), Malcolm X (1992) e Infiltrado del KKKlan (BlacKkKlansman, 2018), son efectivamente sus obras maestras ya que el resto de su errático periplo profesional se mueve entre las muy buenas Más y Mejores Blues (Mo’ Better Blues, 1990) y Fiebre de Amor y Locura (Jungle Fever, 1991), la corrección honrosa de Ella Debe Tenerlo (She’s Gotta Have It, 1986), Aulas Turbulentas (School Daze, 1988), Crooklyn (1994), La Marcha del Millón de Hombres (Get on the Bus, 1996), El Juego Sagrado (He Got Game, 1998), La Hora 25 (25th Hour, 2002) y El Plan Perfecto (Inside Man, 2006), aquella mediocridad lacerante de Barbería Joe’s Bed-Stuy: Cortamos Cabezas (Joe’s Bed-Stuy Barbershop: We Cut Heads, 1983), Hermanos de Sangre (Clockers, 1995), Chica 6 (Girl 6, 1996), esa S.O.S. Verano Infernal (Summer of Sam, 1999), Bamboozled (2000), Ella me Odia (She Hate Me, 2004), Milagro en Santa Ana (Miracle at St. Anna, 2008), Chi-Raq (2015), Pasar por Alto (Pass Over, 2018) y 5 Sangres (Da 5 Bloods, 2020), y las directamente malas o impresentables Verano de Red Hook (Red Hook Summer, 2012), Oldboy: Días de Venganza (Oldboy, 2013) y La Dulce Sangre de Jesús (Da Sweet Blood of Jesus, 2014). Si bien resulta evidente que su etapa de gloria creativa es la inicial, aquella ubicada entre finales de los 80 y principios de los años 90, los constantes desniveles a posteriori en materia cualitativa y dramática por lo menos siempre deambularon alrededor de un único y loable núcleo ideológico/ conceptual orientado a rehuir de la simplificación idiota y maniquea de Hollywood en lo que atañe a tópicos varios en sintonía con las razas, la sexualidad, las clases sociales, la codicia empresarial, la paternidad, la religión, el amor, la represión policial, la militancia política, las deficiencias educativas, la marginalidad, la drogadicción, el arte, la parentela, el mentado colorismo -discriminación por la tonalidad de la piel, mestizos mediante- y especialmente la vida en general en el guetto o la comunidad claustrofóbica y puteadora afroamericana, sin romantizaciones o banalidades de por medio.
Desde los años de sus dos óperas primas, Barbería Joe’s Bed-Stuy: Cortamos Cabezas, film estudiantil semi olvidado en el nuevo milenio de apenas una hora de duración, y Ella Debe Tenerlo, fuente de inspiración para una serie bastante menos atractiva de Netflix que tuvo dos temporadas entre 2017 y 2019, Lee construyó con todas sus películas hasta Malcolm X una suerte de pilar cinematográfico sobre el que a su vez se erigió aquel Nuevo Cine Negro o Hood Film o Neoblaxploitation de la década del 90, un rubro en el que brillaron sobre todo el John Singleton de Los Dueños de la Calle (Boyz n the Hood, 1991), Sin Miedo en el Corazón (Poetic Justice, 1993), Duro Aprendizaje (Higher Learning, 1995) y Rosewood (1997) y aquellos hermanos Albert y Allen Hughes de Verdugos de la Sociedad (Menace II Society, 1993) y Presidentes Muertos (Dead Presidents, 1995), amén de un surtido mucho más accesorio de films a cargo de realizadores no necesariamente de tez oscura, pensemos por ejemplo en Straight Out of Brooklyn (1991) y El Tintero (The Inkwell, 1994), ambas de Matty Rich, Al Sur de Los Ángeles (South Central, 1992), de Stephen Milburn Anderson, Sueños de Triunfo (Above the Rim, 1994), de Jeff Pollack, Viernes (Friday, 1995) y Hasta el Final (Set It Off, 1996), las dos de F. Gary Gray, Respirando Violencia (Juice, 1992), de Ernest R. Dickerson, El Aprendiz (Fresh, 1994), de Boaz Yakin, y New Jack City (1991), Bandoleros (Posse, 1993) y Panteras Negras (Panther, 1995), agitado trío de Mario Van Peebles, el hijo del mítico Melvin Van Peebles, padre del blaxploitation primigenio de la mano de las inconformistas Watermelon Man (1970) y Sweet Sweetback’s Baadasssss Song (1971). Semejante revolución industrial en esencia se debe a Haz lo Correcto, obra que no sólo supera al resto de los eslabones de las denominadas Crónicas de Brooklyn, ciclo semi autobiográfico de realizaciones que incluye además a Ella Debe Tenerlo, Fiebre de Amor y Locura, Crooklyn, Hermanos de Sangre, El Juego Sagrado, Verano de Red Hook y La Dulce Sangre de Jesús, sino que también se abre camino como la representación más cabal y satisfactoria de esa pirotecnia visual promedio de Lee que aquí se amalgama de manera armoniosa con su relativismo/ ambivalencia ideológica en materia de enfrentarse al poder con ironías y sutilezas pero también con garrotes e insultos, sustrato vinculado a la opresión esclavista de antaño y la marginación de un servilismo capitalista que gusta de los vasallos.
Ella Debe Tenerlo y Aulas Turbulentas ya acumulaban unos cuantos truquillos en su haber pero sin duda es en Haz lo Correcto donde se luce esa artillería a toda pompa del amigo Spike que le debe mucho a los lenguajes del videoclip, la publicidad y el videoarte, por ello el director y guionista se despega tanto de la austeridad formal de los 70 como del sustrato insípido y sumamente comercial del mainstream de estos mismos años 80 para recuperar algo del kitsch sesentoso, emblema evidente en el vestuario de Ruth E. Carter y el también colorido diseño de producción de Wynn Thomas y Steve Rosse, y bombardearnos con los pivotes fundamentales de lo que él entiende por indie posmoderno afroamericano tracción a Martin Scorsese y Paul Schrader, nos referimos a travellings, interpelaciones a cámara, planos cenitales, tomas subjetivas, ralentís, planos holandeses, alguna que otra toma debajo del agua, bastante contrapicado y diversos planos detalle. La propuesta no tiene una historia tradicional y sigue el derrotero por Bedford-Stuyvesant o Bed-Stuy, un barrio del distrito de Brooklyn, en Nueva York, de Mookie (el propio Lee en su mejor trabajo por lejos como actor), un muchacho de 25 años que un sábado caluroso de verano oficia de repartidor en la pizzería de Salvatore “Sal” Frangione (Danny Aiello), hijo de inmigrantes italianos que a su vez tiene dos vástagos que lo ayudan en el negocio, el racista Pino (John Turturro) y el más amigable con los negros Vito (Richard Edson). De a poco el planteo retórico, de tono casi siempre tragicómico y evitando en simultáneo la automartirización negra y la apelación a la culpa blanca, se abre a una pluralidad de personajes secundarios que hacen al relato coral, así nos topamos con la hermana menor de Mookie, Jade (Joie Lee, de hecho la hermana del realizador), quien despierta un interés cuasi romántico en Sal, El Alcalde (Ossie Davis), un alcohólico veterano que dispara adagios misteriosos al azar, Madre Hermana (Ruby Dee), una mujer de la misma edad que el anterior que suele observar las calles, Smiley (Roger Guenveur Smith), un retrasado mental que vende fotos intervenidas de Malcolm X y Martin Luther King Jr. juntos, Tina (Rosie Pérez), novia del semi protagonista y madre de su hijo pequeño, Héctor (Travell Lee Toulson), Señor Love Daddy (Samuel L. Jackson), locutor de una radio local, y finalmente un par de amigos de un Mookie adepto a tomarse descansos entre las entregas, Buggin Out/ Molesto (Giancarlo Esposito) y Radio Raheem (Bill Nunn).
Quizás el resultado más visible de esta olla a presión a fuego lento, el asesinato de Radio Raheem a manos de un oficial de policía, Gary Long (Rick Aiello, hijo de Danny), luego de una pelea bien tonta entre él, Smiley y Buggin Out por un lado y la familia Frangione por el otro, todo porque Salvatore no tiene retratos de negros colgados en los muros de su pizzería a pesar de ser los únicos verdaderos clientes, se enrola dentro de una extensa tradición de violencia racial en Estados Unidos que abarca las dos principales fuentes de inspiración de Lee, los homicidios de Eleanor Bumpurs de 1984 y Howard Beach de 1986, y en términos de la historia reciente va desde los Disturbios de Tulsa de 1921 y la Masacre de Rosewood de 1923, dos casos de pogromo enfebrecido a cargo de los caucásicos, hasta las protestas en Los Ángeles de 1992 por la paliza a Rodney King y en Minneapolis de 2020 ya a raíz del homicidio de George Floyd, dos episodios de brutalidad policial y racismo institucional. El realizador esquiva sus paradigmáticos problemas narrativos y utiliza a sus dos amigos en la ficción, ese Buggin Out que va siempre al choque con mucha verborragia inofensiva y un Radio Raheem de pocas palabras que se la pasa escuchando en su boombox/ radiocassette portátil la maravillosa Fight the Power (1989), himno de Public Enemy que iría a parar al álbum Fear of a Black Planet (1990), para evocar respectivamente la falta de organización de la comunidad negra de entonces y de hoy en día, en oposición a la militancia coordinada de los 70, y la canalización de dicha angustia política en el arte y/ o la cultura, aquí en plena Edad de Oro del Hip Hop de mediados de los 80 e inicios de los 90, un planteo poderoso al que se suma una especie de relectura negra de Los Tres Chiflados (The Three Stooges), en esta oportunidad un grupo compuesto por los aparentemente jubilados Sweet Dick Willie (Robin Harris), Coconut Sid (Frankie Faison) y ML (Paul Benjamin), que sirve para pensar la picardía popular, su tendencia hacia lo payasesco y -en una recordada escena de miradas mutuas sostenidas- la desconfianza para con el aparato represivo, como aseverábamos antes englobado en el sentir de la estigmatización por razas de la época y al mismo tiempo muy profético en el mediano plazo, por ello el fantasma de Haz lo Correcto dijo presente con una fuerza arrolladora en el alzamiento de 1992 después de la absolución judicial de tres de los cuatro policías que golpearon, electrocutaron y amenazaron con armas de fuego a King.
Lee, además artífice de videoclips para creadores como Miles Davis, Anita Baker, Public Enemy, Tracy Chapman, Stevie Wonder, Fishbone, Prince and the New Power Generation, Arrested Development, Naughty by Nature, Chaka Khan, Michael Jackson y gente con cero nivel de negritud, como Eros Ramazzotti, Eminem y The Killers, y gran responsable de un piloto para Showtime que mutó en un film televisivo ameno por el rechazo de la cadena, Código de las Calles (Sucker Free City, 2004), y de un corpus documental interesante que abarca 4 Pequeñas Niñas (4 Little Girls, 1997), Los Reyes Originales de la Comedia (The Original Kings of Comedy, 2000), Jim Brown: All American (2002), Bad 25 (2012), El Viaje de Michael Jackson desde Motown hasta Off the Wall (Michael Jackson’s Journey from Motown to Off the Wall, 2016), David Byrne’s American Utopia (2020) y por supuesto Cuando se Rompieron los Diques: Réquiem en Cuatro Actos (When the Levees Broke: A Requiem in Four Acts, 2006), estupenda miniserie para HBO sobre la desastrosa respuesta de la administración de George W. Bush al Huracán Katrina del 2005, en su joya de 1989 no se contenta con limitarse al segregacionismo que aún padecían los afroamericanos, uno que en los 90 desaparecería vía la incorporación plena de los negros al acervo chauvinista de yanquilandia, y prueba de ello es el legendario montaje con las sucesivas interpelaciones a cámara/ quiebres de la cuarta pared de Mookie contra sus jefes italianos, Pino contra los morochos, el boricua Stevie (Luis Antonio Ramos) contra los coreanos, Long -por cierto, casi siempre acompañado por su secuaz, el oficial Mark Ponte (Miguel Sandoval)- contra los puertorriqueños y el almacenero coreano Sonny (Steve Park) contra la lacra sionista, esa judía que todos odian por igual. Desde los créditos del comienzo con Pérez bailando al ritmo de Fight the Power, pasando por Radio Raheem recuperando el soliloquio acerca del amor y el odio de Harry Powell (Robert Mitchum) de La Noche del Cazador (The Night of the Hunter, 1955), de Charles Laughton, hasta la frase de El Alcalde que deriva en el título, ejemplo del binomio ciclotímico de violencia/ no violencia de Lee, Haz lo Correcto incluso contrapone lo valioso para el establishment burgués, la propiedad privada símil pizzería en llamas por el motín del desenlace, y lo valioso para los pobres, la propia vida encarnada en Radio Raheem, otra víctima del poder fascista que pasó de la resistencia al contraataque…
Haz lo Correcto (Do the Right Thing, Estados Unidos, 1989)
Dirección y Guión: Spike Lee. Elenco: Spike Lee, John Turturro, Danny Aiello, Ossie Davis, Richard Edson, Giancarlo Esposito, Bill Nunn, Rosie Pérez, Rick Aiello, Miguel Sandoval. Producción: Spike Lee. Duración: 120 minutos.