5 (2019), la última novela del galardonado escritor Sergio Chejfec, que reside hoy en Nueva York, es un retorno en bucle a Cinco (1996), la nouvelle que condujo al autor de Los Planetas (1999) a encontrarse con la antinovela o antiliteratura, un género que se aparta de elementos como los diálogos o la trama para proponer un discurso más centrado en la experimentación con el lenguaje o la reflexión sobre la práctica propia de la escritura. En esta reedición, Chejfec agrega una extensa nota sobre la experiencia que condujo al nacimiento de la nouvelle en la M.E.E.T (Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs), una residencia para escritores ubicada en la ciudad francesa de Saint-Nazaire, lugar donde el escritor redactó la obra durante su estadía en 1995.
En este extenso prólogo que Chejfec agrega a la novela original, un escritor propone una explicación sobre una experiencia vivida en los años noventa. Tras su partida de una ciudad junto a un estuario, el escritor narra su vivencia en una residencia para escritores. A partir de esta situación surgen una serie de reflexiones sobre la profesión de escritor y su condición de artista, estatutos puestos en conflicto por el proyecto mismo, un emprendimiento que promueve la actividad editorial pero al mismo tiempo asfixia la creatividad imprevisible según la visión del escritor residente.
La residencia es una institución municipal de una metrópoli pequeña de gran actividad marítima de vinos y astilleros que nunca es nombrada, pero claramente refiere a Saint-Nazaire, ciudad que apadrina escritores, los acoge para promover la creatividad en un ambiente ameno al espíritu literario. Sergio Chejfec expone sus pruritos ante las comodidades de la residencia y la experiencia lo impulsa a inclinarse por la antiliteratura como respuesta inmunitaria. En sus paseos y devaneos el escritor reflexiona sobre el estatuto de la literatura, qué es lo que la literatura confronta, la conexión que la ciudad permite con el mundo literario y la desconexión que genera al mismo tiempo con la creatividad que debería surgir de la espontaneidad y no de la planificación municipal.
El escritor se adentra así con un ánimo descriptivo en el paisaje, auscultando el territorio para apropiárselo. Se asoma a una realidad nueva con asombro y suspicacia, intentando encontrar la belleza en la novedad pero reconociendo las similitudes con lo conocido. En esta obra Chejfec alterna la primera y la tercera personas según la conveniencia para reflexionar sobre su derrotero o para distanciarse de sí mismo, respectivamente.
La novela y la nota introductoria trabajan sobre una elusión constante, lo que el escritor no puede ver pero siente que pasa, los detalles que ve y los que se le escapan, los secretos que pretende descubrir, aquello que presiente que la ciudad guarda. Para ello acude a tertulias con el director de la residencia, se relaciona con su secretaria y con una panadera y entabla una amistad con un chófer del transporte público, profesión que el inquieto e inquisitivo escritor cree que le puede ayudar a penetrar en el mundo recóndito que la ciudad le veda.
En 5, el escritor se disuelve en las calles, su vida se convierte inexplicablemente en la trama de una novela del escritor belga de policiales Georges Simenon, disecciona la obra magna del escritor francés Julien Gracq, El Mar de las Sirtes (Le Rivage des Syrtes, 1951), y alaba la literatura del escritor surrealista francés Pierre Klossowski. Pero la novela también contiene una mirada social sobre la estratificación, las crisis que amenazan a las pequeñas ciudades y a los astilleros, y la precariedad de la condición de escritor, que oscila entre una presumida dignidad y la escasez constante.
Sótanos, astilleros, bares con nombres literarios, reflexiones imposibles sobre relaciones entre faxes y cruceros, relatos sobre su padre, supuestos intentos de asesinato, la rutina, cualquier cosa le sirve al escritor para indagar en los engranajes invisibles de una ciudad tan amena como hostil para un diletante de la antiliteratura que no encuentra su voz.
En esta novela publicada en Argentina por el sello editorial independiente Entropía, los libros son los grandes protagonistas de esta historia. Libros agrupados en bibliotecas o en estantes, o guardados en valijas o en proceso de ser devorados y diseccionados por algún lector, siempre presentes como compañeros de viaje que nos narran historias necesarias e inolvidables, experiencias que transforman y transportan a estos mundos, libros que Chejfec homenajea devocionalmente en 5, un original ejercicio para reencontrarse con el trance de los noventa que fue el proceso de encontrar y escribir su nouvelle, Cinco.
5, de Sergio Chejfec, Entropía, 2019.