Melt Away: A Tribute to Brian Wilson, de She & Him

Desde el pop gloriosamente intrincado

Por Marcos Arenas

Era evidente que el disco de covers de canciones de Brian Wilson encarado por She & Him, Melt Away: A Tribute to Brian Wilson (2022), iba a adoptar el mismo enfoque de los otros tres álbumes de versiones del espléndido dúo de Zooey Deschanel (voz, piano y ukulele) y Matthew Stephen Ward alias simplemente M. Ward (guitarra, coros y producción), léase aquella antología de joyas de la primera mitad del Siglo XX más algún que otro tema de la segunda parte de la centuria, Classics (2014), y sus dos placas dedicadas a composiciones del estándar navideño norteamericano y/ o anglosajón en general, A Very She & Him Christmas (2011) y Christmas Party (2016), hablamos primero de un minimalismo que tiene que ver con los intereses de siempre de Ward, en línea con el folk, el country y el blues, y segundo de una serie de arreglos poperos cuasi orquestales que en este caso se vinculan con el apego del músico y su socia fundamental -fanatismo compartido de por medio- hacia Phil Spector, The Beatles y por supuesto la banda de la que surgió Wilson y de la que fue su artífice central, The Beach Boys, grupo que revolucionó la música juvenil mundial desde un sonido que arrancó en la comarca del surf rock y el pop tradicional para luego derivar en la experimentación semi psicodélica de sus dos grandes obras maestras del mismo año, el long play Pet Sounds (1966) y el single Good Vibrations (1966).

 

Para comprender el carácter entre dulce y aguerrido de la vocalista es necesario tener presente que Deschanel comenzó su carrera como actriz hollywoodense en propuestas muy variopintas, entre las que se destacan Mumford (1999), de Lawrence Kasdan, Casi Famosos (Almost Famous, 2000), de Cameron Crowe, Maníaco (Manic, 2001), de Jordan Melamed, Chicas de Verdad (All the Real Girls, 2003), de David Gordon Green, Elf (2003), de Jon Farrean, Enredos de Familia (Eulogy, 2004), de Michael Clancy, Guía del Viajero Intergaláctico (The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, 2005), de Garth Jennings, El Mundo Mágico de Terabithia (Bridge to Terabithia, 2007), de Gabor Csupo, El Asesinato de Jesse James por el Cobarde Robert Ford (The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford, 2007), de Andrew Dominik, El Fin de los Tiempos (The Happening, 2008), de M. Night Shyamalan, ¡Sí Señor! (Yes Man, 2008), de Peyton Reed, 500 Días con Ella (500 Days of Summer, 2009), de Marc Webb, y Rock the Kasbah (2015), de Barry Levinson, de allí se desprende su dominio interpretativo y la decisión paulatina de volcar su carrera a la música -después de acumular un generoso volumen de canciones sin editar durante años y años- desde fines de la primera década del nuevo milenio, precisamente cuando conoce a Ward en el set de The Go-Getter (2007), film de Martin Hynes en el que actuaba y para el cual colabora por primera vez con Matthew cantando en When I Get to the Border, piedra fundacional para una trilogía de discos con material propio de Zooey más algunos covers, nos referimos a la obra maestra de la dupla, Volume Two (2010), y dos trabajos amenos aunque desparejos, Volume One (2008) y Volume 3 (2013).

 

Melt Away comienza con una canción de amor idealizado hiper sesentoso del Wild Honey (1967), Darlin’, en esta oportunidad cantada a dúo por Ward y Deschanel y con coros más edulcorados símil soft rock si la comparamos con la original, sutilmente “agitada” para el nivel promedio de The Beach Boys. She & Him no teme meterse con un clasicazo para muchos intocable, nada menos que la apertura del Pet Sounds, Wouldn’t It Be Nice, oda a la madurez y la longevidad desde la comodidad de la juventud, la alegría y el amor presente que es reproducida con lujo de detalles por el dúo, incluso permitiéndose incorporar en el final un público aplaudiendo que parece celebrar al propio Wilson más que a los intérpretes ocasionales. Til I Die, del muchas veces injustamente ninguneado Surf’s Up (1971), viene después y aporta la primera excusa para la producción minimalista de Matthew, basada en la voz en coro de ella y una base diminuta de fondo que asimismo respeta lo hecho por The Beach Boys para un tema que oficia de metáfora quijotesca y surrealista sobre la voluntad de persistir del narrador y de la misma naturaleza. Sunflower (1970), otra placa no del todo validada por la memoria melómana de la etapa posterior a Pet Sounds, nos trae Deirdre, una composición gloriosa que la dupla lee -con inteligencia y su sabiduría pop marca registrada para el embellecimiento- desde el country juguetón y un poquillo acelerado que mantiene intactos aquellos coros celestiales de esta alegoría acerca del consuelo ante el dolor y la decepción, siempre en plan de recuperar la fortaleza y dejar atrás los escollos.

 

La canción que le da el título al álbum, en parte semejante a la inmortal God Only Knows del Pet Sounds, se remonta al disco debut homónimo de Wilson como solista de 1988, uno bastante demorado por cierto por sus problemas mentales y con las drogas y los diversos chupasangres de su entorno inmediato, en el cover de She & Him un tema sublime que deja de lado el dejo ochentoso/ inflado del original, piensa la vulnerabilidad y crisis de identidad del compositor y aprovecha al máximo la voz de Deschanel e incluso el entramado de cuerdas y coros spectorizados que tanto adoran Ward y su colega. Luego del recorrido por el “período maldito” que siguió a la arremetida avant-garde fallida con motivo de la cocina del Smile (1966-1967), tanto el que hubiese sido el sucesor del Pet Sounds como un proyecto que terminó pariendo los mucho más conservadores Wild Honey y Smiley Smile (1967), ahora es momento de retrotraernos a The Beach Boys Today! (1965), álbum de impronta semi orquestal en el que se notan mucho las influencias de Spector y Burt Bacharach mediante arreglos más densos y puntillosos, todos reinterpretados desde el soft rock -nuevamente acelerado y beatlesco- que mira el costado luminoso del amor desde cierta amargura tácita que se pretende ocultar. Don’t Talk (Put Your Head on My Shoulder), himno sereno del Pet Sounds del que ofrece ayuda a condición de ahorrarse discursos vanos, en el Melt Away está orientado a un folk preciosista símil balada o ejemplo muy reposado -quizás narcótico- de americana. Un tema algo olvidable y repetitivo del Shut Down Volume 2 (1964), el meloso Don’t Worry Baby, se cuela después en una acepción apenas simpática a dúo con Ward que parece una cruza por encargo para un servicio de streaming entre chill out y bossa nova.

 

Gran oda hippona al amor y la libertad desde la arquitectura experimental del Pet Sounds pero apareciendo en el Sunflower, This Whole World se acerca al dream pop y reproduce con sumo cuidado los coros originales al punto de transmitir el enorme cariño de She & Him por aquel surf rock fiestero metamorfoseado en pop alucinógeno de fines de la década del 60. Kiss Me, Baby, clásico de la canción de reconciliación amorosa y otro tema de The Beach Boys Today! aunque del Lado B, el correspondiente a las baladas cual proto disco conceptual, sigue la estela de los temas previos volcados a una mixtura entre pop barroco, jazz y ese soft rock imbatible del sonido de Ward y Deschanel, esta última muy deudora de Linda Ronstadt, Joni Mitchell, Debbie Harry de Blondie e incluso esa Stevie Nicks ya veterana y más allá de Fleetwood Mac. Aquel regreso al sonido surf que proponía Do It Again, aparecida primero como single en 1968 y después en el 20/20 (1969), se da cita de manera brillante de la mano de una base rítmica mucho más marchosa y para colmo con el homenajeado en persona colaborando en voces y al servicio de versos que nos retrotraen a la playa, el mar que va y viene, los cuerpos bronceados, las fiestas en la arena y ese sol arrebatador de una California quimérica que sólo existió en las composiciones del inmortal Brian. Heads You Win- Tails I Lose, del Surfin’ Safari (1962), es un rockabilly delicioso del afecto empardado a las apuestas que She & Him transforma en un instrumental anacrónico de resonancias poperas sesentosas pero también con un aire de art rock y de la new wave más bailable y descontracturada de los 80.

 

The Beach Boys Today!, definitivamente uno de los discos favoritos de la dupla, vuelve a decir presente con la ultra romanticona Please Let Me Wonder, primer track del Lado B, en esta oportunidad lentificada y enmarcada en un mantra de coros edulcorados que le calzan como anillo al dedo. El cierre es con Meant for You, correspondiente al Friends (1968), un tema muy cortito que en los 60 funcionaba de apertura y en Melt Away se posiciona y reinterpreta como un epílogo que subraya primero la búsqueda de paz, gran leitmotiv de la producción artística de un Wilson que siempre luchó contra sus múltiples demonios, y segundo la honestidad subyacente en esta ofrenda a cargo de Deschanel y Ward, quienes sustituyen el piano de antaño con una guitarra y vuelven a respetar los arreglos originales, por lo menos en líneas generales.

 

Como si se tratase de una cajita musical que encandila al comienzo y luego pierde algo de su frescura de manera progresiva, el homenaje a Wilson es muy disfrutable pero no soporta muchas escuchas porque padece el mismo problema de cualquier colección de covers de otros monstruos sagrados como Brian, por ejemplo The Beatles o los mismos girl groups producidos por Spector, léase especialmente The Crystals y The Ronettes, así las versiones primigenias gritan “perfección” y reclaman una nueva y muy nostálgica escucha que jamás será superada por relectura alguna -del Siglo XXI o simplemente posterior a los 60 y 70- porque siempre estará a kilómetros de distancia de la revelación de disfrutar por primera vez -no importa en qué momento de la vida del melómano- la producción de George Martin, la Pared de Sonido (Wall of Sound) del tremendo Phil o estos clásicos de The Beach Boys. El álbum, por supuesto, es correcto, minucioso y sentido pero tampoco va más allá de lo ya escuchado en A Very She & Him Christmas, Classics y Christmas Party y para colmo sigue sin superar las placas de material inédito del propio dúo, los tres volúmenes del 2008, 2010 y 2013. A favor de She & Him se puede aseverar que su disco de covers es un capricho sustentado artísticamente porque la influencia de Wilson y su “banda emblema” siempre estuvo presente en Ward y Deschanel -así como el acervo de Bacharach y Gerry Goffin más Carole King, entre otros- y en este sentido basta con recordar que ya habían grabado dos canciones de Brian en el primer disco navideño, Christmas Day y Little Saint Nick, ambas pertenecientes a The Beach Boys’ Christmas Album (1964), trabajo muy famoso dentro del rubro de los discos sobre festividades de fin de año. Melt Away lleva al pop en ocasiones gloriosamente intrincado de Brian hacia el terreno de la recreación respetuosa que sabe que no ofrece nada nuevo aunque no puede resistir la tentación de volver a entonar las joyas de un catálogo musical muy rico y vasto como el de The Beach Boys, que siempre parece escamotear sus diversos tesoros.

 

Melt Away: A Tribute to Brian Wilson, de She & Him (2022)

Tracks:

  1. Darlin’
  2. Wouldn’t It Be Nice
  3. ‘Til I Die
  4. Deirdre
  5. Melt Away
  6. Good to My Baby
  7. Don’t Talk (Put Your Head on My Shoulder)
  8. Don’t Worry Baby
  9. This Whole World
  10. Kiss Me Baby
  11. Do It Again (feat. Brian Wilson)
  12. Heads You Win- Tails I Lose
  13. Please Let Me Wonder
  14. Meant for You