Cumpliendo con las reglas impuestas por esta nueva (a)normalidad (tapabocas, distanciamiento, 30% de cantidad de público), el Espacio Roseti de Chacarita ofrecía una más que interesante propuesta para el viernes por la noche: Mariano “Manza” Esain (Valle de Muñecas, Menos que Cero, Flopa Manza Minimal) en uno de sus primeros shows como solista y Pablo de Caro (Mataplantas, Cosmo, El Hipnotizador Romántico) junto con su banda.
Y vale repetirlo las veces que haga falta: Manza es uno de los grandes compositores del rock local, por más que no sean muchos los que se hayan enterado. Después de 15 años se tomó un impasse de Valle de Muñecas y se probó en vivo el traje de solista que viene estrenando con sus recientes EPs. Solo con su Telecaster y munido de efectos y algunas programaciones mínimas, su set tuvo unas 12 canciones aunque en realidad podría haber sido una única, hipnótica, sinuosa y sedante recorrida por una autopista camino hacia el amanecer, para usar una de sus imágenes.
En una entrevista previa al show, Manza mencionó a My Bloody Valentine y especialmente a su primer disco, Isn’t Anything (1988), como una referencia para su nuevo proyecto solista. Y tiene sentido. Las voces aparecen como una coloratura más, enterradas debajo de las guitarras bañadas de saturación, tremolos o delays. Pero -al igual que como ocurre en MBV- por mas ropajes que lleven, siempre aparecen esas canciones que no dejarían de brillar aunque estuvieran acompañadas solamente por una guitarra criolla.
Los recursos vocales que utiliza Manza son mínimos (la voz reposada y siempre a punto de quebrarse) pero inmediatamente característicos y certeros. Temas que ya eran casi perfectos como 1000 Km. de Valle de Muñecas alcanzan en este formato un nuevo pico emocional. También brillaron nuevas canciones como Retrovisor y Hoteles en Silencio, su bellísima versión de La Ciudad más Austral del Mundo de los Mundos Posibles (uno de los últimos proyectos de Rosario Bléfari), temas de Valle como 1000 Formas de Estrellarme y Gotas en la Frente y Si Pudieras de Menos que Cero. Ya fuera de programa y en plan más clásico -con la guitarra casi limpia- Manza se despidió con La Soledad no es una Herida y No Dejes que Llueva de Daniel Melero para cerrar un show altísimo.
Pasada una media hora en la que la electricidad seguía en el aire, Pablo de Caro presentó sus canciones en formato de cuarteto (guitarra, bajo, teclados y programaciones de batería). De Caro es un gran guitarrista rítmico (chequear el disco Hickie de 2006 de Mataplantas) y su banda lo acompaña perfectamente en canciones que comparten cierta cadencia medio tiempo, ya sea con toques jazzy como en la reciente Remeras Laser o en el regusto tecno noir de Como los Aviones.
Después de algún desacople, el show levantó el ritmo hacia el final con Fede y Barbie y la muy The Cure Segundas Marcas (“Voy por la góndola llena de segundas marcas, dolieron mucho más que las primeras”). Una última vuelta con De Caro solo con su guitarra fue el cierre de una noche en la que pudimos confirmar que las (grandes) canciones siempre van a ser una dosis emocional y necesaria para tiempos inciertos.
Manza Esain y Pablo de Caro en Roseti. 12-03-21.
Mariano “Manza” Esain: guitarras y voz.
Pablo de Caro: guitarras y voz.