El Hotel de los Animales, de Jean Garrigue

El equilibrio y la libertad

Por Martín Chiavarino

Más conocida como poeta que como novelista, Jean Garrigue fue una escritora exquisita con un estilo intenso como su vida, pródigo en claridad y excesos, olvidada por la academia por su singularidad y su alejamiento de todas las modas literarias de su época, apegada a las frases perfectas de refinamiento musical, una mujer que hizo de la literatura su palacio terso y traslúcido para crear una obra inclasificable acerca de la vida como una búsqueda de experiencias emocionales.

 

En El Hotel de los Animales (The Animal Hotel, 1966), una tranquila posada repleta de animales retirados de distintas especies gestionada por una diligente osa conocida por su bonhomía es perturbada por la aparición de un potrillo, un animal demasiado grande y salvaje que rompe la paz del sereno albergue. Cuando a instancias del gato una rebelión se cierne sobre la posada para restaurar el orden perdido debido a la inacción de la osa, ésta desaparece repentinamente, desatando la confusión y aplacando la insubordinación ante el caos que se cierne sobre el particular hotel emplazado en medio del bosque. A su regreso, la osa narra las aventuras que la condujeron a un circo cuando era pequeña y a caer nuevamente en las garras de los hombres junto al inocente caballo ante los asombrados animales que la escuchan sorprendidos por la inquietante historia y embelesados por la dulzura de su benefactora.

 

Jean Garrigue crea aquí una fábula elegante y poética sobre la libertad, la necesidad de vivir las experiencias al máximo, la importancia de viajar para enriquecer las vivencias, el difícil equilibrio de la vida comunitaria y el liderazgo basado en la admiración y el trabajo duro en pos del bien común. La osa es la fundadora, benefactora y centro indiscutido de la vida de la posada que se yergue en medio de un bosque alejada de la intromisión humana. Un gato, un ciervo, una ardilla listada, una oveja, un topo, pájaros diversos, abejas y avispas son los residentes de este hotel que a través de la historia de la osa descubren un mundo nuevo o reviven experiencias traumáticas que involucran la crueldad del hombre.

 

Uno de los principales ejes argumentales de la novela es la soledad del bienhechor, las contradicciones entre la llamada de la vida y el reclamo de ayuda por parte de los necesitados, disputa del corazón entre dedicar la vida a darse a los otros o a adquirir experiencias y vivir al máximo sin pensar en los demás que nos rodean. La osa es el motor del hotel, su centro, todos los animales dependen de su quehacer, pero ella también tiene sus necesidades, su ansia de libertad y de aventuras. Aquí el liderazgo es uno de los rasgos más importantes de la benefactora, osa de carácter dulce pero capaz de ser feroz, extrañada por sus amigos animales que deben ejercitar el arte de la comprensión en un relato sobre los presupuestos y prejuicios que nos nublan la mente e impiden mirar más allá de los claros del bosque para descubrir el mundo que nos estamos perdiendo.

 

En este libro Jean Garrigue argumenta también sobre la necesidad y los peligros de revivir las experiencias de la juventud, las emociones que marcaron la vida, dejándose llevar por los sentimientos hacia lo desconocido, pero la obra es además un relato sobre la brutalidad humana, la incomprensión, el amor, la amistad, la empatía y la donación de uno mismo con toda su energía y su dedicación hacia los otros. Rica en imágenes y frases delicadas y profundas, cadentes y armoniosas, la novela es una pequeña catedral en honor a la idiosincrasia animal, sus temores y sentimientos, sus vivencias en el bosque y en el circo y el zoológico.

 

La novela recupera a su vez la dialéctica humana entre la búsqueda incansable de aventuras que caracteriza al espíritu juvenil y el ansia de descanso que se presenta en la adultez, instancias construidas aquí con sus deleites y sus penurias, sus vivencias tan emocionantes como turbadoras que van marcado la personalidad y el carácter. El Hotel de los Animales es sin duda alguna una obra encantadora que remite a las experiencias de Garrigue, una mezcla de su estadía en hoteles en sus viajes a Europa con la mímesis de la relación de la escritora Josephine Herbst con su círculo de epígonos y admiradores que se hospedaban en su casa, como la osa con sus adorados animales.

 

Como toda gran fábula El Hotel de los Animales es una obra de aprendizaje sobre la vida, acerca de las formas en las que se asumen las pérdidas y se lidia con los traumas, cuestión argumentada aquí con delicados y sutiles detalles que maravillan al lector en un libro único.

 

El Hotel de los Animales, de Jean Garrigue, es una novela corta pero brillante publicada por la editorial independiente argentina La Bestia Equilátera con la maravillosa traducción de Alan Dilon y una corrección de Cecilia Espósito y Virginia Avendaño. La obra es la única novela de la poeta y crítica literaria elogiada y admirada por críticos como Alfred Kazin, que la definió como uno de los misterios literarios más importantes del Siglo XX siguiendo la línea de los allegados de Garrigue, los poetas Richard Palmer Blackmur, Delmore Schwartz y Stanley Kunitz y la escritora ligada al comunismo Josephine Herbst, quienes la consideraron una creadora alejada de las modas literarias con un estilo que construye oleadas de imágenes que deleitan y embelesan al lector. La Bestia Equilátera suma así una nueva joya a su delicado catálogo que tiene obras tan extraordinarias como Prohibido Morir Aquí, de Elizabeth Taylor, Sombra Vana, de Jane Harvey, No Mires Abajo, de William Samson, El Camello, de Lord Berners, y La Gloria Secreta, de Arthur Machen, grandes apuestas literarias que se suman a las nuevas traducciones de varias novelas exitosas de Kurt Vonnegut y Muriel Spark como Desayuno de Campeones y La Abadesa de Crewe, respectivamente, y a la edición de clásicos del terror como Los Elementales, de Michael McDowell.

 

El Hotel de los Animales, de Jean Garrigue, La Bestia Equilátera, 2020.