Recuerdos que Mienten un Poco, de Indio Solari

El hombre de la mirada psicodélica

Por Martín Chiavarino

A pesar de ser uno de los músicos más influyentes y populares del rock en Argentina, Carlos Alberto “Indio” Solari siempre tuvo una relación esquiva con la prensa masiva y manifestó sus opiniones a través de textos poéticos en publicaciones alternativas y algunas entrevistas a medios independientes. A lo largo de los años El Indio prefirió comunicar sus ideas y su visión del mundo a través de su música y sus letras, una verdadera unión de cultura popular y cultura bohemia, en una carrera que hizo de la independencia de los sellos discográficos y las productoras una bandera de autonomía soberana que fue atacada hasta el hartazgo por estas empresas y los periodistas del establishment.

 

Prácticamente retirado de los escenarios debido al Mal de Parkinson, Solari decidió finalmente a sus setenta años narrar sus memorias en conversaciones con el periodista y escritor Marcelo Figueras en un tono coloquial y distendido. El libro recorre cronológicamente su vida y su carrera como músico y artista desde su infancia hasta el último show con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en Olavarría, pasando por toda la carrera de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en un verdadero repaso por la historia de nuestro país a través de uno de sus artistas más lúcidos y convocantes.

 

En Recuerdos que Mienten un Poco: Memorias en Conversaciones con Marcelo Figueras (2019), El Indio Solari deja en claro su posición ante la polémica alrededor de la ruptura de la mítica banda de rock nacional que creó junto a Eduardo “Skay” Beilinson y esclarece algunos episodios respecto de los cuales algunos periodistas intentaron demonizar a la banda como en el caso del brutal asesinato de Walter Bulacio, un adolescente detenido ilegalmente y golpeado por la Policía Federal después de un recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en el Estadio de Obras Sanitarias de Buenos Aires el 21 de abril de 1991.

 

El relato de su pícara niñez signada por la jubilación anticipada de su padre del Correo tras el Golpe de Estado Cívico Militar contra Juan Domingo Perón en 1955 es el punto de partida para una historia de rebelión contra las normas establecidas por el capital de parte de un artista bohemio y carismático atravesado por la cultura psicodélica y la influencia de The Beatles. En su adolescencia y juventud El Indio se revela como un pésimo estudiante que nunca termina el nivel educativo secundario, un gran devorador de libros de filosofía y orientalismo, un artesano, dibujante y artista que descree de las ideologías y cree fervientemente que la cultura y el sentido común deben ser inflamados por las ideas revolucionarias para cambiar el corazón y las ideas del hombre. Desde muy temprano se une al movimiento hippie, descubre la psicodelia, abre el departamento de la familia en La Plata a sus amigos y lo convierte en La Trinchera, un refugio para atorrantes y estudiantes universitarios, jóvenes rebeldes de clase media que abandonan todo para cambiar el mundo a su modo, ya sea a través de la política o la música y el arte.

 

En medio de este ecosistema de la bohemia platense, la experiencia ecologista y el arte, se forma lo que El Indio denomina el caldo prebiótico de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, jóvenes influenciados por el rock inglés, marcados por la represión de la Dictadura Cívico Militar y la psicodelia, como una experiencia para reformular el mundo desde un nuevo comienzo. A partir de los films que rodaba con el Negro Beilinson, el hermano de Skay, que componía la música, surge la idea del grupo y de a poco cobra vida Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, más una experiencia que una simple banda de rock en sus comienzos, la cual decanta en caóticos shows con muchos artistas realizando sus performances, presentadores con monólogos fuera de control como Mufercho y Enrique Symns y happenings con resultados desastrosos que son reemplazados por la música de un grupo que va cobrando identidad. El Indio remarca los cambios que se produjeron en los shows cuando la banda se percató de la mutación del público, cada vez más refractario al contexto artístico, a los monólogos de Symns, y más demandante de la música y sus climas. La bohemia le cedió su lugar rápidamente al público del rock y la tertulia fue desplazada así por la fiesta ricotera.

 

El Indio recuerda estos primeros shows de los Redondos como cabarets políticos, una recuperación de las tertulias intelectuales en sótanos de la Alemania de la República de Weimar. Lugares de libertinaje y pensamiento. Los que integraban el colectivo le querían dar al rock un sentido no ideológico, liberado de los dogmas, liberador, escéptico, provocador, que abra la percepción y las mentes, objetivo acorde con el proceso creativo caótico y ambiguo del Indio Solari. Lo dionisiaco se rebelaba contra la sociedad predecible, ordenada y apolínea, contra las instituciones que creaban cárceles mentales y sus símbolos, contraponiendo un caos que manifestaba un hedonismo ético en contra de las modas y de la televisión idiotizante.

 

De entre las numerosas influencias que marcaron su música, las letras y su forma de ver y comprender el mundo, El Indio Solari destaca la elegante guitarra de Tom Verlaine, el prodigio de Jimi Hendrix, el descubrimiento antropológico de las culturas a través de La Rama Dorada de James Frazer, los films místicos del cineasta ruso Andrei Tarkovski, la cinematografía filosófica de Ingmar Bergman, las imágenes oníricas de Werner Herzog y los filosos escritos de los poetas malditos, autores únicos que pulieron una mirada educativa y provocadora del mundo que lo transformó.

 

En estas memorias El Indio Solari reflexiona sobre diversas cuestiones y cambios culturales, como las diferencias entre los jóvenes inquietos de la década del sesenta y la generación que creció desencantada de la vida, la educación y las ideologías, formada por las promesas del consumismo y la televisión. Las secuelas de la Dictadura Cívico Militar, las hiperinflaciones, la pobreza endémica instaurada por las políticas liberales, las contradicciones de las ideologías y las crisis recurrentes son algunas de las causas que explican el éxito de Patricio Rey como respuesta a la exclusión que sufrían los jóvenes y a la desocupación. El carnaval y la fiesta musical se oponen de esta forma a una realidad adversa y excluyente, ejemplificada por la política económica neoliberal.

 

El Indio también reflexiona sobre el proceso de escritura de las canciones, refiriéndose a todos y cada uno de los temas de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y de su carrera solista junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Las canciones funcionan en su música como disparadores que remiten a la cultura popular, a la narración oral, a la historieta, la literatura fantástica y el orientalismo, ideas más cerca del dramatismo literario y la melancolía que del espíritu del rock. Canciones con conceptos que no son para distraer y entretener mientras te meten la mano en el bolsillo.

 

Asimismo se analiza la relación conflictiva del Indio con los himnos de Patricio Rey, las polémicas con algunos integrantes de la banda, el rol de la prensa y las críticas, la sociedad con Skay Beilinson, la energía que la banda generaba en sus presentaciones, el proceso de grabación de todos los discos y la organización de los recitales, todo con ricas y divertidas anécdotas que sorprenderán a más de uno.

 

La historia de la banda de rock más convocante de la Argentina da paso a una carrera solista que sigue con la búsqueda musical de los últimos discos de Patricio Rey, Ultimo Bondi a Finisterre (1998) y Momo Sampler (2000), trabajos con canciones marcadas por la música tecno y el rock industrial, sonidos experimentales combinados con algunas melodías de rock y letras poéticas pletóricas de manierismos típicas de la lógica del Indio Solari.

 

Entre la gestación durante décadas de El Delito Americano, la novela de ciencia ficción construida a partir del caos y la edición deudora de la obra de William Burroughs, que finalmente se convierte en una historieta, Escenas del Delito Americano (2017), con ilustraciones de Serafín, y las polémicas alrededor del recital de Olavarría de marzo de 2017 que involucraron nuevamente tergiversaciones de parte de la prensa y de la Agencia Nacional de Noticias, Télam, El Indio explica su presente, su visión de la Argentina actual después de los últimos gobiernos y la relación entre poesía y política sin dogmas ni propaganda de por medio.

 

Recursos que Mienten un Poco es el dispositivo poético que El Indio Solari encontró para discutir con su pasado y combatir contra el sentido común. En esta construcción de una visión contestataria ofrece definiciones claras sobre la transformación de la droga de instrumento de experimentación en objeto recreativo y pose, y de la fagocitación del sistema de las ideas revolucionarias y del carácter vanguardista del artista como catalizador de la novedad del cuerpo social. Publicado por Editorial Sudamericana, el libro contiene fotografías y dibujos del Indio Solari, representa un aporte muy valioso y necesario a la interpretación de la cultura argentina de los últimos cincuenta años por su visión y su lenguaje, y es una obra imperdible para todos los seguidores y detractores del artista más popular de la Argentina.

 

Recuerdos que Mienten un Poco: Memorias en Conversaciones con Marcelo Figueras, de Indio Solari, Sudamericana, 2019.