El lugar de los negros en la sociedad norteamericana fue cambiando a lo largo del tiempo desde aquella esclavitud previa a la Guerra Civil (1861-1865) hasta el segregacionismo posterior y bien grosero en todos los Estados del sur del país. Recién con el movimiento de los derechos civiles de las décadas del 50 y 60 comenzaron a implementarse cambios de importancia que permitieron una lenta integración a la comunidad estadounidense pero en los años 70 todavía subsistía un estereotipo vejatorio en relación a los afroamericanos que fue expandiéndose en los 80 hasta llegar a su cúspide -caricaturización y exacerbación mediante- en los 90, hablamos de ese proxeneta y/ o narcotraficante del blaxploitation o cine de explotación negra que luego comenzó a homologarse al hip hop, a las pandillas de los suburbios violentos de las grandes ciudades, a los enfrentamientos con la mierdosa policía y a familias numerosas repletas de conflictos entre los machos y las hembras, estas últimas casi siempre referenciadas como “putas”, porque se dedican a eso o utilizan su belleza/ encanto para manipular, o “perras”, ya que son unas histéricas o pendencieras que sermonean todo el tiempo a sus parejas para que no anden matándose entre sí. A partir del Siglo XXI los negros no sólo terminaron de ser integrados en la sociedad del norte y la llegada en 2009 de Barack Obama a la Casa Blanca no hizo más que confirmarlo, sino que además fueron sustituidos en términos de marginalidad e influencia concreta en la cultura yanqui por los colectivos hispanos, un grupo mucho más diverso y significativo en materia demográfica que no deja de crecer en Estados Unidos y que padece la misma exclusión, pobreza y estigmatización de los negros de antaño mientras los “nuevos afroamericanos” comparten con los blancos/ otrora amos caucásicos el destino en cuanto a estratos sociales y repartición de la torta pública, con la mayoría de hecho formando parte de la clase media.
Una muy buena película que juega con los clichés ya vetustos o anacrónicos en relación a los negros, su estilo de vida y supuestos sueños de promoción social es Ficción Americana (American Fiction, 2023), sorprendente debut en la dirección de largometrajes del hasta ahora guionista televisivo Cord Jefferson, quien consiguió destacarse con un puñado de shows cómicos y un par de propuestas de influjo dramático, Watchmen (2019) y Estación Once (Station Eleven, 2021-2022), series creadas por Damon Lindelof y Patrick Somerville para HBO. El film de Jefferson está basado en Borrado (Erasure, 2001), una de las muchas novelas paródicas y experimentales de Percival Everett sobre distintos aspectos de Estados Unidos y aquí específicamente acerca de la tradición de la literatura negra, algo que incluye tanto la producida por afroamericanos en general como la escrita por esos blancos que también ayudaron a construir el estereotipo burdo del caso, pensemos que el rubro arranca con clásicos de la militancia de “buenas intenciones” como La Cabaña del Tío Tom (Uncle Tom’s Cabin, 1852), opus de Harriet Beecher Stowe, e Hijo Nativo (Native Son, 1940), de Richard Wright, y llega hasta cuasi exponentes del exploitation literario, que por supuesto fueron adaptados por el aparato hollywoodense en su momento, en sintonía con Raíces: La Saga de una Familia Americana (Roots: The Saga of an American Family, 1976), de Alex Haley, El Color Púrpura (The Color Purple, 1982), de Alice Walker, Amada (Beloved, 1987), de Toni Morrison, y la manipuladora e hilarante de manera involuntaria Empuja (Push, 1996), de Ramona Lofton alias Sapphire, obra después reconvertida en la inmunda Preciosa (Precious, 2009), realización de Lee Daniels que a su vez ejemplifica la clase de basura lacrimógena y mediocre que suele premiar el mainstream norteamericano cuando se propone autocelebrarse desde causas facilistas asentadas en un terreno político ya ganado.
Thelonious Ellison (Jeffrey Wright), apodado Monk por el famoso pianista de jazz, es un profesor de literatura de Los Ángeles que lleva escritas varias novelas muy admiradas pero poco exitosas y que un día, justo durante una clase consagrada a El Negro Artificial (The Artificial Nigger, 1955), cuento de Flannery O’Connor, le contesta con vehemencia a una alumna blanquita y woke que se ofende por la palabra “nigger” y por ello se gana que lo licencien de manera temporal, así asiste a un seminario en una feria de libros de Boston y aprovecha para visitar la casa familiar, en la que viven su madre Agnes (Leslie Uggams), ya atravesando los inicios de la Enfermedad de Alzheimer y una viuda desde que su esposo se suicidase de un tiro, la sirvienta Lorraine (Myra Lucretia Taylor), una gorda veterana que eventualmente se casa con un guardia de seguridad llamado Maynard (Raymond Anthony Thomas), y la hermana médica de Thelonious, Lisa (Tracee Ellis Ross), la cual al poco tiempo fallece de un infarto y deja a la progenitora a cargo del docente, quien debe lidiar por un lado con una mayor necesidad de dinero, por los gastos del geriátrico y las deudas varias de la parentela a raíz de hipotecas cruzadas, y por el otro lado con su otro hermano, Clifford (Sterling K. Brown), un cirujano plástico depresivo y adicto a la cocaína que descubrió hace poco que es gay y por ello su ex esposa en el divorcio lo dejó sin nada y se quedó con los críos de la pareja. Mientras empieza una relación con una vecina abogada, Coraline (Erika Alexander), Ellison tiene la idea de escribir con el seudónimo de Stagg R. Leigh una novela con todos los clichés alrededor de los negros, por ello su representante, Arthur (John Ortiz), la envía como un chiste a las editoriales pero el asunto desemboca en un contrato por 750 mil dólares por el libro y la posibilidad de convertirlo en una película vía un productor especializado en films oscarizables, Wiley Valdespino (Adam Brody).
Como si se tratase de una mixtura en clave naturalista entre Storytelling (2001), de Todd Solondz, y El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002), obra de Spike Jonze, aunque sin el sadismo de la primera ni la estructura laberíntica de la segunda, Ficción Americana unifica muy bien la sátira, el melodrama, la comedia absurda y la denuncia del fariseísmo de un mainstream cultural que continúa fetichizando la imagen del “negro pobre” o del “negro mártir” cuando el grueso de los afroamericanos hoy son privilegiados y en todo caso, como decíamos antes, en la actualidad son los pueblos hispanos -inmigrantes o no- viviendo en yanquilandia los que padecen la discriminación que en el pasado le correspondía a los bípedos de tez oscura. No obstante la película, sostenida maravillosamente en el guión de Jefferson y el excelente desempeño de todo el elenco con un Wright exquisito a la cabeza, va más allá del ataque a la “pornografía traumática negra” del ámbito literario, musical y cinematográfico porque su análisis incorpora la complicidad de los propios afroamericanos, así tenemos primero a Thelonious, que desprecia las obras de arte que solidifican el formato del morocho pobre, drogadicto, holgazán, violento y/ o asesinado por la policía que suele venderse a los blancos con síndrome de culpa, y segundo a Sintara Golden (Issa Rae), una negra que asimismo escribió un bestseller patético y ultra estereotipado sobre la comunidad negra y que para colmo defiende el cliché y su actitud diciendo que ofrece lo que pide el mercado, al igual que los narcotraficantes o la enorme maquinaría capitalista en general que condiciona/ lobotomiza a su público o clientela. Jefferson redondea una obra muy graciosa que se pone algo sensiblera en el último acto aunque logra jugar con la metaficción, tanto en materia del libro de Monk –My Pafology/ Fuck– como en la adaptación hollywoodense, y además se burla de los burgueses que crean productos hipócritas sobre los menesterosos…
Ficción Americana (American Fiction, Estados Unidos, 2023)
Dirección y Guión: Cord Jefferson. Elenco: Jeffrey Wright, Tracee Ellis Ross, John Ortiz, Erika Alexander, Leslie Uggams, Adam Brody, Issa Rae, Sterling K. Brown, Myra Lucretia Taylor, Raymond Anthony Thomas. Producción: Cord Jefferson, Jermaine Johnson, Nikos Karamigios y Ben LeClair. Duración: 117 minutos.