La Favorita del Rey (Jeanne du Barry)

En la corte de Luis XV

Por Emiliano Fernández

A diferencia de su predecesor, Luis XIV (1638-1715), artífice de la centralización estatal francesa alrededor de la política, la religión y el poderío militar, y de su sucesor, Luis XVI (1754-1793), defensor del liberalismo económico y de los valores de la Ilustración como la tolerancia piadosa y la abolición de la pena de muerte, Luis XV (1710-1774), efectivamente el anteúltimo rey antes de la eliminación de la monarquía bajo aquella Revolución Francesa (1789-1799), jamás estuvo demasiado interesado en los asuntos de gobierno y para colmo quedó muy mal parado luego de la derrota gala en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), un conflicto que supuso la entrega de los territorios que componían el Virreinato de Nueva Francia, buena parte del este de lo que hoy es Estados Unidos, a Gran Bretaña y España mediante el Tratado de París de 1763. Tan timorato o anodino fue Luis XV en el ejercicio del poder que a su reinado se lo recuerda por figuras satelitales como por ejemplo el regente durante la minoría de edad, Felipe II de Orleans, el consejero fundamental del monarca, el cardenal André Hercule de Fleury, y las tres mujeres que marcaron su vida dentro de una pluralidad de coqueteos románticos de la más variada naturaleza, hablamos de su esposa, María Leszczyńska (1703-1768), una princesa polaca con la que tuvo la friolera de diez hijos, Madame de Pompadour (1721-1764), importante mecenas de las artes y difusora del estilo rococó, y Madame du Barry (1743-1793), meretriz de los círculos aristocráticos que desde su ascendencia humilde en tanto hija ilegítima se convirtió en la amante y consejera del rey y terminó falleciendo en el contexto del caos y el fervor de los años revolucionarios.

 

Es precisamente la historia de esta última, nacida Jeanne Bécu producto de la unión entre una costurera y un fraile, la que más se adapta a la épica del ascenso social porque su vida salta de la pobreza y la reclusión en la infancia, encierro en un convento de por medio hasta los 15 años, hacia la condición de cortesana cuando entra en contacto en un burdel con un proxeneta de lujo, Jean-Baptiste du Barry, quien de hecho muta en uno de sus muchísimos amantes/ clientes y la introduce en los ambientes aristocráticos. Rubia, de ojos azules y con un cuerpo imponente, Jeanne eventualmente conoce y se transforma en la amante oficial de Luis XV cuando obtiene un título nobiliario, para lo cual Jean-Baptiste la hace casar con su hermano, el conde Guillaume du Barry, metamorfoseándola en Madame du Barry. Entre las diversas payasadas de la corte, como la necesidad de conseguirle una aristócrata que la amadrine, luego de presentarla en sociedad y finalmente de que María Antonieta, la esposa del delfín de Francia o futuro Luis XVI, le dirija la palabra, Jeanne se adapta rápido a vivir con ostentación en materia de joyas, vestimenta y gigantescos inmuebles porque de niña ya había conocido el lujo cuando vivió con su progenitora, Anne Bécu, en la casa de Monsieur Billiard-Dumonceaux, no obstante tuvo sus infaltables enemigas de palacio como Beatriz de Choiseul-Stainville o Duquesa de Gramont, eterna aspirante a convertirse en favorita del rey que ya había tratado de destronar a Madame de Pompadour, y algunas de las hijas del soberano, especialmente Adelaida, Sofía y Victoria, arpías que conspiraron denunciando su “inmoralidad” para que María Antonieta la odiase desde su llegada al palacio real en 1770.

 

La Favorita del Rey (Jeanne du Barry, 2023), de Maïwenn Aurélia Nedjma Le Besco alias simplemente Maïwenn, es una biopic bastante mediocre alrededor de la figura de Madame du Barry cuyos mayores méritos se reducen a algunas tomas, inspiradas en los zooms y la puesta en escena de Stanley Kubrick para Barry Lyndon (1975), y por supuesto todas las locaciones en Versalles y el combo rococó de vestuario + pelucas + mobiliario. Maïwenn, una intérprete infantil de larga data reconvertida en una directora poco imaginativa y con el ego inflado como lo demuestran las autoindulgentes o soporíferas Perdóname (Pardonnez-moi, 2006), El Baile de las Actrices (Le Bal des Actrices, 2009), Polisse (2011), Mi Amor (Mon Roi, 2015) y ADN (2020), aquí lamentablemente se reserva el papel protagónico e introduce una serie de cambios entre anacrónicos y narrativamente muy forzados, pensemos que la directora/ guionista/ productora/ protagonista cuenta con 48 años de edad cuando Jeanne sumaba apenas 25 cuando conoció a Luis XV, además Maïwenn de rubia y radiante no tiene nada y por ello su presencia anula el magnetismo erótico de la original, fuente de su poder sobre los hombres y en especial el rey, amén de jugadas típicamente posmodernas en sintonía con eso de pintarla como mucho más cínica o mordaz de lo que correspondería a una hembra de la época o asimilarla a una especie de rock star que se viste como hombre para shockear y hace siempre lo que quiere, sin respetar el protocolo, las costumbres y los andamiajes hegemónicos petrificados de la corte, a la que accede por aquel Conde du Barry (Melvil Poupaud) y el Duque de Richelieu (nada más y nada menos que Pierre Richard).

 

Clásica propuesta anodina vernácula que entra en la selección oficial del Festival de Cannes durante el nuevo milenio sólo por su presupuesto abultado y el chauvinismo del certamen, La Favorita del Rey fue la película de apertura de la edición 2023 del festival y funciona como una propuesta rutinaria y esquemática aunque no del todo irrespetuosa para con los acontecimientos en términos macros por más que vuelque el asunto, como cabía esperar, hacia un melodrama histórico sustentado en la relación entre ella y Luis XV (Johnny Depp) y en el desprecio que recibe de Adelaida (India Hair), quien por supuesto convence a María Antonieta (Pauline Pollmann) de no hablarle para humillarla, debido a que Jeanne no puede dirigirle la palabra hasta que la esposa del delfín lo haga primero. Más allá de “licencias creativas” como empardarla al mecenazgo de las artes, la gran especialidad de Madame de Pompadour, o enfatizar su inexperiencia en el mundillo parasitario de la nobleza o clases altas, otra falacia porque ya había vivido con el ricachón de Billiard-Dumonceaux, o pasar por alto la inutilidad/ desinterés del rey en cuanto al gobierno en sí, en pantalla participando de la “cosa pública” mediante sus ministros, los verdaderos problemas del film se condicen con su puritanismo de alcoba, efectivamente sin ofrecer desnudos y sexo cuando el eje del relato es una pasión semi clandestina, y el no aprovechamiento dramático del episodio más interesante de la vida de Madame du Barry, cuando luego del fallecimiento de Luis XV por viruela y de otro paso por otro convento, cortesía de una María Antonieta que la expulsó de Versalles, con el tiempo termina denunciada por ayudar con dinero a contrarrevolucionarios en el exilio por un esclavo negro que el monarca le había regalado, Zamor (Ibrahim Yaffa de niño, Djibril Djimo en la adolescencia), frente al Comité de Salvación Pública de los jacobinos durante El Terror (1793-1794), etapa de la Revolución Francesa caracterizada por las ejecuciones sumarias de enemigos internos, traidores varios y elementos monárquicos/ aristocráticos/ oligárquicos en general, así fue guillotinada sin piedad alguna aunque en la película esta andanada de acontecimientos apenas si recibe una mención final mediante el narrador en off (Stanislas Stanic), recurso también extraído de la obra maestra de Kubrick. De todos modos la faena no llega a ser un desastre porque Depp habla con propiedad el francés y construye eficazmente la melancolía y abulia de Luis XV y Maïwenn en algunas escenas incluso consigue transmitir el júbilo del romance con el rey, por más que el mejor personaje sea uno secundario, Jean-Benjamin de La Borde (Benjamin Lavernhe), músico que ofició de “premier valet de la chambre”, suerte de asistente o secretario del monarca…

 

La Favorita del Rey (Jeanne du Barry, Francia/ Bélgica/ Reino Unido, 2023)

Dirección: Maïwenn. Guión: Maïwenn, Teddy Lussi-Modeste y Nicolas Livecchi. Elenco: Johnny Depp, Maïwenn, Stanislas Stanic, Benjamin Lavernhe, India Hair, Melvil Poupaud, Pauline Pollmann, Ibrahim Yaffa, Djibril Djimo, Pierre Richard. Producción: Johnny Depp, Maïwenn, Pascal Caucheteux, Konstantin Elkin, Jacques Veyrat, Thomas Langmann y Grégoire Sorlat. Duración: 117 minutos.

Puntaje: 5