Darren Aronofsky es uno de esos directores que a pesar de que se les reconoce un talento inigualable, la industria del cine no los aprecia demasiado porque al igual que Terry Gilliam, por ejemplo, tienen una visión demasiado artística y unas pretensiones monumentales que muchas veces asustan a los inversores cinematográficos, hoy acostumbrados a apostar a fórmulas seguras que hayan sido avaladas por los equipos de marketing, reduciendo la visión de los artesanos y artistas cinematográficos al mínimo. Por ello, a pesar de los éxitos que tiene bajo el brazo, Réquiem para un Sueño (Requiem for a Dream, 2000), El Luchador (The Wrestler, 2008) y El Cisne Negro (Black Swan, 2010), algunos de sus proyectos más importantes como La Fuente (The Fountain, 2006), Noé (Noah, 2014) o ¡Madre! (Mother!, 2017) han sido considerados por muchos demasiado presuntuosos y no han funcionado en taquilla. En los últimos años Aronofsky comprendió que para llevar a cabo sus planes debe elegir obras pequeñas en las que pueda plasmar su estética, como logró hacerlo en La Ballena (The Whale, 2022) y ahora en Atrapado Robando (Caught Stealing, 2025), un film verdaderamente artesanal que parece haber quedado congelado en la década del noventa.
Muy lejos de los dramas existencialistas que lo caracterizan, aquí Aronofsky construye un thriller con toques de humor negro basado en la novela homónima de 2004 de Charlie Huston, que escribió el guión de la adaptación, la primera de tres historias sobre un simpático antihéroe fanático del béisbol que protagoniza una serie de peligrosas aventuras que lo llevan a enfrentar sus problemas, agravándolos hasta límites insospechados.
Henry “Hank” Thompson (Austin Butler), un empleado de la barra de un bar de Nueva York a fines de los años noventa, fanático absoluto de los San Francisco Giants como su madre, se encuentra en medio de una disputa mafiosa por confrontar a unos rusos o ucranianos que intentaban meterse por la fuerza en el departamento de su vecino, Russ (Matt Smith), un punk inglés que acaba de salir volando hacia Londres al enterarse de que su padre está al borde de la muerte, dejándole a Hank su gato, Bud, un simpático peludo que suele morder pero se lleva bien con Thompson y su novia, Yvonne (Zoë Kravitz). El encuentro fortuito con sujetos de la disuelta URSS, el desquiciado Pavel (Nikita Kukushkin) y su compañero Aleksei (Yuri Kolokolnikov), lo lleva a perder un riñón por la golpiza y deriva en una llamada de atención de la vida que le dice que debe parar con sus excesos, tomar una decisión sobre su relación con Yvonne, trabajar con la policía para atrapar a las mafias en pugna y hacerse cargo de su pasado de promesa trunca del béisbol, debido a un accidente automovilístico varios años atrás.
Persecuciones, giros imprevistos, gags, diálogos delirantes, personajes trastornados y un cúmulo alto de violencia, aunque no excesivo, son las claves de este film construido artesanalmente a puro ritmo a partir de un guión de una solidez impecable que juega con diálogos muy hábiles, capaces de conducir el relato con un compás vertiginoso de gran precisión.
Atrapado Robando es una película que no es nostálgica de los noventa en ningún sentido, que no homenajea a esa época, tan solo ambienta la historia en aquellos años retomando algunas canciones icónicas de Scorpions, Garbage, The Magnetic Fields, Smash Mouth, Spin Doctors, Madonna, Buzzcocks, Orbital, David Bowie y A Tribe Called Quest, pero la mayoría de los temas son de una banda británica del revival post punk del Siglo XXI, Idles, que se luce a pesar de no tener demasiado que ver con la década en cuestión. También hay un juego interesante con el crisol de Nueva York y la demanda de incluir a diversas minorías, insertando todo tipo de personajes, desde ex ciudadanos soviéticos hasta esos rabinos jasídicos interpretados por Liev Schreiber y Vincent D’Onofrio, pasando por punks fuera de época, una policía corrupta, la Detective Elise Roman (Regina King), creadores de sitios web, latinos amenazantes y hasta un cameo de Carol Kane en una divertida escena del último acto, en suma ingredientes que se mezclan con toda la fauna de una metrópoli en plena ebullición.
Nada está fuera de lugar aunque todo es extraordinario en esta película de enredos que incluye erotismo, comedia, suspenso, golpes y disparos, más conversaciones tiernas entre madre e hijo y mucho fanatismo por el deporte, en una alegoría sobre el afán por escapar de un destino gris, la tentación de la corrupción ante el dinero fácil del narcotráfico y los remordimientos y la bronca frente al porvenir de los atletas que por un accidente o lesión no logran cumplir sus sueños de convertirse en ídolos deportivos.
Aronofsky demuestra una vez más que las fórmulas no funcionan por sí solas, que se necesita de un director con una visión que sepa manejar la intensidad y los tonos, una buena historia y un trabajo artesanal sobre el guión. De hecho, la mano maestra se nota incluso en los créditos iniciales y finales, que utilizan distintas técnicas de diseño gráfico, tipografías y placas que remiten a la estética de los noventa y que en el desenlace siguen el ritmo de The Luckiest Guy on the Lower East Side (1999), aquella hermosa canción de The Magnetic Fields.
Atrapado Robando (Caught Stealing, Estados Unidos, 2025)
Dirección: Darren Aronofsky. Guión: Charlie Huston. Elenco: Austin Butler, Regina King, Zoë Kravitz, Matt Smith, Liev Schreiber, Vincent D’Onofrio, Benito Martínez Ocasio, Griffin Dunne, Carol Kane, Yuri Kolokolnikov. Producción: Darren Aronofsky, Jeremy Dawson, Dylan Goldeno y Ari Handel. Duración: 107 minutos.