En una época en la que una parte de la clase media ha iniciado una lenta pero consistente peregrinación de la vida urbana hacia regiones menos populosas, y teniendo en cuenta que nuestro país es un productor de materias primas, donde el campo juega un rol primordial, falta una literatura contemporánea sobre la cotidianeidad de la vida rural argentina, como si las historias fuera del ámbito urbano no tuvieran un interlocutor literario hoy o más bien, como si los escritores no quisieran o pudieran salir de su ámbito de confort situado en la ciudad.
Andreina D’Ambruoso Duffau se adentra naturalmente en el singular mundo del campo argentino con su segunda publicación, Un Cuerpo Muerto no Sangra (2025), una obra de autoficción de oraciones breves y contundentes, de una prosa firme pero sensible que parece al borde de quebrarse para recobrarse rápidamente con entereza. El trabajo recibió el Premio Luis Chitarroni de Novela de la editorial independiente argentina La Bestia Equilátera, recompensa perfecta para esta desgarradora novela corta que trabaja la temática de la memoria alrededor del procesamiento de los adultos de sus recuerdos infantiles.
Narrado en primera persona por su protagonista, una joven que vive con su familia en una zona rural cerca de Trenque Lauquen, en el oeste de la Provincia de Buenos Aires, el relato reconstruye la memoria filial a partir de un episodio traumático, el suicidio del tío, que funciona como punto arquimédico sobre el que se organiza toda la trama. Ese suceso desata una serie de recuerdos sobre la vida en el campo, sus peligros y alegrías, los hechos que parecen insignificantes pero que se van revelando transcendentales y la delgada línea entre la vida y la muerte que todo ser vivo está al borde de cruzar en algún momento mientras nadie lo mira, planteo que a su vez trae a colación la soledad, la dinámica familiar, las amistades y la convivencia fraternal.
Dividida en seis capítulos, la novela comienza con pequeñas introducciones a modo de preámbulos que oscilan entre el recuerdo poético y la reflexión sobre el mismo, que involucran algún incidente aterrador relativo a los animales rurales con los que la protagonista convive a diario. Ya adulta, viviendo en Buenos Aires, la mujer regresa a Trenque Lauquen debido al suicidio inexplicable del Tío Titi para recordar y revivir los acontecimientos de su infancia, sucesos que han quedado grabados en su memoria, que se rehúsan a desaparecer y se han convertido en pilares fundamentales de su personalidad.
Esta novela le cuenta al lector la reconstrucción adulta del pasado infantil a partir de las claves que se van aprendiendo a lo largo de la vida, reinterpretando lo acaecido, entendiendo cosas sobre el mundo que se desconocían en la infancia o de las que se hacía una idea errónea. Esos cuerpos muertos que no sangran cuentan sus historias a través de la protagonista. Se han ido, como el tío y los perros y gatos con los que convivió durante gran parte de su vida, pero han quedado grabados en su inconsciente. Con el regreso a la casa familiar esos recuerdos vuelven con intensidad, trayendo consigo las sensaciones del pasado que parecían olvidadas aunque solo estaban adormecidas.
Un Cuerpo Muerto no Sangra fue seleccionada de entre más de 700 textos que se presentaron al Premio Luis Chitarroni de Novela organizado por La Bestia Equilátera, cuyo galardón fue la publicación del libro y cuyo jurado estuvo compuesto por Natalia Meta, Diego D’Onofrio, Pedro Chitarroni y Julieta Habif. La autora es diseñadora de interiores, también música, al igual que sus familiares, y escritora, ya con tres libros publicados que incluyen Hasta Hoy (2020) y la novela Hasta que la Vida los Separe (2023), una obra sobre la historia de sus abuelos uruguayos en plena dictadura cívico-militar. Andreina D’Ambruoso Duffau concibió su segunda y premiada novela en el taller de escritura del galardonado escritor argentino Santiago Craig, donde pulió un estilo que hace hincapié en historias familiares propias, narradas para que los que se fueron no sean olvidados, para traerlos nuevamente a su lado, al menos a través de la literatura.
Un Cuerpo Muerto no Sangra, de Andreina D’Ambruoso Duffau, La Bestia Equilátera, 2025.