La Casa (The House, 2022) narra tres historias animadas en stop motion alrededor de una misteriosa residencia antigua en tres períodos y circunstancias distintas. Escritos por la dramaturga irlandesa Enda Walsh, los relatos recorren los pasillos de la casa en cuestión con tramas que van de lo aterrador y desolador a lo tragicómico en una comedia negra con muñecos antropomórficos.

En la primera historia, dirigida por Emma de Swaef y Marc James Roles, una familia decimonónica que vive necesidades económicas es convencida por un filántropo aristócrata y arquitecto de mudarse al palacio que va a construir y abandonar su hogar y sus pertenencias. En esta historia de terror, Mabel, la pequeña hija del matrimonio de Raymond y Penny, es la única que parece darse cuenta de que el arquitecto, Mr. Van Schoonbeek, está desmantelando la antigua morada familiar, que la vida de sus padres se ha convertido en una pesadilla y que la casa, en constante transformación, no es un lugar habitable, sino más bien un espacio de ensayo y juego para el incansable, insatisfecho y perverso arquitecto. Mabel intentará despertar a sus hipnotizados y atrapados padres de su pesadilla para salvarlos a ellos y a su hermana bebé, Isobel, de la aterradora construcción que se consume a sí misma, devorando a sus habitantes.

En un mundo de roedores antropomórficos, un emprendedor inmobiliario intenta dejar una casa en perfectas condiciones ante la inminente visita de los potenciales compradores en una tarea que se revela imposible, llena de contratiempos y vaivenes. Dirigida por Niki Lindroth von Bahr, la trama de este segundo relato recorre las vicisitudes del desarrollador inmobiliario en su intento por arreglar la residencia, limpiarla, eliminar a las alimañas que salen de todas partes, discutir con el banco por un préstamo y finalmente intentar sacar a los nuevos inquilinos, una curiosa pareja que toma posesión de la casa ante la impotencia del emprendedor, que ve su futuro económico derrumbarse mientras los bichos se apoderan del lugar.

Una casa en una isla que se hunde cada día sin remedio, producto del cambio climático en un futuro no tan lejano, es el ámbito de la tercera historia dirigida por Paloma Baeza en un mundo de gatos antropomórficos. Rosa es una casera de un inmueble venido a menos que sueña con restaurar la grandeza pasada del hogar, en el que vive con los dos únicos inquilinos que aún no han partido, Jen, una mujer de ideas religiosas orientalistas, y Elias, un joven que sueña con viajar y que nunca tiene el dinero para pagar la renta. La llegada de un viajero, amigo de Jen, Cosmos, altera aún más a la perturbada Rosa, que ve cómo su casa se hunde junto a sus sueños.

Mientras que en la primera y la segunda historia hay un final desolador, en la tercera nos topamos con un desenlace más esperanzador, que evoca aventuras y permite soñar. En la primera historia el terror se apodera de una trama claustrofóbica en la que solo la mirada infantil puede vislumbrar el trastorno y la locura que se apoderan de sus padres, producto de un pacto siniestro en el que quedarán atrapados. La segunda historia narra la imposibilidad de un desarrollador inmobiliario de lograr salir de sus problemas económicos para pronto encontrarse sumido en un descalabro que lo llevará a convertirse en rehén de sus propios sueños, transformados en pesadilla. La tercera historia plantea la necesidad de soñar en grande, de saber dejar atrás el pasado para concentrarse en el presente y poder mirar al futuro, sin quedar aferrado a un tiempo remoto que nunca volverá. En las tres historias se piensa la relación de las personas con el habitar, buscando salir del caparazón del lugar asignado socialmente para fantasear y no quedar atrapado en los problemas irresolubles que la convivencia conlleva.

Entre las voces, se destaca la presencia del cantautor Jarvis Cocker, líder de la genial banda de brit pop Pulp, la actriz Helena Bonham Carter, el comediante inglés Paul Kaye, la actriz y modelo inglesa Mia Goth y los conocidos actores Matthew Goode y Miranda Richardson.

Siguiendo la estética de los films de stop motion del realizador estadounidense Wes Anderson, Fantástico Mr. Fox (Fantastic Mr. Fox, 2009) e Isla de Perros (Isle of Dogs, 2018), La Casa aprovecha esta tecnología de animación, que tiene mucha relación con la artesanía, para crear historias sobre cómo los lugares se apoderan de las personas, generando así raíces invisibles que muchas veces son anclas que no permiten ver la realidad por fuera de los lentes que nos autoimponemos, impidiéndonos ver las potencialidades que se presentan e imaginar futuros alternativos.

Las tres historias se interconectan, son tres capítulos con una temática, un hilo conductor sobre los sueños transformados en pesadillas, que recorre el pasado cercano, el presente acuciante y el futuro próximo con el objetivo de analizar los anhelos de un hogar habitable, la especulación inmobiliaria y la falta de acceso a la vivienda, planteo que finalmente lleva a definir al hogar como un lugar perdido, en decadencia, a ser abandonado o resignificado y transformado completamente para adaptarse a la necesidad de estar en movimiento en un mundo en el que el cambio climático ya es un hecho.

La Casa es una apuesta valiente para adentrarse en el concepto de hogar desde sus distintas perspectivas, ya sea como dueños, vendedores, inquilinos o arrendatarios, y para analizar este aspecto de las relaciones humanas con el cínico humor inglés y una mirada aterradora sobre nuestros anhelos que invita a transfigurar la forma en la que percibimos la realidad, nuestros problemas y nuestros sueños.

La Casa (The House, Estados Unidos/ Reino Unido, 2022)

Dirección: Emma de Swaef, Marc James Roels, Niki Lindroth von Bahr y Paloma Baeza. Guión: Enda Walsh. Elenco: Mia Goth, Claudie Blakley, Matthew Goode, Jarvis Cocker, Yvonne Lombard, Sven Wollter, Susan Wokoma, Helena Bonham Carter, Paul Kaye, Miranda Richardson. Producción: Charlotte Bavasso y Christopher O’Reilly. Duración: 97 minutos.