M3GAN 2.0

La fetichización de las prótesis digitales

Por Emiliano Fernández

La palabra “paradoja” está toda embadurnada a lo largo y ancho de M3GAN 2.0 (2025), de Gerard Johnstone, un corolario que cuenta en simultáneo con la valentía suficiente para innovar con respecto a la propuesta original y con la clásica idiotez del capitalismo del nuevo milenio en materia de pretender arreglar algo que no estaba roto ni mucho menos, de hecho funcionaba de maravillas ya que M3GAN (2022), también de Johnstone, fue una de las pocas películas inteligentes que nos haya dado el emporio estadounidense del Siglo XXI en consonancia con un análisis acerca de la paternidad en tiempos de sobreestimulación, supremacía digital, déficit hilarante de atención y ese cuasi reemplazo de los progenitores por una tecnología de índole ortopédica. Lamentablemente aquí pasan al primer plano las prótesis digitales fetichizadas y los estereotipos/ clichés del Hollywood consagrado a las continuaciones necias, infladas y huecas gracias a una metamorfosis en el mismo núcleo del film, hablamos de aquel combo de drama familiar, ciencia ficción y terror modelo slasher de 2022 que ahora le pasa la posta a esta amalgama que incluye el thriller de espionaje, la comedia light y el cine de acción, lo que por cierto implica una degradación en cuanto a géneros porque la eficacia con la que se manejaba la mixtura previa, más propia de la Clase B de los años 70, 80 o 90, desaparece al momento de pretender crear un relato vertiginoso y excesivamente complicado en línea con el mainstream inoperante de nuestros días, prueba rotunda de que Hollywood ya ni siquiera sabe cómo entregar productos entretenidos y de cierta vigencia (no osemos pedir algo con marco intelectual o contenido valioso en serio).

 

Es el propio Johnstone quien se encarga del guión a partir de una idea que diagramó con Akela Cooper, quien a su vez había escrito el primer opus junto con James Wan, planteo que nos devuelve a Gemma (Allison Williams), ingeniera especializada en robótica, y Cady (Violet McGraw), sobrina que quedó bajo su cuidado luego del fallecimiento de los padres de la mocosa en un accidente de tránsito. Consagrada a la fabricación de un exoesqueleto con dos colegas, Cole (Brian Jordan Álvarez) y Tess (Jen Van Epps), y a militar por la regulación de la inteligencia artificial después del desastre de M3GAN (anatomía de Amie Donald y voz de Jenna Davis), la cual por cierto sobrevivió copiándose en la IA de la casa del personaje de Williams, Elsie, Gemma hoy es alertada por un coronel del ejército, Tim Sattler (Timm Sharp), sobre un misterioso ginoide reconvertido en arma que fue construido como un espejo mejorado de M3GAN y que se la pasa asesinando a todos los humanos que podrían detenerla, AMELIA (Ivanna Sakhno), autómata que anhela un Golpe de Estado símil rebelión de las máquinas y para ello se apodera de la infraestructura de un oligarca tecnológico, Alton Appleton (Jemaine Clement), ya que desea liberar una IA de la década del 80 que daría poderes semi divinos a cualquier robot. M3GAN se ofrece a detener a AMELIA con la condición de que le construyan un flamante cuerpo, así Gemma accede y junto a sus allegados encara una misión en pos de proteger al único que sabe dónde está la bóveda de contención de la IA de turno, Christian Bradley (Aristotle Athari), un experto en ciberseguridad, militante fanático anti-IA e interés romántico de la “mamita” de M3GAN.

 

Sin sexo ni gore y con una escena paródica de aquellos momentos seudo musicales de la odisea anterior que nos acerca al exceso de autoconciencia/ autoindulgencia del mainstream cínico posmoderno, la obra no termina de funcionar ni combinando géneros ni de manera aislada en lo que atañe a sus vertientes, sin embargo resulta atractivo el interrogante sobre la autoría de la amenaza, lo que equivale al escurridizo derecho de autor en el mundillo digital, y la epopeya en su conjunto se las ingenia para aprovechar relativamente bien el conflicto externo y también interno de los dos bandos en pugna, por un lado los tecnófilos, representados en los androides con ganas de sentir o tener un alma o hacerse del control del mundo para esclavizarlo o vengarse, y los tecnófobos, precisamente todas las víctimas del capítulo anterior y/ o los que se asustaron por el costado nefasto de la inteligencia artificial, en esencia la suplantación de los seres humanos bajo la razón instrumental del capitalismo y su lógica demencial de reducción eterna de “gastos” para aumentar el margen de ganancia cual utopía de lelos o una vasija con monedas de oro al final del arcoíris. En este sentido pasamos del convite anti-IA de 2022 a una faena de reconciliación algo mucho naif entre los bípedos mortales y sus sucedáneos de pacotilla comandos por esta misma IA, por ello la premisa retoma muchísimo de Terminator 2: El Juicio Final (Terminator 2: Judgment Day, 1991), de James Cameron, en materia de un autómata otrora malvado que ahora resulta ser bueno -o por lo menos pelea bajo la bandera de esa facción- y para colmo ya no mata gente, sobre todo a representantes y esbirros del aparato represivo del sacrosanto esquema estatal.

 

El film incluye citas o recursos explícitos de la novela gótica El Fantasma de la Ópera (Le Fantôme de l’Opéra, 1910), de Gastón Leroux, las series Los Locos Addams (The Addams Family, 1964-1966), de David Levy, y El Auto Fantástico (Knight Rider, 1982-1986), de Glen A. Larson, y las realizaciones El Vengador del Futuro (Total Recall, 1990), de Paul Verhoeven, Cortocircuito (Short Circuit, 1986), de John Badham, y Metrópolis (1927), de Fritz Lang, más referencias en el diseño de los ginoides o sus “adornos” a Daft Punk, la banda de unos Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo que adoraban usar en público máscaras de robots, y afiches al paso de Nico (Above the Law, 1988), de Andrew Davis, y La Cosa (The Thing, 1982), de John Carpenter. M3GAN 2.0, como decíamos con anterioridad, es demasiado larga y redundante -por momentos cercana a un videojuego o a la dialéctica de optimización modelo RoboCop (1987), de Verhoeven, y Upgrade (2018), de Leigh Whannell- y arrastra una impronta de secuela boba ochentosa o noventosa de una película mucho mejor que el equipo creativo definitivamente ya no sabe ni puede duplicar. Otros detalles dolorosos son los diálogos autoexplicativos, esa fantasía descocada/ sin sentido alguno y una colección de personajes que perdieron por completo su motivación y ahora son puro delirio en sintonía con los últimos eslabones para idiotas de la franquicia comandada por Tom Cruise, Misión Imposible (Mission Impossible), además de otro de esos desenlaces patéticos en los que la pata ideológica de la historia deriva en un cocoliche risible porque lo sentimentaloide gana la partida en la industria cultural de yanquilandia…

 

M3GAN 2.0 (Estados Unidos/ Canadá/ Nueva Zelanda, 2025)

Dirección y Guión: Gerard Johnstone. Elenco: Allison Williams, Violet McGraw, Amie Donald, Jenna Davis, Brian Jordan Álvarez, Jen Van Epps, Ivanna Sakhno, Aristotle Athari, Timm Sharp, Jemaine Clement. Producción: James Wan, Jason Blum y Allison Williams. Duración: 120 minutos.

Puntaje: 4