Esta Tierra es Mi Tierra (Bound for Glory)

La gran depresión

Por Martín Chiavarino

Para comprender el impacto de la crisis causada por el derrumbe financiero de 1929 durante la presidencia de su antecesor, Herbert Hoover, Franklin Roosevelt creó una comisión para recorrer Estados Unidos con la finalidad de discernir el estado real económico, pero principalmente social, de regiones del país olvidadas por la política nacional. Los informes que Roosevelt recibió de parte de este equipo que se dedicó a recorrer el país no eran muy alentadores, por lo que el gobierno mejoró y extendió muchos de los proyectos y directivas del programa de reactivación económica conocido como New Deal, que comenzó tímidamente como un intento de reacción ante la quiebra de buena parte del sistema privado hasta convertirse en una gran estructura estatal que consolidó el impulso industrial y la maquinaria bélica que luego sería utilizada durante la Segunda Guerra Mundial.

 

En la década del setenta el director Hal Ashby, un promotor de la contracultura en boga, se había labrado una justificada fama por sus excelentes comedias que no carecían de una crítica social despiadada a las ideas conservadoras que se habían impuesto en su país durante la Guerra Fría. Enséñame a Vivir (Harold and Maude, 1971) y Shampoo (1975), pero también El Último Deber (The Last Detail, 1973) y su ópera prima, El Casero (The Landlord, 1970), eran ejemplos de su sentido del humor excéntrico, sus ideas contraculturales y su estilo de filmación deudor del cine de su mentor, Norman Jewison. Algunos pueden haberse sorprendido cuando Ashby manifestó la intensión de llevar al cine el libro parcialmente autobiográfico del popular cantautor estadounidense Woody Guthrie (1912-1967), uno de los músicos más influyentes de la canción norteamericana, publicado en 1943 en Nueva York, pero los que lo conocían sabían de la admiración del director por este icono de la canción folclórica de contenido socialista que cimentó la cultura de izquierda en su país, duramente atacada durante la década del cincuenta y que tendría una verdadera revitalización con la contracultura de los años sesenta.

 

Escapando del fenómeno climático conocido como Dust Bowl (cuenco de polvo), un período de fuertes tormentas de polvo provocados por la sequía prolongada y el abuso del suelo que afectó gran parte de América del Norte de la década del treinta, desde el Golfo de México hasta Canadá, y que agravó la Gran Depresión que dejó la Crisis del 29, Woody Guthrie (David Carradine), un pintor de carteles desocupado pero orgulloso y decidido, parte hacia las praderas californianas en busca del sueño de una vida digna. En el camino desde la ciudad de Pampa, en el Estado de Texas, hasta Los Ángeles, en California, Guthrie descubre un país quebrado social, económica y anímicamente, que al igual que él intenta escapar de la falta de oportunidades y de una hambruna producto del Dust Bowl, el cual se estima causó la muerte de al menos cinco millones de personas.

 

La adaptación del guionista Robert Getchell del texto de Guthrie, dotado escritor de canciones y poesías que nunca dejaba de plasmar su visión en su maravillosa música, recorre la dura vida de los habitantes de Pampa en plena depresión, en la desocupación crónica y en el largo y tortuoso camino hacia un falso sueño de progreso. En su viaje hacia el presunto paraíso californiano, Guthrie abandona a su familia dejándoles una nota y se convierte en polizón ferroviario para descubrir la violencia que anida entre las miles de familias que huyen del Dust Bowl, la mayor migración de la historia de Estados Unidos, y para encontrar una tierra donde los patrones ejercen un control férreo, la represión de cualquier intento de unión es brutal, los salarios son magros y la vida en los campamentos de migrantes absolutamente precaria. En uno de estos campamentos, donde Guthrie llega de casualidad en su deambulante periplo, conoce a Ozark Bule (Ronnie Cox), un músico que recorre el país con sus canciones alentando la sindicalización, con el que entabla amistad y que lo lleva luego a una radio de Los Ángeles, donde Woody logra notoriedad. Pero el autor del himno folk norteamericano por antonomasia This Land Is Your Land, del cual surge el título en castellano del film, siente un impulso vital por llevar sus ideas a los desposeídos, a aquellos que sufren la explotación, por lo que se pone en contra a los sponsors del programa y parte al campo solitariamente, sin avisar a nadie, para pregonar sus ideas a través de su música, muy bien recibidas por los trabajadores y hostilmente reprimida por los patrones y sus capataces.

 

En medio de toda esta historia Guthrie tiene amoríos con distintas mujeres del camino, destacándose la relación con Pauline (Gail Strickland), una joven viuda adinerada que trabaja como voluntaria en un comedor donde Guthrie va a alimentarse, de la cual se separa luego de revelarle que está casado para avisarle a Mary (Melinda Dillon), su esposa, que ha encontrado trabajo y una vida mejor para ella y los dos hijos de la pareja en Los Ángeles. Tras la sorpresa inicial por el éxito de su marido y su buena suerte, Mary comienza a preocuparse por la actitud de Woody, que quiere abandonar su lucrativa labor radial para predicar su peligrosa ideología.

 

La película de Ashby, al igual que el libro de Guthrie, analiza el camino del músico estadounidense alrededor de un sistema que busca entronizarlo como una figura del espectáculo, anulando -o al menos suavizando- su discurso sindical, que pone nerviosos, por no decir furiosos, a los dueños de las fábricas y plantaciones de California. En parte ficción y en parte producto de la experiencia de Guthrie en Pampa y California, la película narra el camino del músico en un autodescubrimiento de su talento para plasmar en canciones y poesía las injusticias de los trabajadores. Pudiendo convertirse en una estrella vacía, Guthrie decide ser la voz de los desposeídos, del verdadero Estados Unidos, empobrecido, lleno de polvo, desocupado y con el sueño americano hecho mil pedazos.

 

Sin lugar a duda uno de los puntos más extraordinarios de Esta Tierra es Mi Tierra (Bound for Glory, 1976) es su fotografía, a cargo de Haskell Wexler, un profesional que ganó un Oscar de la Academia de Hollywood por una labor que además incluye el primer uso de la historia del cine del dispositivo de estabilización de cámara conocido como Steadicam, inventado por Garrett Brown, quien trabajó en el equipo de fotografía al mando de Wexler en una escena en el infame campamento de migrantes en California al que llega Guthrie, justo antes de conocer a Bule.

 

David Carradine, que no había sido inicialmente seleccionado para el papel protagónico, trabajo que le fue ofrecido a Tim Buckley poco antes de su muerte por sobredosis, realiza una labor extraordinaria como un hombre común que intenta mantener su dignidad en un país que hace lo imposible por quitársela. Ronnie Cox lo acompaña muy bien en su papel de activista comprometido con los derechos de los trabajadores en una época en la que éstos aún creían que podían mejorar sus condiciones sociales, económicas y laborales, lo cual por supuesto en ese momento lograron mediante la unidad ante los abusos y la explotación patronal.

 

La banda sonora de Leonard Rosenman, con canciones compuestas por él, otras seleccionadas del repertorio de Woody Guthrie y algunos temas populares de la época, no solo empalma a la perfección con la película sino que es imposible pensar el film sin esa música que marcó aquella etapa de la vida norteamericana, el centro de toda la propuesta. Carradine se defiende muy bien como cantante e imita con gran habilidad la voz de Guthrie, aunque por supuesto no consigue el mismo tono ni la emotividad de aquel, un músico de un carisma y una sensibilidad sin igual, capaz de emocionar a todo su público con la pasión de sus interpretaciones.

 

Esta Tierra es Mi Tierra es una de las mejores reconstrucciones cinematográficas de las penurias de la Gran Depresión y de la vida cotidiana de la época en Estados Unidos, especialmente en lo que atañe a la miseria alrededor de la migración debido al Dust Bowl y en parte al rechazo de los Estados no afectados a recibir a los migrantes, configurando una situación desesperada en la que la violencia contra las personas que viajaban ilegalmente y entre ellas mismas era moneda de cambio. La película de Ashby y Getchell, quien unos años después escribiría el guión de Mamita Querida (Mommie Dearest, 1981), la gran adaptación de Frank Perry de las memorias de Christina Crawford, la hija adoptiva de Joan Crawford, es la biografía de un país quebrado pero también de un músico que nunca aceptó comprometer su visión ni doblegarse ante el poder, viviendo su vida valiente e independientemente, sin importarle el éxito comercial y siempre preocupado por influir en la justicia social y en la distribución de la riqueza de su país.

 

Esta Tierra es mi Tierra (Bound for Glory, Estados Unidos, 1976)

Dirección: Hal Ashby. Guión: Robert Getchell. Elenco: David Carradine, Ronny Cox, Melinda Dillon, Gail Strickland, John Lehne, Randy Quaid, Elizabeth Macey, Susan Vaill, Alexandra Mock, Brion James. Producción: Robert F. Blumofe, Harold Leventhal y Jeffrey M. Sneller. Duración: 147 minutos.

Puntaje: 10