La degradación de la carrera de Alexandre Aja, uno de los padres fundamentales de ese extremismo europeo de la primera década del Siglo XXI que tantas satisfacciones nos dio, por ser paulatina no deja de ser decididamente dolorosa ya que el señor empezó filmando en Francia sus propios guiones y enarbolando su libertad y su valentía discursiva como director, casi siempre bajo la forma del gore, la sexualidad sin tapujos y la sátira social/ política/ cultural subrepticia al igual que aquel pelotón de realizadores conformado por Fabrice Du Welz, Neil Marshall, David Moreau y Xavier Palud, Kim Chapiron, Xavier Gens, James Watkins, Pascal Laugier, Gaspar Noé, Marina de Van y la otra dupla de Alexandre Bustillo y Julien Maury, entre otros, y terminó transformado en otro asalariado anodino más al servicio del emporio hollywoodense, esa maquinaría de picar carne en la que cualquier pretensión autoral se va al caño por las constantes exigencias en materia de lugares comunes, corrección política, estupideces argumentales y caprichos en general de los productores y/ o estrellas del momento, precisamente como ocurre en el caso de su última película, No te Sueltes (Never Let Go, 2024), un thriller con elementos de horror de supervivencia y fábula religiosa vomitiva que cuenta con dinerillo y el rostro delante de cámaras de una Halle Berry muy devaluada que parece haber encontrado su nicho en la madurez de la mano del “personaje que da pena y de repente muta en aguerrido”, todo un cliché del séptimo arte contemporáneo y su incapacidad de narrar desde la inteligencia.
Precisamente en la misma tradición de otros productos comerciales mediocres y bastante absurdos alrededor de la actriz, como por ejemplo 911: Llamada Mortal (The Call, 2013), de Brad Anderson, Desaparecido (Kidnap, 2017), de Luis Prieto, y Herida (Bruised, 2020), debut en la realización de nada menos que la propia Berry que fue distribuido por Netflix, No te Sueltes se centra en una mujer sin nombre (Halle, nuevamente) que vive en una cabaña inhóspita en medio del bosque con sus dos hijos pequeños, Samuel (Anthony B. Jenkins) y Nolan (Percy Daggs IV), el primero apenas mayor que el segundo y siempre tendiente a creer lo que dice la progenitora, quien los obliga a adorar la casa donde viven porque supuestamente los protege de una fuerza sobrenatural conocida como “El Mal” que cubre todo el mundo y los ha dejado como los únicos sobrevivientes, al extremo de que para buscar alimento en las inmediaciones -desde gusanos y huevos hasta sapos y ardillas- deben atarse una soga al cuerpo para no perder contacto en ningún momento con el hogar familiar so pena de que El Mal los atrape, tome posesión de ellos y los obligue a matarse entre sí. Mientras la madre ve al villano sobrenatural encarnado en su esposo y progenitora, ambos asesinados por ella en calidad de posesos en un pasado remoto, Samuel se quiebra un tobillo por una caída accidental y Nolan un buen día le corta la soga a la loquita cuando se proponía sacrificar al perro del clan en pleno invierno por la falta de alimentos, lo que genera que se suicide de golpe cortándose el cuello con un trozo de cristal del invernadero.
La película se hace pesada y repetitiva desde el vamos porque se enamora de su ridícula premisa y no cuenta con un horizonte narrativo valioso más allá de la sensiblería, cierta filosofía new age aislacionista y toda la paranoia estándar de un Hollywood al que le sigue pareciendo más fácil imaginar el apocalipsis que una mínima introducción de cambios en el nuevo capitalismo del hambre y la represión del Siglo XXI, además No te Sueltes cae por debajo de otra propuesta previa y demasiado similar, Observados (The Watchers, 2024), esa ópera prima de la hija de M. Night Shyamalan, Ishana Shyamalan, que también giraba alrededor de un grupito de personajes en una construcción en medio de una espesa arboleda y la tensión que surgía entre las diferentes posiciones en lo que atañe a qué hacer frente a la amenaza insistente de turno, amén de la misma exacta noción de cuestionar el hecho de que fuese una amenaza en serio o quizás un producto de la imaginación colectiva, algo que en el nuevo milenio efectivamente suele derivar en desastres variopintos tanto económicos y sociales como políticos y culturales. Con voces en off redundantes de parte de Nolan y una alusión muy sacrílega e innecesaria a El Resplandor (The Shining, 1980), el neoclásico de Stanley Kubrick, en la secuencia de títulos iniciales, la odisea nunca termina de aprovechar el contexto bucólico del relato ni el mecanismo de posesión elegido por el insulso guión de Kevin Coughlin y Ryan Grassby, ese tacto que tanto aprecian las múltiples facetas de El Mal, lo que empantana la experiencia y desemboca en el tedio por ausencia de novedades.
Aja, como decíamos antes, comenzó su carrera con aquel desparpajo de Furia (1999) y Alta Tensión (Haute Tension, 2003), sus cimientos originales en Francia, y de Despertar del Diablo (The Hills Have Eyes, 2006), Espejos Siniestros (Mirrors, 2008) y la genial Piraña 3D (Piranha 3D, 2010), primeras y valiosas incursiones en yanquilandia que responden a tres remakes, la primera del célebre film de 1977 de Wes Craven, la segunda de la odisea surcoreana de 2003 de Kim Sung-ho y la tercera del opus Clase B de 1978 de Joe Dante para el recordado Roger Corman. No obstante el camino de a poco se fue torciendo hacia el conformismo castrado de siempre del mainstream en ocasión de una seguidilla de películas desparejas que todavía resultaban potables aunque la decepción metía la cola, hablamos por supuesto de las bizarras Cuernos (Horns, 2013) y La Resurrección de Louis Drax (The 9th Life of Louis Drax, 2016) y las rutinarias Infierno en la Tormenta (Crawl, 2019) y Oxígeno (Oxygène, 2021), en estos dos últimos casos una faena de cocodrilos gigantes asesinos y otra desventura de encierro que se parecía a Enterrado (Buried, 2010), trabajo de Rodrigo Cortés que fue lo mejorcito que hizo Ryan Reynolds en su apestosa trayectoria junto con Life: Vida Inteligente (Life, 2017), de Daniel Espinosa. No te Sueltes cuenta con buenas actuaciones de los nenes, algunas escenas claustrofóbicas amenas y una interesante idea de “conservadurismo versus rebeldía”, sin embargo el film aburre a más no poder y a veces se acerca a un sermón del nuevo oscurantismo sobre la fe y la reproducción de las creencias…
No te Sueltes (Never Let Go, Estados Unidos, 2024)
Dirección: Alexandre Aja. Guión: Kevin Coughlin y Ryan Grassby. Elenco: Halle Berry, Anthony B. Jenkins, Percy Daggs IV, Stephanie Lavigne, William Catlett, Matthew Kevin Anderson, Christin Park, Mila Morgan, Georges Gracieuse, Cadence Compton. Producción: Halle Berry, Alexandre Aja, Dan Cohen, Shawn Levy y Dan Levine. Duración: 101 minutos.