Arcade Fire y Gorillaz en BUE 2017

La luz del ritmo

Por Enrique D. Fernández

La sexta edición del Festival BUE que se llevó a cabo los días 15 y 16 de diciembre en Tecnópolis coronó la catarata de shows internacionales que durante el 2017 invadieron Buenos Aires. El evento contó con la presentación de dos de las bandas que más aportaron a la escena mainstream en los últimos meses con la salida de sus respectivos discos. Por un lado tuvimos por segunda vez en nuestras tierras a Arcade Fire, quienes se encargaron de encabezar el line up de la primera fecha con un show ecléctico y festivo, en sintonía con el tono colorido de Everything Now (2017), el quinto trabajo en estudio de Win Butler y compañía. La segunda jornada contaba con la presencia de Gorillaz haciendo su debut en vivo, ya que el grupo creado por Damon Albarn y Jamie Hewlett nunca se había asomado por estas pampas en sus casi 20 años de trayectoria. El dúo que definió el beat de una generación marcada por las fantasías digitales y las mixturas sonoras llegó en medio de la gira mundial del candente Humanz (2017) para ganarse el respeto de todos los presentes.

 

El reencuentro de Arcade Fire con el público argentino (después de aquella poderosa performance del 2014 cuando inauguraron la edición local del festival Lollapalooza), reafirmó que los canadienses siguen siendo una de las bandas más profesionales y multifacéticas de toda la escena indie surgida con el recambio de milenio. En su regreso a Sudamérica el grupo comandado por Butler brindó un show con aires masivos en el que dejaron entrever sus intenciones de masificar el espectro de sus canciones. La excusa para tenerlos de vuelta fue el tour con el que vienen presentando Everything Now, la placa que editaron a mitad del 2017 y que cuenta con Thomas Bangalter de Daft Punk y Steve Mackey de Pulp como productores asociados. Una vez finalizado el clip que sirvió como intro con imágenes correspondientes a la estética del nuevo álbum, el sexteto ingresó al escenario principal, el cual decoraron como si fuese un ring de boxeo.

 

Con los primeros acordes del tema que le da nombre al disco sonando, los músicos denotaron un panorama sumamente actitudinal, en el que incentivaron a que los presentes participaran entonando las melodías. La seguidilla de canciones estuvo determinada por el pop barroco de Rebellion (Lies), el dub bailable de Here Comes the Night Time y el indie orquestal de No Cars Go. Sin duda lo de Arcade Fire estuvo basado en un repertorio ecléctico con los momentos más festejados de la banda desde que se dieron a conocer en todo el mundo con esa obra maestra que es Funeral (2004). Las nuevas canciones también supieron deslumbrar a los seguidores mediante Régine Chassagne al momento de personificar Electric Blue para después fundirse con la contundente Put Your Money on Me. A continuación sortearon una camada de hitazos que incluyó Neon Bible, The Suburbs, Ready to Start, Sprawl II (Mountains Beyond Mountains), Reflektor, Afterlife, Neighborhood #3 (Power Out), y en medio de todo esto el proto punk de Creature Comfort. Después de un breve intermedio los Arcade Fire regresaron al escenario con la emotiva We Don’t Deserve Love y finalmente el himno bandera de Wake Up para despedirse por segunda vez del suelo argento.

 

La fecha del día sábado presentó una serie de dificultades que pusieron en duda la actuación de Gorillaz debido a los pronósticos climáticos que aseguraban fuertes tormentas para la noche. Durante la mañana del mismo día la organización anunció que el show de Gorillaz se adelantaba tres horas antes del horario pautado y a continuación tendría lugar la actuación del trío Major Lazer (siendo luego cancelado por la productora del festival). Finalmente Albarn y el resto de los músicos pisaron el escenario con media hora de demora cuando el cielo ya comenzaba a oscurecer, aunque cuando los acordes de M1 A1 comenzaron a electrificar el ambiente, los griteríos de Albarn se apoderaron de todos los espectadores que se habían acercado al escenario principal. El atractivo del show estuvo demarcado por la selección de canciones y el dinamismo de los artistas, y si bien los invitados fueron rotando a lo largo del setlist, la presencia de Albarn se mantuvo presente en cada instancia.

 

Durante la gira promocional de Humanz tanto Albarn como Hewlett se refirieron a su disconformidad con la presidencia de Donald Trump y las intenciones de querer lograr un conjunto de canciones con las que los oyentes pudiesen bailar aunque estuvieran viviendo una pesadilla. Si ahondamos en la narrativa de los pasajes que componen Humanz detectamos una corriente batallante, aunque el collage sonoro diagrama una atmósfera en el sentido contrario. La propuesta que acercaron a los argentinos constaba de casi la mitad de canciones que integran Humanz, junto a instancias intercaladas que hicieron justicia a los clásicos inoxidables como 19-2000 (bastante quemada por el paso del tiempo pero efectiva durante el show), On Melancholy Hill (uno de los momentos más logrados y festejados), y Kids With Guns (de esos temas que ganan más fuerza sobre un escenario que en el living de casa).

 

Los primeros invitados en hacerse presentes fueron Pos & Dave, las voces de De La Soul que entonaron Superfast Jellyfish para cerrar la primera parte del set inicial, aunque regresarían sobre el cierre del recital con el hit radial Feel Good Inc. Para quienes le siguieron el rastro a las diferentes facetas de Gorillaz, seguro comprobaron que la voz de Albarn siempre funcionó como un analgésico para descomprimir las voces aceleradas y rimbombantes de los invitados a lo largo de su discografía. Esto pudieron corroborarlo a medida que los diferentes artistas se apoderaban del escenario; canciones como Ascension junto al rapero oriundo de California Vince Staples y Strobelite de la mano de Peven Everett, resaltaron la figura de Albarn no solo como el frontman que conocemos sino como un compositor que entiende las diferentes posibilidades de manipular los sonidos globales. Las visuales a cargo de Hewlett también captaron la atención de la gente mientras se sucedían videos oficiales, ilustraciones y todo tipo de efectos para cada uno de los temas.

 

Después de un intermedio donde se enfrentaron segmentos acústicos con algunos más candentes llegaría uno de los mejores momentos antes de los bises, conformado por Kids With Guns con la voz de Michelle, el ritmo canchero de Stylo, Plastic Beach, y la perlita We Got the Power en el que la invitada Jehnny Beth interactuó con los porteños tanto desde arriba como abajo del escenario. Las canciones elegidas para el desenlace nuevamente repasaron ese disco de quiebre que fue Demon Days (2005) con Feel Good Inc, Don’t Get Lost in Heaven y su correspondiente tema homónimo; claro que sin olvidarse de la favorita de todos Clint Eastwood. En resumidas cuentas los argentinos contemplamos una ceremonia para el recuerdo, sostenida por acordes sugestivos que transformaron al predio de Tecnópolis en una discoteca variopinta donde el hip hop, los aires acústicos, el punk rock, el soul y el trip hop dieron cátedra antes de que la tormenta se desate sobre el cielo de Buenos Aires.

 

BUE 2017 en Tecnópolis. 15-12-17 y 16-12-17.

 

Arcade Fire:

Win Butler: voz, guitarra, piano y teclados.

Régine Chassagne: voz, acordeón, percusión, piano y teclados.

Richard Reed Parry: guitarra y bajo.

William Butler: sintetizadores, guitarra y bajo.

Tim Kingsbury: guitarra.

Jeremy Gara: batería y percusión.

 

Gorillaz:

Damon Albarn: voz, teclados, guitarra, bajo y percusión.

Jamie Hewlett: ilustraciones y efectos visuales.

Mike Smith: teclados.

Jeff Wootton: guitarra.

Seye Adelekan: bajo.

Jesse Hackett: teclados y guitarra.

Karl Van den Bossche: batería y percusión.

Gabriel Wallace: batería y percusión.