El Invencible, de Stanislaw Lem

La mirada cosmocéntrica

Por Martín Chiavarino

Una nave interestelar que surca el espacio desde hace dieciséis años acude a un desértico planeta lejano aparentemente deshabitado, Regis III, al rescate de una nave de la flota terrestre extraviada hace ocho años, El Condor. Así comienza El Invencible (Niezwyciężony), una de las novelas más extraordinarias y aclamadas del escritor polaco de ciencia ficción y maestro de la ironía en el género, Stanislaw Lem, publicada originalmente en 1964, traducida por primera vez al castellano en 1978 por Francisco Porrúa y Matilde Horne del inglés, y ahora traducida por primera vez directamente desde el polaco al español por Abel Murcia y Katarzyna Mołoniewicz para la editorial de Salamanca, Impedimenta.

 

Inexplicables y extraños eventos ocurrirán en esta novela que se viste de suspenso bajo un manto de ciencia ficción para indagar en la naturaleza humana y su relación con el universo. Mientras los astronautas investigan en las ruinas de una singular ciudad abandonada con forma de panal, diferente a cualquier tipo de construcción humana, algunos tripulantes de esta expedición mayormente civil comenzarán a sufrir las consecuencias de su atrevimiento y así quedarán misteriosamente incapacitados, con la mente borrada. Finalmente los atónitos astronautas encontrarán una forma de vida desconocida que los sorprende, una nube formada por un enjambre de diminutos cristales que generan en los tripulantes de El Invencible un terror que los conducirá a desatar todo el arsenal bélico de la nave para intentar destruir al inesperado agresor.

 

A medida que recorren el planeta la mitad de la tripulación queda fuera de combate y nuevos enigmas se apoderan de las confundidas mentes de los tripulantes de la imponente embarcación espacial mientras las hipótesis de lo ocurrido empiezan a sonar cada vez más incoherentes y disparatadas. Cuando finalmente encuentran la nave perdida, El Condor, lo que hallan desconcierta aún más a los científicos y tripulantes de El Invencible, que enarbolan nuevas conjeturas alrededor de una civilización extinta que tal vez haya llegado hace miles de años a Regis III tras la explosión de una nova en una galaxia cercana, lo que podría explicar la nube metálica compuesta por pequeños cristales autómatas que evolucionaron en esta tierra yerma producto de una catástrofe acaecida a sus creadores. En esta obra plena de misterio, Rohan, uno de los protagonistas, se verá ante una decisión imposible, intentar salvar a los exploradores perdidos o abandonarlos a su suerte, lo que culminaría no solo en una humillante aceptación de la derrota sino en una culpa que mermaría la moral de la tripulación para siempre y les demostraría a los futuros astronautas que la vida humana no importa. Antes de poner el planeta en cuarentena, Rohan se embarcará en una posible misión suicida que lo conducirá a apreciar y maravillarse ante la belleza de lo incomprensible de la adaptación de la vida artificial y sus rituales.

 

Parte de la riqueza de la novela reside en la reflexión acerca del desarrollo de la vida artificial, los debates científicos por su grado de inteligencia, la naturaleza del enjambre, sus impulsos instintivos de supervivencia, su progreso tras la desaparición de sus creadores, preguntas que las mentes más aguzadas de la humanidad no podrán responder completamente, a pesar de que la vida de todos los tripulantes dependa de ello.

 

Lem aprovecha la trama para criticar la visión humana de la naturaleza -y por qué no del universo entero- como un espacio a invadir y conquistar, perspectiva que se contrapone con el enfoque del autor de La Voz del Amo (1968) de adquirir una visión cosmocéntrica que le permita respetar la vida de las otras especies y convivir con ellas en lugar de exterminarlas, en una brillante alegoría del ensañamiento del capitalismo con nuestro planeta, una reflexión necesaria sobre el saqueo de todos los recursos naturales y la exterminación deliberada de todas las formas de vida que se interponen en el camino del supuesto progreso, siempre convirtiendo a la derrota en un punto de partida para una acción vengativa genocida.

 

Con una prosa exquisita que salvo excepciones no suele encontrarse en la ciencia ficción, Lem analiza la forma en la que la humanidad se relaciona con el entorno y el esperable comportamiento agresivo al que recurre nuestra especie ante un encuentro con una civilización completamente diferente, que se defiende ante la intrusión de una potencial amenaza. Lem construye, fiel a su estilo, un relato recargado de información, lleno de suspenso y con batallas épicas entre humanos, androides y robots gigantes para proponer una adaptación de las formas de vida al medio ambiente, enfatizando la necesidad de aprender a respetar el sutil equilibrio de nuestro planeta -un fuerte y claro mensaje de abstenerse de interferir en el desarrollo evolutivo de los ecosistemas- y maravillándose de los caminos que toma la adaptación de las especies.

 

Lem crea en esta novela una fábula sobre la evolución de las especies en un ambiente hostil y el potencial desarrollo de la robótica y la cibernética, pilares del progreso de la tecnología, para reflexionar moral y filosóficamente sobre la vida y la supervivencia antes de actuar o plantear acciones que se pueden volver en nuestra contra. Al igual que muchos autores de ciencia ficción, Lem se asienta en descripciones visuales, evocativas de un planeta baldío y de una humanidad desbordada y agobiada, presa de la fatalidad.

 

La gran temática de El Invencible, que se repite en gran parte de su obra, es la soledad del hombre en el Universo, su anhelo infructuoso de encontrar una forma de similar con la cual entablar una comunicación, un aprendizaje, y el fracaso constante de esa posibilidad. En su lugar, es recurrente el encuentro con la desolación, la muerte, la destrucción, en una mirada aciaga, pero también irónica, de la humanidad y de su absurdo camino hacía las estrellas intentando buscar un espejo de sí misma.

 

El Invencible, de Stanislaw Lem, fue publicada por la editorial española Impedimenta con una nueva traducción directa del polaco de Murcia y Mołoniewicz, más técnica y acorde con la prosa del autor de Paz en la Tierra (1987), a diferencia de la traducción de Horne y Porrúa bajo el seudónimo de Francisco Abelenda para la editorial Minotauro, más poética y llena de florituras en su lenguaje. El Invencible es una de las mejores obras de Lem y una gran oportunidad para aproximarse a la narrativa de este extraordinario escritor que utilizó a la ciencia ficción para canalizar sus reflexiones filosóficas y morales sobre el progreso técnico y las perniciosas acciones de la humanidad sobre la Tierra.

 

El Invencible, de Stanislaw Lem, Impedimenta, 2022.