Nueva York Sin Salida (21 Bridges)

La mugre policial

Por Emiliano Fernández

Nueva York Sin Salida (21 Bridges, 2019) es una de esas películas que roba de otros films y de series como 24 (2001-2010) pero lo hace bien, compensando la falta de originalidad y la catarata de clichés con una mano firme en materia de la ejecución de la premisa de base, el ritmo narrativo, las actuaciones, las excelentes escenas de acción y el -casi siempre descuidado- apartado ideológico, hoy volcado a denunciar la corrupción enquistada en las fuerzas policiales metropolitanas. El mismo título de la obra, el original y el que recibió en castellano, ya aclara desde el vamos que todo se resume en un bloqueo estatal de los 21 puentes de la Isla de Manhattan con vistas a que el Detective Andre Davis (gran trabajo de Chadwick Boseman) encuentre a los asesinos de siete policías que llegaron a una vinería que estaba siendo asaltada, en realidad una tapadera para un enorme depósito de cocaína.

 

Los guionistas de turno, Adam Mervis y Matthew Michael Carnahan, y el director Brian Kirk, de amplia experiencia televisiva, no se andan con vueltas y después de unos minutos de desarrollo del personaje de Boseman (fama de dar caza a quien ose matar a oficiales y trauma arrastrado de padre policía fallecido), se lanzan a la investigación de Davis -tiene sólo hasta la cinco de la mañana para encontrar a los culpables- junto a una compañera, la Detective Frankie Burns (Sienna Miller), que le impone su superior, el Capitán McKenna (J.K. Simmons). En paralelo tenemos la historia de los dos fugitivos, Michael Trujillo (Stephan James) y Ray Jackson (Taylor Kitsch), quienes tomaron el trabajito pensando que habría mucha menos cocaína, a lo que se suma el dato de que la policía llegó con prisa a la vinería y por el volumen de agentes parecía más que interesada en que no se llevasen nada.

 

Cualquiera que tenga dos dedos de frente y haya visto un puñado de exponentes del film noir de cualquier período sabrá rápido que los uniformados están metidos en el asunto y por ello sólo resta chequear cuándo el protagonista descubrirá la narcoconspiración y bajo qué términos, ahora vía un par de pendrives que eventualmente caen en manos de Trujillo, un afroamericano como el propio Andre. Llama mucho la atención que en el contexto del Hollywood lavado y conservador actual se muestre semejante nivel de violencia contra la gente de azul, se retome el viejo motivo de la mugre policial, se pase a humanizar a los dos fugitivos como en este caso y hasta se enfatice la idea de que la reputación de cazador y verdugo de “cop killers” de Davis no se condice con el hombre real, siendo mucho menos loquito de derecha que lo que se podría esperar a priori (el susodicho no es un calco de Harry Callahan ni tampoco un ejemplo del ala progresista del departamento, sino apenas otro de esos limpiadores compulsivos de manchas varias sobre la “gloriosa” institución).

 

Más allá de todo lo anterior, donde Kirk en verdad brilla es en el realismo sucio y ajustado de las secuencias de tiroteos y en el manejo del suspenso durante los momentos previos y posteriores, ya que sinceramente los diálogos dejan mucho que desear, las “sorpresas” no son tales y los estereotipos del género en alguna que otra ocasión pueden llegar a ser un tanto molestos. Como decíamos al principio, por suerte la velocidad retórica y el muy buen desempeño del elenco constituyen otros factores que rescatan a la propuesta de la medianía y la transforman en un producto disfrutable y aguerrido como pocos de nuestros días, capaz de sostenerse de manera adicional en personajes sencillos aunque interesantes y en un despliegue muy bienvenido de esa economía de recursos al momento de la tensión que el realizador aprendió del ámbito televisivo. Si bien estamos lejos del nihilismo exacerbado de los policiales de la década del 70, se agradece la cruzada del protagonista en pos de decir la verdad en voz alta y sin aceptar la censura de los cómplices internos y la mafia de fondo…

 

Nueva York Sin Salida (21 Bridges, Estados Unidos, 2019)

Dirección: Brian Kirk. Guión: Adam Mervis y Matthew Michael Carnahan. Elenco: Chadwick Boseman, Sienna Miller, J.K. Simmons, Stephan James, Taylor Kitsch, Keith David, Alexander Siddig, Louis Cancelmi, Victoria Cartagena, Gary Carr. Producción: Chadwick Boseman, Logan Coles, Gigi Pritzker, Robert Simonds, Anthony Russo y Joe Russo. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 99 minutos.

Puntaje: 6