Anita Pallenberg (1942-2017), como figura histórica, cuenta con diversas facetas aunque sin duda la más recordada siempre será su condición de “reina de las groupies” no sólo por haber mantenido romances con tres miembros de The Rolling Stones, léase los guitarristas Brian Jones (1965-1967) y Keith Richards (1967-1980) y el cantante Mick Jagger durante la filmación en 1968 de Performance (1970), odisea experimental legendaria de Donald Cammell y Nicolas Roeg, sino también por haber influido en términos prácticos en la mejor etapa artística de los británicos, aquella que abarca los álbumes Beggars Banquet (1968), Let It Bleed (1969), Sticky Fingers (1971) y Exile on Main St. (1972), una tetralogía de joyas que incluyen un puñado de canciones inspiradas en ella. Esta vertiente existencial como musa de los Stones una y otra vez se come en la historiografía rockera y general las otras tres identidades de la italiana/ alemana, hablamos de su rol como ícono de la moda, su desastrosa maternidad o vida privada y su carrera como actriz de cine: en lo referido al primer apartado, Pallenberg empezó trabajando como modelo en París y conservó a lo largo de su vida -incluso cuando rápidamente se retiró de la profesión- un gusto impecable para la vestimenta en simultáneo estrambótica y fascinante, en materia de sus tres hijos con Richards el asunto estuvo marcado por la adicción de la pareja a la heroína y por las eternas giras de la banda a lo largo de los años 70, un panorama que incrementaba la sensación de soledad de la mujer, la acercaba a la depresión y la ciclotimia y la llevaba a derrapar en el alcohol cuando conseguía desintoxicarse de las jeringas y demás, y finalmente tenemos su trayectoria como intérprete, concentrada sobre todo en las postrimerías de la década del 60, un buen ejemplo de una promesa que jamás llegó a cumplirse porque la belleza y el talento estaban en primer plano pero Anita optó por cuasi retirarse para criar a los vástagos, algo en lo que, justo como decíamos con anterioridad, no era precisamente buena ni mucho menos.
Ella se supone que nació en Roma pero su conservadora familia estaba muy asentada en Alemania, por ello fue rebelde desde adolescente y abandonó la educación formal para atravesar múltiples aventuras bohemias que terminaron en el modelaje y abarcaron pasar tiempo con el equipo creativo detrás de La Dolce Vita (1960), la obra maestra de Federico Fellini, y con la fauna colorida de The Factory, el estudio neoyorquino de Andy Warhol. Después de presenciar el caos absoluto de un recital de los Stones de mediados de los 60, se propone de manera explícita conquistar a uno de los integrantes de la banda y elige al que por entonces era el más carismático, Jones, a quien en gran medida eleva culturalmente e introduce en el uso recreativo del LSD, jugada que oficia de “tiro por la culata” porque el joven progresivamente se pone más paranoico, cruel y agresivo y es Richards quien debe rescatarla de palizas del montón a instancias del otrora líder del grupo, cada vez más opacado por el vocalista y el otro guitarrista en una situación que deriva en su expulsión de la banda en 1969 y su muerte en ese mismo año, ahogado en su piscina luego de consumir pastillas y alcohol. Con Keith tendría, por un lado, a Marlon Leon Sundeep nacido en 1969 y Dandelion Angela de 1972, criados en el hogar y rodeados de drogas, y, por el otro lado, a Tara Jo Jo, beba que falleció en 1976 diez semanas luego de nacida a raíz del síndrome de muerte súbita del infante, en esencia por tabaco, negligencia y padres adictos. Las tragedias de Anita no terminaron allí ya que además del affaire con Jagger protagonizó otro con un tal Scott Cantrell mientras Richards estaba en un tour, muchacho de 17 años que trabajaba de jardinero y que se pegó un tiro en la cabeza con un revólver propiedad del guitarrista aparentemente porque ambos estaban intoxicados y viendo por TV la secuencia de la ruleta rusa de The Deer Hunter (1978), neoclásico dirigido por Michael Cimino y estelarizado por Robert De Niro, Christopher Walken, John Cazale y Meryl Streep al que pretendió imitar.
Catching Fire: The Story of Anita Pallenberg (2023) es un documental de las realizadoras Alexis Bloom y Svetlana Zill que repasa toda esta historia, por cierto archiconocida en el mundo rockero, aunque con el agregado de dos factores encomiables, primero el testimonio de los hijos, un Marlon que quedó algo insensible o trastornado por haber sido criado por Pallenberg y una Angela más normal que vivió con su abuela paterna, Doris Maud Lydia, después de la muerte de Tara, y segundo la incorporación de las memorias descubiertas por Marlon luego del fallecimiento de su madre, unas páginas intituladas Black Magic que en pantalla son leídas por nada menos que Scarlett Johansson, que ayudan a comprender un poco mejor las acciones de la protagonista y que de paso homologan al documental en su conjunto a la vertiente contemporánea de los retratos en primera persona con material de archivo y a veces reportajes nuevos, pensemos por ejemplo en Listen to Me Marlon (2015), de Stevan Riley, Maria by Callas (2017), obra de Tom Volf, Elvis Presley: The Searcher (2018), de Thom Zimny, Pavarotti (2019), de Ron Howard, Zappa (2020), de Alex Winter, Val (2021), de Leo Scott y Ting Poo, Moonage Daydream (2022), de Brett Morgen, y Sly (2023), también de Zimny. La primera parte de la película cubre el período de gloria de los 60, sobre todo concentrándose en el triángulo amoroso con Brian y Keith, y la segunda mitad explora la decadencia física y mental por las tres muertes aludidas, los químicos, su eterna condición de “pareja de un Rolling Stone” y el hecho de renunciar a la actuación, un rubro en el que se la recuerda por la susodicha Performance más sus dos colaboraciones con Volker Schlöndorff, las correctas A Degree of Murder (Mord und Totschlag, 1967) y Man on Horseback (Michael Kohlhaas, der Rebell, 1969), aquel cameo en Candy (1968), delirio de Christian Marquand, y dos trabajos maravillosos en Barbarella (1968), de Roger Vadim, y Dillinger Is Dead (Dillinger è Morto, 1969), opus iconoclasta de Marco Ferreri.
Zill es más productora que directora y por ello aquí se percibe la mano experimentada de Bloom, profesional que supo entregar retratos de la actriz Debbie Reynolds, Bright Lights: Starring Carrie Fisher and Debbie Reynolds (2016), y del oligarca mediático fascistoide Roger Ailes, Divide and Conquer: The Story of Roger Ailes (2018), cabeza de Fox News que también fue analizado en la ficción mediante la miniserie para Showtime The Loudest Voice (2019), de Tom McCarthy y Alex Metcalf, y la película Bombshell (2019), a cargo de Jay Roach. El carácter siempre polémico de Anita, explorado en las líneas que abren el documental vía las acusaciones de “bruja, puta y asesina”, se mezcla tanto con la intimidad de la primera aristocracia del rock, esa que va desde la mítica grabación en Francia del Exile on Main St. hasta las mudanzas por evasión de impuestos y posesión de narcóticos, como con su innegable rol como fuente de inspiración para diversas composiciones, así las cosas Keith escribe Gimme Shelter en medio de los celos por el affaire con Mick, Marianne Faithfull -amiga de ella y pareja del cantante- hace lo propio con Sister Morphine al verla no en su mejor estado como adicta, Jagger le dedica You Can’t Always Get What You Want cuando rechaza sus insinuaciones románticas/ sexuales y Keith compone la monumental You Got the Silver luego de enterarse del primer embarazo, el de Marlon. Las cineastas por suerte le dedican poco tiempo al regreso tardío a la actuación en los 90 y el nuevo milenio, léase su mínima participación en films apenas potables de John Maybury y Stephen Frears y en bodrios horrendos de Harmony Korine y Abel Ferrara, y se concentran en un reviente autodestructivo al que saben condimentar con testimonios muy interesantes de Schlöndorff, los dos hijos mencionados, la niñera de Marlon, Theda Zawaiza, el actor Jake Weber, quien la conoció siendo un niño, y un surtido de amigos de distintas épocas, Metka Kosak, Stash Klossowski, Sandro Sursock e incluso Kate Moss, modelo británica que la admira mucho…
Catching Fire: The Story of Anita Pallenberg (Estados Unidos, 2023)
Dirección y Guión: Alexis Bloom y Svetlana Zill. Elenco: Anita Pallenberg, Scarlett Johansson, Keith Richards, Mick Jagger, Brian Jones, Volker Schlöndorff, Jake Weber, Kate Moss, Marlon Richards, Angela Richards. Producción: Alexis Bloom, Svetlana Zill y Charlie Corwin. Duración: 113 minutos.