De la segunda obra de la directora estadounidense Mimi Cave, Holland (2025), se esperaba bastante porque su debut en el terreno del largometraje luego de un generoso recorrido en el campo de los cortos y los videoclips, Fresh (2022), había resultado toda una sorpresa en su momento gracias a su interesante combinación de terror y sátira alrededor de la industria de la carne, las aplicaciones de citas a lo Tinder, la violencia y el parasitismo social en el Siglo XXI y los prejuicios de cada sexo con respecto al otro. La protagonista, Noa (Daisy Edgar-Jones), una veinteañera aburrida, terminaba en las garras de Steve (Sebastian Stan), un cirujano caníbal que tenía montada una empresa familiar junto a su esposa amputada, Ann (Charlotte Le Bon), y en esencia se dedicaba a secuestrar ninfas, cercenar sus cuerpos de a poco y vender la carne a una oligarquía de capitalistas millonarios antropófagos que se tomaban todo el asunto como una experiencia erótica porque las curvas femeninas siempre saben mejor. Lamentablemente Holland no está a la altura del debut y si bien deja entrever el talento de Cave para la ambientación inquietante construida a partir de la naturalización del horror en el marco mundano, lo cierto es que el guión de Andrew Sodroski es pedestre a más no poder y jamás le hace justicia a la premisa central del relato del “enemigo interno” que se esconde a la vista de casi todo el mundo, léase sus allegados y vecinos del montón.
Nancy Vandergroot (Nicole Kidman), entre fines de los 90 y los primeros años del nuevo milenio, vive en un pueblito paradisíaco del Estado de Míchigan, ese Holland del título con un surtido de inmigrantes neerlandeses, y divide su tiempo entre el dictado de un taller en el colegio secundario vernáculo, Gestión de Vida (Life Management), y diferentes tareas de ama de casa vinculadas a su hijo pequeño, Harry (Jude Hill), y su siempre cordial esposo, Fred Vandergroot (Matthew Macfadyen), optometrista supuestamente impoluto que suele ausentarse del hogar familiar para asistir a conferencias en distintos puntos del país. El único verdadero amigo de la mujer es un colega de la escuela, Dave Delgado (Gael García Bernal), mexicano que encabeza un taller de carpintería y desarrolla una relación romántica con Nancy mientras la ayuda a confirmar o rebatir su flamante sospecha, eso de un affaire del marido durante sus ausencias. Después de encontrar una misteriosa colección de fotos Polaroid de frentes de casas ajenas en la caja fuerte del consultorio del oculista, su esposa profundiza la investigación con el objetivo de poder extorsionarlo en un hipotético juicio de divorcio para quedarse con la custodia de Harry y estar con Delgado, un amante que exhibe sus pruritos por la traición conyugal y se niega a continuar si no media una separación, no obstante la pesquisa deriva en el descubrimiento de asesinatos femeninos por parte de Fred.
La película, estrenada en Amazon Prime Video así como Fresh fue a parar a Hulu y Star+/ Disney+, comienza pretendiendo ser una parodia de la perfección suburbial cincuentosa a lo Douglas Sirk o Nicholas Ray y después muta en una mixtura de thriller de asesino en serie y comedia negra de los años 80 modelo Joe Dante, Danny DeVito y los hermanos Joel y Ethan Coen, esquema que le debe muchísimo a aquella paranoia escalonada e íntima de Shadow of a Doubt (1943), de Alfred Hitchcock, The Stepfather (1987) y Sleeping with the Enemy (1991), ambas de Joseph Ruben, y Arlington Road (1999), de Mark Pellington, entre otras odiseas de trasfondos hogareños bastante sórdidos. En general haciendo pie en pivotes o latiguillos como primero el hijo/ la cría como excusa para prácticamente todo, en especial el continuismo dentro de una utopía comunal mentirosa, segundo la religiosidad exacerbada de los beatos del pueblo, en pantalla homologada a las aberraciones y la muerte caprichosa, y tercero la maqueta del optometrista como sinónimo del control fetichizado, precisamente donde el lunático recrea las moradas de sus víctimas mientras pretende inculcarle a Harry el amor por la máscara de normalidad, el film explora la confianza, la hipocresía, el disgusto, la estabilidad, esta fachada reluciente promedio, el ansia burguesa de novedad y el conflicto entre conservadurismo en la pareja e infidelidad/ aventura, aquí empardada a lo psicopático.
La también productora Kidman, una actriz estupenda y querida por todos, sinceramente ya no puede seguir interpretando a madres con nenes pequeños y su rostro cada día le juega más y más en contra por lo inflado tracción a un bótox totalmente innecesario, algo que también quedaba de relieve en Babygirl (2024), de Halina Reijn, A Family Affair (2024), de Richard LaGravenese, y The Perfect Couple (2024), serie de Susanne Bier y Jenna Lamia para Netflix, por cierto todos productos tan mediocres como el presente. Las pesadillas surrealistas de ella y su amigovio latino están bien resueltas y se agradece el prólogo que cuestiona la credibilidad de Nancy, quien de hecho en la primera escena acusa y echa a la niñera, Candy (Rachel Sennott), por el robo de un aro que luego encuentra en el jarrón de los botones, además del aprovechamiento circunstancial de canciones como No More “I Love You’s” (1995), de Annie Lennox, e I’d Do Anything for Love (But I Won’t Do That) (1993), de Meat Loaf, y de material cinematográfico/ televisivo en línea con Mrs. Doubtfire (1993), film de Chris Columbus, y Police Squad! (1982), la extraordinaria serie de Jim Abrahams y los hermanos David y Jerry Zucker que fue cancelada por la cadena ABC luego de seis episodios y que más adelante derivaría en la franquicia de The Naked Gun (1988-1994), asimismo protagonizada por Leslie Nielsen como el Sargento Frank Drebin, sin embargo el buen andamiaje formal cercano al suspenso hitchcockiano no se condice con la redundancia de la trama o su enigma pobre y simplón, responsabilidad de ese Sodroski cuyo único trabajo previo de relevancia fue Manhunt (2017-2020), serie para Discovery Channel cocreada junto a Jim Clemente y Tony Gittelson. En suma analizando tres fugas identitarias que también son materiales, las dos de Nancy y Fred con respecto al otro o el matrimonio en general -la primera vinculada al affaire y la segunda al asesinato- y aquella de Dave en lo que atañe al racismo, la xenofobia y/ o algún delito del pasado, por lo menos en términos de lo que insinúa la narración, Holland es previsible y muy larga, no se decide qué quiere ser exactamente y el desenlace resulta atolondrado, poco imaginativo e incluso incoherente porque el personaje de Bernal pasa de pretender denunciar al chiflado a fugarse de repente en el último minuto, desdibujando los “sacrificios” realizados en nombre de la veterana y retomando su aparente pánico ante la ley o la policía, detalles jamás explicados en una trama que asimismo deja en el tintero las motivaciones del marido homicida serial…
Holland (Estados Unidos, 2025)
Dirección: Mimi Cave. Guión: Andrew Sodroski. Elenco: Nicole Kidman, Gael García Bernal, Matthew Macfadyen, Jude Hill, Jeff Pope, Isaac Krasner, Lennon Parham, Rachel Sennott, Chris Witaske, River Brooks. Producción: Nicole Kidman, Kate Churchill, Peter Dealbert y Per Saari. Duración: 110 minutos.