Aislados (Abgeschnitten)

Lobo suelto, cordero atado

Por Martín Chiavarino

En base a la exitosa novela homónima de los escritores germanos Michael Tsokos y Sebastian Fitzek publicada en 2012, el realizador alemán Christian Alvart construye un thriller puro y duro sobre una venganza enfermiza de un grupo de padres enceguecidos por su desolación y consternación contra un pederasta misógino y homicida completamente demente que queda libre tras violar, torturar e inducir al suicidio a dos adolescentes.

 

El conocido actor alemán Moritz Bleibtreu compone a Paul Herzfeld, un prestigioso médico forense que encuentra en un cuerpo al que le realiza una autopsia una capsula con un papel con el nombre de su hija adolescente junto a su número telefónico. Así comienza una búsqueda desesperada en medio de un inclemente temporal invernal para salvar a su hija, odisea que incluye una pila de cadáveres dispuestos como claves de un inusual rompecabezas vengativo. Bleibtreu interpreta a un hombre desesperado que tiene que realizar autopsias a distancia a través de una joven acosada por su ex novio, que siente que éste la acecha en cada rincón. Linda (Jasna Fritzi Bauer) está atrapada en el temporal que rodea Heligoland, una isla alemana situada en el Mar del Norte, y accede a ayudar a Paul a encontrar a su hija, Hannah (Barbara Prakopenka), para salvarla de las garras del psicópata violador, Jan Erik Sadler (Lars Eidinger).

 

Aislados (Abgeschnitten, 2018) es un thriller vertiginoso típico de la década del noventa por su estética perversa que remite a las aclamadas y premiadas El Silencio de los Inocentes (The Silence of the Lambs, 1991), de Jonathan Demme, y Pecados Capitales (Seven, 1995), el segundo largometraje de David Fincher. Construido con gran meticulosidad y detallismo, el film adaptado y dirigido por Christian Alvart oscila alrededor de la premisa del suspenso dialógico psicópata a distancia de films como Phone Booth (2002), el opus de Joel Schumacher, y Máxima Velocidad (Speed, 1994), la ópera prima como realizador del conocido director de fotografía Jan de Bont. El film contiene una violencia inusitada, violaciones fetichistas, autopsias descarnadas, perversos asesinatos inducidos, suicidios desesperados y una dosis de locura e impotencia muy altas. Claustrofóbica, siempre en un entorno de encierro y aislamiento exacerbado por una tormenta de nieve, la película dialoga con un terror hardcore, contiene unos cuantos giros inesperados en el relato y propone una venganza épica y aleccionadora que ataca las ideas progresistas desde una derecha nihilista y manipuladora que no conduce a ningún lado.

 

Alvart lleva todo el relato hasta el desborde, hacia una violencia que solo conduce a más violencia, a una situación insoportable en la que todos son víctimas y victimarios de la locura de los otros. La vertiginosidad de la acción no deja lugar a ningún tipo de reflexión, los personajes actúan imperiosamente para escapar de su destino, la muerte, que acecha en cada rincón.

 

A medida que la película avanza el espectador descubre que Paul es un pésimo padre, Linda una mujer que alucina la persecución de su ex novio y los padres de las chicas secuestradas unos psicópatas igual o más dementes que el pederasta, a su vez, un fetichista violento sin moral que parece más un animal en celo que un ser humano. La crítica al sistema judicial garantista alemán que propone la readaptación del sujeto a la sociedad y la mentalidad procedimental alemana es feroz, proponiendo como contrapartida la venganza ejemplificadora por mano propia, a la postre todas instancias de una misma negación de la realidad por parte de todos los involucrados, negación que forma parte de la transformación del individuo en sujeto de un engranaje jurídico y político, sin que se vislumbre una salida como en los textos opresivos de Franz Kafka o Michel Foucault.

 

Pero aun así cada alucinación y cada contradicción tienen su sustento aquí. Linda se siente perseguida porque un par de imbéciles le juegan una broma que podría haber terminado en una muerte accidental de la que no se hacen cargo o que tal vez podría haber conducido realmente a una violación. Linda, a su vez, nunca termina de completar su denuncia contra su ex novio por el maltrato recibido, y Sadler es también una víctima de la locura de los padres, que planean una venganza sobre todos los que garantizaron la liberación del monstruo. De un laberinto se pasa a otro, de la morgue a un búnker subterráneo debajo de un faro. Asimismo el encierro también simboliza el aislamiento de cada personaje en sí mismo, en sus ideas absurdas y en su lugar dentro de la sociedad, contrato roto por el pederasta que arrastra a los demás personajes en un dominó que parece nunca terminar.

 

Aislados cuenta con muy buenas actuaciones de un elenco que se destaca a través de personajes exagerados y extrovertidos que generan humor con su cinismo o su torpeza, creando escenas en las que el suspenso es recortado un poco para volver rápidamente al clímax. Aquí nada ni nadie se salva de un entramado de venganza y dolencia en el que las ideas progresistas y de derecha son contrastadas hasta el fondo de sus contradicciones para autodestruirse en el fragor de la acción descontrolada de los personajes. En ambos postulados el criminal es considerado una bestia salvaje, que en el caso del progresismo debe ser amaestrada y en el caso de la derecha debe ser ajusticiada. Lo novedoso es que para demostrar el error del progresismo la derecha libera a la bestia hacia sus deseos y perversiones más bajas para luego juzgarlo y terminar en un juego en el que todo sale mal. Tanto el criminal como ambas posturas demuestran la locura incoherente y nihilista en la que está envuelta la sociedad, el debate sordo y la imposibilidad de diálogo, que sí se da entre Paul y Linda, dos seres de distinta generación que no se conocen, pero que logran trabajar juntos a la distancia en medio de la locura. Dentro del hiperrealismo que impera hoy en el cine, incluso en el cine fantástico, que ha olvidado que las contradicciones son parte de su esencia, el dispositivo de exageración demuestra una vez más que funciona para hacer colisionar las ideologías con vistas a que estallen ante la cruda realidad.

 

Aislados (Abgeschnitten, Alemania, 2018)

Dirección y Guión: Christian Alvart. Elenco: Moritz Bleibtreu, Jasna Fritzi Bauer, Lars Eidinger, Fahri Yardim, Enno Hesse, Christian Kuchenbuch, Urs Jucker, Barbara Prakopenka, Stephanie Amarell, Dirk Nocker. Producción: Christian Alvart, Siegfried Kamml, Hartmut Köhler, Barbara Thielen y Regina Ziegler. Duración: 132 minutos.

Puntaje: 8