Tres años antes del fallecimiento de Witold Gombrowicz, Rita Labrosse, que se convertiría en su secretaría y más tarde en su esposa y única heredera, descubrió la existencia de un diario íntimo que el autor de Ferdydurke (1937) guardaba celosamente, Kronos, un manuscrito con anotaciones sobre su salud, su sexualidad, su estado económico, sus pasiones y sus obsesiones más secretas. Hasta hace siete años inéditos, los diarios publicados por Rita, que se casaría con él un año antes de su fallecimiento tras una extensa relación que comenzó en 1964 en Francia, habían sido la base para la publicación de varios de sus textos pero nunca habían sido revelados más que a un selecto grupo de parientes y allegados íntimos.
Después de la muerte del autor de Cosmos (1967), Rita Gombrowicz comenzó a desentrañar y decodificar estos diarios a partir de la ayuda de amigos de Gombrowicz y traductores, pero el texto permaneció sin publicar durante muchos años hasta que la difusión y el éxito de la obra de Gombrowicz alrededor del mundo, y su reconocimiento en Polonia tras la disolución del Pacto de Varsovia y la caída del régimen socialista, aceleraron la decisión de publicar un texto que permite dar un nuevo tono a las ediciones críticas de varias de las obras de Gombrowicz que han visto la luz después del centenario de su nacimiento. Kronos es la verdadera inspiración de los dos textos publicados por Rita sobre su esposo, Gombrowicz en Argentina (1984) y Gombrowicz en Europa (1988), publicados primero en Francia, luego en Polonia y años más tarde en Argentina por El Cuenco de Plata, editorial que ha reeditado toda la obra de Gombrowicz es castellano en nuestro país.
Witold Gombrowicz había llegado a la Argentina en 1939 poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial con un grupo de escritores polacos y se quedaría hasta 1963, año en el que decide partir nuevamente hacia Europa para buscar la gloria como escritor en el seno cultural europeo y promover así su obra, poco conocida hasta ese momento. Cuando llega a la Argentina Gombrowicz tan solo había publicado Ferdydurke y unos cuentos, Memorias del Período de la Inmadurez (1933), que luego serían reeditados con el agregado de tres cuentos más bajo el título de Bacacay (1957), en referencia a la calle de los barrios de Caballito y Flores, donde Gombrowicz vivió un tiempo.
Crítico sardónico de la sociedad de su tiempo, Gombrowicz atacó al nacionalismo polaco en Ferdydurke y narró sus vicisitudes durante sus primeros años en Argentina en Trans-Atlántico (1953), pero fue en sus Diarios (1953-1969) donde desarrolló un estilo narrativo único, corrosivo y vanguardista que cautivó a sus seguidores e irritó a sus acérrimos detractores. Los Diarios fueron inspirados por la lectura de los famosos Journals (1939-1951), del escritor francés André Gide, y se publicaron regularmente en una revista de los emigrantes polacos, Kultura. Así como los Diarios tenían una intensión pública, Kronos es un diario privado, un compendio de encuentros y sensaciones, notas para no olvidar pequeñas cuestiones cotidianas y para dejar plasmadas sus sensaciones y vivencias más privadas desde su punto de vista personal. Se presume que la escritura de Kronos fue comenzada a finales de 1952 o principios de 1953, año en que las anotaciones comienzan a tener un peso real, a cobrar vida y sentido más allá de las notas al pie que explican los apuntes que Gombrowicz escribió en cursiva, siempre guardó cuidadosamente y mantuvo en secreto.
Kronos comienza en 1922 cuando Gombrowicz termina el bachillerato en Polonia y es un compendio de recuerdos sobre su juventud hasta que en 1953 el autor de Pornografía (1960) comienza a esbozar lo que serán los pormenores de su vida. Kronos no es un diario destinado a un lector, es más bien un armazón, un recordatorio que le permite a Gombrowicz tener a mano las cuestiones que el autor de Bacacay (1957) consideraba centrales de su vida. A pesar de que Kronos sea una invasión a su intimidad y de que no necesariamente las anotaciones que Witold Gombrowicz realizó a modo de referencias privadas revistan de veracidad, Rita Gombrowicz decidió publicar el diario completo sin censuras ni omisiones, tan solo con el agregado de extensas notas al pie que ponen en contexto a las personas, los lugares y las referencias a las que Gombrowicz alude en su texto.
Kronos realmente contiene la mirada del mundo de Gombrowicz de una forma descarnada en un texto en el que el escritor toma distancia de sí mismo, se autoanaliza con una honestidad brutal sobre sus urgencias y deseos sexuales y sobre su obcecación con las cuestiones económicas, pero también Gombrowicz habla sobre su carrera literaria, los acontecimientos históricos de la época en que vive, de su sensibilidad musical, su trabajo en el Banco Polaco, sus viajes, su pasión por el ajedrez y su calidez con los animales, todas cuestiones centrales para comprender a un escritor que vivió casi veinticinco años en Argentina y escribió gran parte de su obra mientras se desempeñaba como empleado administrativo de un banco, como periodista y traductor, y hasta dictaba cursos de filosofía.
Pero la cuestión principal de Kronos es la relación de Gombrowicz con su propia obra, la necesidad de ser traducido y lograr que su producción trascienda y logre encontrar su público. Desde la relación con sus editores, con Radio Free Europe y con la revista Kultura, hasta las puestas en escena de sus obras de teatro, especialmente El Casamiento (1948) e Yvonne, Princesa de Burgundy (1958), Kronos narra la carrera literaria de Gombrowicz desde su intimidad más cruda y sus anhelos de reconocimiento más privados.
Para el lector argentino de Gombrowicz la relación con otros escritores como Ernesto Sábato, Eduardo González Lanuza, Carlos Mastronardi y Miguel Grinberg, y la distancia para con la Revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo, tendrá particular interés, así como sus referencias filosóficas, otra pasión importante que quedó plasmada en los cursos que dictó, publicados por Rita bajo el título Curso de Filosofía en Seis Horas y Cuarto (1971).
Las notas al pie permiten darle un sentido a textos que en muchas ocasiones serían esquivos al lector haciendo más amena la lectura de anotaciones que le aportan mucho a la obra de Witold Gombrowicz y en algunos casos permiten un análisis más personal de un autor que cultivó un estilo satírico y corrosivo que en base a la tragicomedia construyó una obra tan maravillosa como polémica, dividiendo las aguas de su tiempo.
Kronos fue publicado por la editorial independiente argentina El Cuenco de Plata en su colección Biblioteca Gombrowicz con una traducción de Bożena Zaboklicka y Pau Freixa y una introducción de Rita Gombrowicz. El Cuenco de Plata ha publicado toda la obra de Gombrowicz en esta colección: Ferdydurke, Trans-Atlántico, Pornografía, Cosmos, Diarios, Diario Argentino, Peregrinaciones Argentinas, El Casamiento, Bacacay, Teatro Completo, Recuerdos de Juventud y Curso de Filosofía en Seis Horas y Cuarto, recuperando para el lector castellano la obra de uno de los escritores más irónicos del Siglo XX.
Kronos es un diario honesto de un hombre que indaga sobre sí mismo para conocerse, comprenderse y poder escribir sobre sus deseos, su bisexualidad, sus penurias económicas y su salud, cuestiones que lo persiguieron como obsesiones durante toda su vida adulta, y permite al lector adentrase aún más en los fantasmas y en el devenir de un escritor tan cautivador como inclasificable. El volumen también incluye una nota de los traductores sobre las dificultades de la traducción de Kronos y varias fotografías del escritor a modo de ilustración para un libro que en su carácter ordinario logra transformar la cotidianeidad en un acontecimiento literario.
Kronos, de Witold Gombrowicz, El Cuenco de Plata, 2020.