El cineasta neozelandés Taika Waititi, un artista inquieto siempre cercano al humanismo demencial, es una de las típicas víctimas de la cultura de la fragmentación marketinera -y de la vagancia y chatarra intelectual o simple idiotez, a decir verdad- del Siglo XXI porque casi nadie vio todas sus películas a pesar del hecho de que el señor en esencia siempre tuvo el mismo horizonte, léase un humor entre freak, irónico y bien contracultural que gusta del absurdo y los conflictos antropológicos, en este sentido conviene tener presente que los fans del indie sustentado en una buena dosis de humor seco pero entrañable de seguro conocerán Eagle vs. Shark (2007), Boy (2010) y Hunt for the Wilderpeople (2016), la primera una obra de impronta hiper noventosa, la segunda una comedia dramática familiar y la tercera una hilarante road movie de fuga de la ley, los adeptos al horror en su vertiente cómica/ satírica tienen en alta estima a Casa Vampiro (What We Do in the Shadows, 2014), aquella joya codirigida por Jemaine Clement con un marco de mockumentary o falso documental, los que adoran las parodias históricas y la comedia negra en general festejaron Jojo Rabbit (2019), su lectura socarrona del nazismo con pinceladas de drama bélico tradicional a toda pompa, y finalmente los lobotomizados que consumen los productos de Marvel en gran medida se indignaron con Thor: Ragnarok (2017) y Thor: Amor y Trueno (Thor: Love and Thunder, 2022), la primera una propuesta fallida y la segunda un bodrio ya en modalidad autodestrucción, díptico que se cargaba a puro caos los clichés más soberbios y maniqueos de todo el horrendo cine de superhéroes del nuevo milenio y las franquicias interminables.
Su nueva película, Gol Gana (Next Goal Wins, 2023), es un trabajo menor aunque dentro de todo disfrutable que fue rodado antes de Thor: Amor y Trueno pero estrenado después debido a la necesidad de volver a filmar las escenas en las que participaba Armie Hammer, éste eventualmente reemplazado por Will Arnett a raíz de la aparición en 2021 de una serie de acusaciones de abuso sexual contra el primero. La anécdota está basada en hechos reales que ya fueron analizados en el maravilloso documental británico del mismo título de Mike Brett y Steve Jamison, Next Goal Wins (2014), y es muy conocida dentro del ambiente futbolero por su naturaleza ultra estrafalaria que pinta de pies a cabeza los delirios detrás de muchos torneos injustos: en 2001 se produjo la peor derrota de una selección internacional de fútbol en un match deportivo oficial de la FIFA, aquel 31-0 en el que Australia masacró sin piedad a Samoa Americana, una colonia de segunda mano y semi independiente de Estados Unidos en la Polinesia que por entonces estaba compitiendo en las eliminatorias para la Copa Mundial de 2002 en Japón y Corea del Sur, un partido hiper desproporcionado -de hecho, Australia venía de ganarle 22-0 a Tonga en el grupo de Oceanía- que derivó en una década de vergüenza y burlas hasta que el director técnico neerlandés Thomas Rongen logró la proeza de que el equipo volviese a ganar un partido como no sucedía desde 1983, hablamos del 2-1 ante Tonga del 2011 por la clasificación para el Mundial de Fútbol 2014 con sede en Brasil, una gesta magnificada por apenas tres semanas de entrenamiento previo y por los fracasos que el propio Rongen arrastraba en la selección sub20 de yanquilandia.
La trama ideada por Waititi e Iain Morris, con quien colaboró en la adaptación televisiva para FX de su neoclásico de chupasangres risibles, What We Do in the Shadows (2019-2023), nos presenta al querido Michael Fassbender en el rol de Rongen, aquí regresando a la actuación luego de una ausencia de cuatro años que se cortaría también con El Asesino (The Killer, 2023), de David Fincher, y se mantiene en general bastante cerca de la realidad aunque por supuesto exacerbando el costado grotesco del choque cultural con el europeo, el trasfondo amateur de los samoanos americanos -además eternamente ridiculizados por sus vecinos de Samoa, independientes en serio como país- y la derrotara aplastante frente a Australia símil trauma nacional que anhelan dejar atrás. Todo transcurre en aquel 2011 que impone la llegada del holandés, un ex jugador que desarrolló su carrera como técnico en Estados Unidos, gracias a su racha negativa en suelo norteamericano y la necesidad de los samoanos de “sangre extranjera” que pueda inyectar algo de profesionalismo en la funesta versión local del popular arte del balompié, en esencia al mando de Ace (David Fane), un entrenador homosexual y sin experiencia alguna, y Tavita (Oscar Kightley), presidente de la federación vernácula de fútbol, camarógrafo de prensa y dueño de un restaurant. Thomas es muy arrogante e iracundo porque tiempo atrás perdió a su hija Nicole en un accidente automovilístico y para colmo está lidiando con la separación de la que fuera su esposa, Gail (Elisabeth Moss), ahora en pareja con su jefe inmediato, Alex Magnussen (Arnett), además el equipo que debe llevar a la gloria está repleto de jugadores sin talento y fofos patéticos.
Respetando la estructura narrativa de esa autosuperación que tanto le gusta al mainstream volcado a las faenas deportivas y los relatos sobre marginados que alcanzan su punto de ebullición en materia del menosprecio, el acoso o la humillación, Gol Gana es la primera película potable de verdad sobre fútbol desde la muy lejana Escape a la Victoria (Victory, 1981), aquel opus de John Huston con Sylvester Stallone, Michael Caine, Max von Sydow y Pelé también basado en un suceso real, el llamado Partido de la Muerte del 6 de agosto de 1942, en la Ucrania ocupada por los nazis de la Segunda Guerra Mundial, entre los locales FC Start o Football Club Start y el seleccionado de la Fuerza Aérea Alemana o Luftwaffe, Flakelf. Waititi aprovecha astutamente la faceta mordaz de Fassbender y construye un relato muy sencillo alrededor de la “misión imposible” que se le asigna, esto de recuperar la dignidad de los samoanos americanos en materia deportiva, lo que nos deja con algunos episodios graciosos basados en los intercambios entre Rongen, el siempre bienintencionado Tavita y una colección de personajes de pocas pulgas que incluye al jugador Daru (Beulah Koale), el policía Rambo (Semu Filipo) y el travesti/ fa’afafine Jaiyah Saelua (Kaimana). El film no sólo retrata a los “mejores de los peores del mundo” sino que se toma en solfa al quid folklórico, la mirada extranjera reduccionista sobre él y los procesos de representación que el mainstream anglosajón blanquito suele emplear para apropiarse de las costumbres y las odiseas foráneas, algo por cierto aquí legitimado por un Taika que siempre regresa a los nativos de Oceanía y jamás nos aburre con esos sermones solemnes modelo Hollywood…
Gol Gana (Next Goal Wins, Reino Unido/ Estados Unidos, 2023)
Dirección: Taika Waititi. Guión: Taika Waititi e Iain Morris. Elenco: Michael Fassbender, Oscar Kightley, Beulah Koale, Kaimana, David Fane, Rachel House, Will Arnett, Elisabeth Moss, Uli Latukefu, Semu Filipo. Producción: Taika Waititi, Steve Jamison, Jonathan Cavendish, Mike Brett y Garrett Basch. Duración: 104 minutos.