Entrevista a Yebo y The Great Nalna, de The Tremolo Beer Gut

¡Más trémolo, por favor!

Por Damián Jarpa

La banda de surf-rock de la cual hablaremos, The Tremolo Beer Gut, cuarteto instrumental que viene tocando desde fines de los 90 y originario de la capital más austral de Escandinavia, Copenhague, hace un culto supremo al género que se forjó bajo el calor suburbano de California tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la cultura juvenil giraba en torno a las playas y los coches deportivos. Si bien su apogeo se desvaneció a mediados de los 60 con el auge de la Invasión Británica, la música surf influyó en géneros posteriores como el garage rock y el punk e incluso en las bandas sonoras del spaghetti western. Experimentó resurgimientos en los 80 y 90 de la mano de grupos como The Barracudas y Agent Orange, que fusionaron el acervo con el punk o la new wave.

 

En lo que respecta al sonido del colectivo tenemos que decir que es una mezcla, precisamente, de rock instrumental, surf y los soundtracks del spaghetti western. Sus temas poseen una calidad cinematográfica que le ofrece al oyente una atmósfera de salvajismo controlado, con canciones cortas y directas que no dan respiro. Su amalgama de sonidos retro, con un toque moderno y un acercamiento bastante único a la hora de grabar, tiene un efecto inmediato en la identidad de la banda, que a esta altura cuenta con cuatro álbumes de estudio, el último llamado You Can’t Handle (2021), trabajo que contó con la colaboración de figuras como Sune Rose Wagner (The Raveonettes) y Jon Spencer y Cristina Martínez (Pussy Galore, Boss Hog y The Honeymoon Killers).

 

Sin embargo en vivo poseen la característica de entregar una energía infecciosa e ingenua que capitalizan más acabadamente que en estudio, todo sea para dar un gran espectáculo de rock and roll. Hay que sumarle el hecho de que dos de los miembros de la banda tienen un sello discográfico, llamado Crunchy Frog Recordings, que sobrevive a los embates de la industria musical del Siglo XXI y que este 2025 cumplió unos impresionantes 31 años. Dentro de su vasto catálogo se puede encontrar lo mejor del rock independiente escandinavo actual. Lanzamientos canónicos, como los de Junior Senior y The Raveonettes, le han dado identidad al sello.

 

Para entrevistar a los miembros de The Tremolo Beer Gut viajé a Copenhague, donde me recibió un sol fuerte pero agradable, pese a los presagios meteorológicos que habían alertado mal tiempo. Yebo y The Great Nalda, baterista y guitarrista respectivamente, me esperan en los cuarteles generales del recomendable bar The Mudhoney, un tributo a la banda de Seattle y al film de Russ Meyer de 1965, que cuenta con una espectacular variedad de cervezas y cocteles que contribuye a crear la atmósfera ideal para la entrevista.

 

¿Cómo se formó The Tremolo Beer Gut?

Yebo: Estábamos en otra banda llamada Psyched Up Janis a fines de los 90 y mientras viajábamos en nuestra camioneta se nos ocurrió junto con Sune Wagner que teníamos que formar una banda de surf. Sune dijo que el grupo debía ser un cuarteto siguiendo el estándar de las bandas del género. Al mismo tiempo dijimos que teníamos que tener un miembro sueco y pensamos inmediatamente en el bajista Per Sunding. Así que con Sune Wagner tuvimos muchas ideas de cómo debía ser, el proceso fue cercano a armar una boy band pero de música surf. (Risas) Estábamos contentos con el hecho de que nadie en la agrupación tenía que cantar. Inmediatamente hicimos nuestro primer álbum llamado The Inebriated Sounds of the Tremolo Beer Gut (1999).

 

¿Cómo es el proceso a la hora de componer y grabar?

Yebo: Grabamos en cinta y es un proceso bastante artesanal, lo hacemos en Tambourine Studios (Suecia), un lugar en el cual bandas como The Cardigans y Eggstone (precursores del indie pop sueco) suelen grabar. Lo que queremos decir con esto es que cuando empezamos a tocar, inicialmente marcamos un dogma de cómo van a ser las cosas. Por ejemplo, cuando realizamos la tapa para nuestro primer siete pulgadas, dijimos entre nosotros que la vestimenta y la foto de prensa iban a ser exactamente igual y esto se ha repetido en todos los discos desde entonces con algunos cambios mínimos, manteniéndose pese a todo. Y para agregar, a la hora de grabar, tratamos de ser lo más eficientes y espontáneos posibles. Como el proceso es analógico, tratamos de no emprolijar tanto el sonido, ni maquillarlo, ni meter overdubs de más. Ya que nos gusta mantener la esencia cruda de la banda. Queremos ser espontáneos. Lo mismo sucede en vivo, ya que no tenemos setlists. Lo que pasa es que funcionamos así. Si hay alguien del público que pide una canción específica, lo que hacemos como banda es tratar de tocarla inmediatamente y desde ahí vamos generando climas alrededor de los temas que tenemos.

 

Ustedes son una banda que empezó a tocar mucho fuera de Dinamarca, pero en su extensa discografía hay un intervalo de tiempo dónde no sacaron material, ¿qué pasó durante ese período?

The Great Nalna: Al mismo tiempo, nosotros tenemos trabajos aparte, Yebo y yo tenemos el sello discográfico y una mini cadena de bares, el otro guitarrista, Jengo, tiene algunos restaurants y Per es psicólogo, así que estamos todos muy ocupados. En el medio de todo, cuando podemos tocamos. Si nos sale una gira en Estados Unidos vemos la manera de encararla, tocamos en Boston, Massachusetts, dos veces en la fiesta de una cerveza danesa. Hasta hemos tocado en el Noroeste de Estados Unidos y nos encontramos con los chicos de Mudhoney. Pero nuestra relación con Estados Unidos no comenzó en la década del 2010. La verdad es que se remonta al año 2000, cuando fuimos invitados a tocar al South by Southwest (SXSW), en Austin, que justo coincidió con el momento en el que me uní como guitarrista.

 

¿Y cómo es la relación con Sudamérica?

The Great Nalna: Nos encanta porque tiene una vibra muy única, comparada con los otros lugares que nombramos. Fuimos a principios del 2023. Y a fin del año pasado pudimos ir e hicimos toda una gira bastante extensa, que consistió en once fechas. Además, agregamos lugares que no habíamos visitado antes como Santiago de Chile o Montevideo, y obvio los más tradicionales como Buenos Aires, São Paulo y Río de Janeiro. Resulta increíble que cuando vamos allá, nos sorprendemos y cada vez más gente nos conoce. Tenemos una canción que cuenta con la voz de la brasileña Flávia Couri (ex guitarrista de Autoramas, actualmente residente en Dinamarca y miembro de The Courettes junto a su pareja danesa, el baterista Martin Couri), que es un cover de una de las leyendas del rock de Brasil, Os Mutantes, lo que me da el pie para que te cuente una anécdota. Una semana antes de llegar con la banda, viajé por mi cuenta con mi mujer y nos quedamos en un lugar en el centro de la ciudad. Cuando me encuentro con el dueño del Airbnb que gentilmente me ayudó a cargar mis instrumentos, le doy en muestra de agradecimiento uno de nuestros siete pulgadas, que es un cover de Os Mutantes, A Minha Menina (1968). ¡El tipo inmediatamente se puso blanco y me dijo que el tecladista de Os Mutantes le da clases de piano a su hijo en el mismo edificio donde yo me estaba quedando! Lo que quiero decir es que cada vez que vamos nuestros lazos van creciendo con América Latina. En Brasil estamos conectados con gente del sello Reverb Brasil, que se encarga de editar nuestro material allá, y Los Tormentos (banda argentina de surf) son de gran ayuda cuando vamos o hacemos una gira.

 

¿Cuáles son los planes para The Tremolo Beer Gut?

The Great Nalna: Mientras esperamos que surja alguna fecha, la idea era grabar en agosto pero por nuestra apretada agenda no se pudo dar, así que vamos a volver a nuestro estudio y grabar a partir de noviembre de este año. Si todo sale bien a principios del 2026 debería de ver la luz. Presentaremos el disco en Norteamérica, Ciudad de México y quizás Perú. El álbum saldría obviamente por Crunchy Frog, el sello de la banda, así el ciclo se completa de manera exitosa.

 

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