Backyard Babies en Niceto Club

Momento de saldar deudas

Por Ernesto Gerez

Vinieron millones de bandas, sobre todo durante los liberales años 90 pero también durante la segunda mitad de la década kirchnerista. En los últimos años, en medio de la actual reconfiguración económica de apertura friendly, fuimos testigos de un nuevo boom de visitas. Sin embargo, una gran deuda del rock internacional para con estas tierras cosmopolitas, era la visita de las bandas escandinavas que supieron revitalizar al rock and roll más crudo y salvaje (sólo recuerdo la visita de los geniales finlandeses Flaming Sideburns a mediados de la década del 2000). Rock que parecía muerto después de la masiva explosión que supo comandar Guns and Roses, una de las grandes bandas que llevó al glam a los límites del punk infiltrando, en una escena abandonada por las baladas de moda, la vieja escuela de los New York Dolls o los Hanoi Rocks mezclada con la crudeza de los Damned o los Dead Boys; todas bandas que también rescatarían los exponentes escandinavos de la renovación de los años 90. Backyard Babies forma parte de esas bandas que a finales de los años 80 y desde la nieve se propusieron por un lado pertenecer a una escena en boga (podríamos pensar también en Backstreet Girls) y, por otro, se ocuparon, consciente o inconscientemente, de modernizar el calor del rock and roll junto con sus compatriotas The Hellacopters, y con Gluecifer y Turbonegro al otro lado de la frontera norte de su Suecia natal. Una figura clave de la inyección de vitalidad a un glam que a mediados de los años 90 parecía acabado, fue Dregen, compositor y guitarrista de los Backyard que puso su banda en pausa para armar, junto con Nicke Anderson, otra de las formaciones que integraría el círculo de oro escandinavo: los mencionados Hellacopters, para luego volver a su proyecto original y seguir editando discos que siempre tuvieron un piso de calidad infernal, más allá de que puedan gustarnos más o menos sus composiciones.

 

En el primer show en Buenos Aires de los Backyard Babies (que vale aclarar que mantienen su formación desde hace casi treinta años) pudimos apreciar una lista a la altura de su bagaje, de su importancia y de su historia. Por ello, en esta gira suenan varios temas de sus primeros discos (sobre todo del segundo y el tercero). La noche abrió y cerró con temas de Total 13 (1998), disco que está cumpliendo 20 años y una de sus producciones más killer, a diferencia de, por ejemplo, su último disco editado en 2015 o de algunos segmentos del disco homónimo de 2008 en donde eligen, por momentos, la tranquilidad melódica por sobre el rock anfetamínico. Otro de los discos que se llevó una buena parte de la lista en un Niceto colmado para sorpresa de varios, fue el rocker Making Enemies Is Good (2001); sonaron los geniales Brand New Hate y Star War, entre otros, ambos con una capacidad hitera asombrosa y sin recurrir a los toques alternativos de otras de sus composiciones más amigables con el oído popero. El show supo conjugar la habilidad del batero Peder Carlsson, con la gran calidad vocal de Nicke Borg y con el histrionismo de Dregen, un payaso a la altura del mejor Keith Richards. El cierre después de la pausa obligada luego de poco más de una eléctrica hora de rock al palo, fue con el esperado Minus Celsius, corte y hit de tal vez su último disco perfecto: Stockholm Syndrome (2002), y con Look at You del festejado Total 13. Esperemos que esta visita sea el puntapié inicial para saldar la deuda con nuestro país del vital rock escandinavo.

 

Backyard Babies en Niceto Club. 24-03-18.

Nicke Borg: voz y guitarra.

Dregen: guitarra y coros.

Johan Blomqvist: bajo.

Peder Carlsson: batería.