Queens of the Stone Age y Foo Fighters en Vélez Sarsfield

Motor, alma y sangre

Por Enrique D. Fernández

El recital de Queens of the Stone Age y Foo Fighters que se llevó a cabo en el Estadio Vélez Sarsfield el pasado 7 de marzo, se convirtió durante sus casi 6 horas de duración, en la prueba fehaciente de que ambas bandas se encuentran en una etapa de solidez musical como nunca antes habían demostrado. Si bien tanto el grupo de Josh Homme como el de Dave Grohl ya se habían presentado anteriormente en nuestro país por separado, esta actuación en sociedad los encontró en una etapa de plena madurez artística, ya que los discos en estudio que ambos editaron el año pasado se posicionaron entre los más enérgicos y eficientes del mainstream de la última temporada.

 

Los Queens of the Stone Age ofrecieron un set compacto y directo, desfilando por los mejores momentos de su discografía; pasando por instancias dinámicas y otras un tanto más densas. El quinteto californiano dinamitó el prolijo sonido de Villains (2017), su última aventura en los estudios, por una distorsión más potente. Por otra parte, Foo Fighters realizó un show acorde a su status masivo. Una presentación más emparentada con el carácter popular de la banda en el que únicamente interpretaron el material comercial de su trayectoria, y obviaron cualquier intento de rescatar perlitas de los magistrales Foo Fighters (1995) y The Colour and the Shape (1997). La excusa de esta visita fue Concrete and Gold (2017), la placa que para muchos vino a corregir al agridulce Sonic Highways (2014), aquel disco de transición que lanzaron luego del galardonado Wasting Light (2011). De todas formas ambos grupos fueron fieles a las canciones que presentaron durante la gira que los acercó al tramo sudamericano, y que contaba con las pampas argentinas como última parada.

 

Mientras el atardecer se ocultaba y el crepúsculo acaparaba el barrio de Liniers, los vampiros de Homme y compañía asaltaron el escenario de Vélez para irradiarnos su distorsión desenfrenada. Desde el momento en que los primeros acordes de My God Is the Sun se desprendieron de los parlantes, el público presente comenzaba a ser seducido por la potencia hipnótica de la banda. La carta de presentación fue efectiva pero el golpe letal llegaba a continuación con Burn the Witch, donde el aquelarre de guitarras iniciaba una hoguera liderada por la voz endemoniada de Homme y su look rockabilly. El ocultismo de Lullabies to Paralyze (2005) se mantuvo a continuación con la rockera In My Head, y a su término se iniciaba la ronda de estrenos con Feet Don’t Fail Me y The Way You Used to Do, ambas pertenecientes al reciente Villains. El set se mantuvo intercalando instancias de la última etapa junto a los discos Era Vulgaris (2007) y Like Clockwork (2013).

 

El material sonaba ajustado al despliegue de los músicos y Homme se mostró como un maestro de ceremonias dispuesto a electrificar la previa de lo que vendría más tarde. Un recital ligero y candente al mismo tiempo que dejó a muchos argentinos con ganas de más. Una hora y media de grandes canciones demostraron que los Queens of the Stone Age pueden sentirse a gusto siendo un grupo que puede gozar del perfil popular que se ganaron, y al mismo tiempo lucirse como si fuera una banda tocando en un bar de mala muerte. Pesados y oscuros, pero sin descuidar su postura canchera. Claro que más allá de la pose, musicalmente alcanzaron un status particular, siendo una agrupación que aún sostiene sus orígenes provenientes del stoner y el garage, y que supieron fusionarlo con vertientes más alternativas y abiertas. Como beso de despedida crujieron las guitarras machacantes de No One Knows, Go With the Flow y A Song for the Dead, una trilogía aplastante proveniente de Songs for the Deaf (2002), ese que siempre será recordado como su disco de quiebre en la escena comercial.

 

Cabe aclarar que como motivo de las irregularidades en las inmediaciones, responsabilidad de la productora por la mala organización en los ingresos, buena parte del público que había adquirido entradas para el sector campo no pudo presenciar el recital de Queens of the Stone Age en su totalidad, ya que los accesos no se habilitaron correctamente. Apenas un grupo de espectadores se encontraba frente a los músicos cuando estos iniciaron el set; y el resto sólo pudo ingresar a medida que sonaba la primera tanda de canciones. Incluso una vez finalizado el evento, la productora DF Entertainment no se responsabilizó por lo sucedido.

 

Pasados apenas unos minutos después de las 21:30 las luces del estadio se apagaron y los reflectores del escenario iluminaron al sexteto de Seattle al frente de sus instrumentos, listo para iniciar la fase final de la noche. Foo Fighters arrancó su performance con el primer estreno de Concrete and Gold sonando en nuestro país. Para cuando los acordes de Run tronaron, el campo se transformó en un tsunami de fanáticos saltando y gritando al ritmo de Grohl y sus secuaces. El setlist para la ocasión no se diferenció mucho de los que la banda presentó durante sus visitas anteriores, y es que a esta altura Foo Fighters ya se hizo de una larga lista de hits difíciles de descartar durante los recitales. All My Life, Learn to Fly y The Pretender fue la tirada de acordes descomunales que siguieron para calentar el ambiente.

 

Entre tema y tema, un Grohl verborrágico se permitió recorrer el escenario de una punta a la otra para estudiar el ánimo de los presentes y conectar con sus fanáticos. Claro que los músicos no soltaron el acelerador y continuaron con The Sky Is a Neighborhood, otro estreno que se ajustó a la versión en vivo junto al coro femenino que acompañó al grupo durante esta gira. En el medio Rope, y para cerrar este bloque una de las mejores piezas de Concrete and Gold, la beattlera Sunday Rain con el baterista Taylor Hawkins tomando el control de la voz; dejando al frontman estrella a cargo de los parches. Luego llego uno de los primeros duetos entre el frontman y el público argento con la infaltable My Hero, aunque en una versión más desacelerada. Entre el riff y la melodía, la euforia contenida de las canciones se disparaba en diferentes direcciones.

 

El listado siguió su rumbo con temas que ya son habituales en los shows de Foo Fighters, aunque los músicos, en especial su líder, no dejaban de sorprenderse por la recepción de los fans; y claro que los comentarios respecto a cuál es el mejor público recitalero durante los tours mundiales no se hicieron esperar. Sobre la mitad de la lista llegó la presentación de los músicos, los cuales fueron zapando covers que resaltaron la posición de cada uno dentro de la banda. Primero sonaría completo Under My Wheels de Alice Cooper en la voz del guitarrista Chris Shiflett, para luego dar lugar a un popurrí de hitazos que iba desde Van Halen hasta The Ramones; y finalmente Under Pressure como cierre con Hawkins nuevamente al frente de la orquesta.

 

Para aquel entonces Foo Fighters ya llevaba casi dos horas arriba del escenario, y parecía que el público presente no tenía intenciones de abandonar el predio por un buen rato. El grupo lanzó otro combo de clásicos que arrancó con la rabiosa Monkey Wrench y finalizó con Best of You, otra de esas canciones que parecen haber sido compuestas para interpretarse en vivo. Al cierre Grohl y sus muchachos abandonaron el escenario, pero todos los presentes sabían que los bises eran inevitables. El regreso fue con Dirty Water, donde el coro de mujeres se volvió a lucir, y una despedida a puro grounge con los temazos This is a Call y Everlong, los cuales desataron el último pogo argento de la noche. Así se coronaba otro reencuentro con dos de las bandas que mejor mantienen a flote el rock alternativo de las últimas décadas. Esperemos que la próxima reunión los traiga con más canciones bajo el brazo.

 

Queens of the Stone Age y Foo Fighters en Vélez Sarsfield. 07-03-18.

 

Queens of the Stone Age:

 

Josh Homme: voz, guitarra y piano.

Troy Van Leeuwen: guitarra, teclados, sintetizadores y percusión.

Michael Shuman: bajo y sintetizadores.

Dean Fertita: teclados, sintetizadores y guitarra.

Jon Theodore: batería y percusión.

 

Foo Fighters:

 

Dave Grohl: voz y guitarra.

Nate Mendel: bajo.

Pat Smear: guitarra.

Taylor Hawkins: batería y percusión.

Chris Shiflett: guitarra.

Rami Jaffee: teclados y piano.