Italpark

Nostalgia prefabricada

Por Emiliano Fernández

El caso del Italpark, un parque de diversiones que estuvo ubicado entre 1960 y 1990 en un barrio de clase alta de la ciudad de Buenos Aires, Recoleta, y fue por muchos años uno de los más importantes de Latinoamérica, resume muy bien la transformación del Estado de Bienestar de mediados del Siglo XX en el esperpento neoliberal de las postrimerías de dicha centuria y el inicio del nuevo milenio, pensemos que el complejo de entretenimiento nació como parte de la Feria del Sesquicentenario de Argentina, 150 años contados a partir de la Revolución de Mayo de 1810, y en pleno desarrollismo de Arturo Frondizi, gobierno que terminó concediéndole la construcción a la Familia Zanon, en suma unos magnates y hermanos italianos que estaban asentados en Uruguay y ya tenían experiencia en el rubro por el Parque Rodó, así decidieron probar suerte en un mercado mucho más grande como el argentino. De a poco el complejo fue creciendo hasta llegar a tener un poco menos de cuarenta juegos mecánicos de diversa envergadura y dos montañas rusas, período de oro que cubre la década del 60 y sobre todo los años 70 porque los precios en general eran accesibles, existían convenios muy interesantes con fábricas y empresas varias y el parque había elegido muy bien a su público, abarcando las familias menudas durante el día y los jóvenes con ansias de “emociones fuertes” durante aquellas noches de los fines de semana.

 

La estrategia comenzó a cambiar en la década del 80 ya que las promociones comenzaron a desaparecer, creció el valor de las entradas, las clases populares ya no pudieron acceder, se empezaron a programar exposiciones y recitales de rock en el terreno de por sí limitado del complejo y en especial la competencia se tornó algo mucho brutal, hablamos tanto del Interama, otro parque aunque ubicado en el barrio porteño de Villa Soldati, como del auge de los blockbusters cinematográficos para toda la familia, un esquema comercial que tuvo un auge muy marcado por aquellos años a nivel local y hollywoodense planetario. Como siempre ocurre cuando en el capitalismo los oligarcas detectan que les baja el margen de ganancia, los Zanon y su management empezaron a descuidar el mantenimiento de las muy peligrosas atracciones y así se acumularon un par de incendios misteriosos en 1989, en la pista de carreras Súper Monza y en el Laberinto del Terror, y un accidente fatal en 1990, cuando en el juego Matter Horn falleció una púber de 15 años, Roxana Alaimo, cuando se rompió un perno que sostenía un carro de ese carrusel/ tiovivo maximizado. El episodio no sólo puso al descubierto la negligencia de los dueños sino también la corrupción y codicia del intendente menemista en funciones, Carlos Grosso, quien jamás hizo inspección alguna en el lugar y pretendía desalojar el parque para las especulaciones inmobiliarias de siempre.

 

Italpark (2024) es un documental expositivo del cineasta argentino Juan Carlos Domínguez que recorre la historia del parque en plan nostálgico y por momentos bien lacrimógeno, un trabajo independiente y hecho con mucho sacrificio tendiente a balancear por un lado los testimonios del público, todos niños en algún punto de las tres décadas de funcionamiento hasta su clausura definitiva a manos de Grosso y reconversión en 1998 en un espacio verde, el Parque Thays, y por el otro lado las palabras de expertos en línea con Marcelo Hanin, un coleccionista retro, Néstor Larrart, mago e investigador, y Enrique Godoy, un historiador del lugar. La película tiene mucho de informe televisivo de vieja cepa, de hecho vinculada a esos especiales que la TV basura del Siglo XXI ya ni se molesta en producir porque adora los shows de panelistas por doquier, y durante gran parte de su metraje lamentablemente abusa del dejo llorón o melancólico en torno a la utopía de la infancia/ inocencia/ sencillez desaparecida por una constante homologación del Italpark con el Walt Disney World de Florida, sin embargo esos lugares comunes repetidos una y otra vez por los consumidores de antaño suelen estar compensados por apuntes aislados y mucho más atractivos como el relacionado a la división y los roles de los socios, con Luis Zanon encargándose de la parte más comercial, Adelino de la fabricación de las atracciones y Bruno mediando entre ambos.

 

Si bien el trabajo incluye testimonios de algunos empleados, la mayoría son muy menores y las palabras del gerente del Italpark de Mar del Plata, suerte de sucursal a cargo de Victorio Malagutti, tampoco aportan demasiado a decir verdad, y lo mismo puede extrapolarse a la pata policial/ institucional/ estatal del asunto, dejada para los minutos finales y un tanto mucho compactada sin información nueva aunque explorando de pasada la típica histeria oportunista de las faunas política, mediática y judicial, las cuales tienden a demonizar y sobreactuar ante las tragedias para dar imagen de proactividad, lo que en este caso implicó un cierre que podría haberse evitado con una concesión a otro conglomerado empresario, la reparación/ recambio de las atracciones avejentadas y los controles municipales pertinentes. En este sentido el documental deja pasar la chance de comparar el episodio del Italpark, ya sea un sabotaje o un accidente, con el caso mucho más espantoso del incendio en República Cromañón de 2004 ya que la lógica demencial es la misma, aquí destruir definitivamente el parque y allá clausurar masivamente las discotecas, los estadios y espacios culturales de Buenos Aires. El film se luce en lo que atañe al material de archivo, el rescate de películas rodadas en el complejo recreativo y las simulaciones en 3D de algunos juegos del animador Fernando Raggetti, detalles que en parte justifican tamaña nostalgia prefabricada y naif…

 

Italpark (Argentina, 2024)

Dirección y Guión: Juan Carlos Domínguez. Elenco: Marcelo Hanin, Néstor Larrart, Enrique Godoy, Victorio Malagutti, Fernando Raggetti, Adrián Bonnet, Ana María Hlousek, Beatriz Becker, Claudia Conde, Daniel Fernández. Producción: Juan Carlos Domínguez, Diego Sethson y José Tapia Garzón. Duración: 82 minutos.

Puntaje: 6