18° BAFICI

Novena Parte

Por Martín Chiavarino

In the Last Days of the City (2016, de Tamer El Said, Competencia Oficial Internacional)

 

Enfrentar al público

 

El realizador Tamer El Said emprende la búsqueda de la esencia de la capital de Egipto a través del registro del falso documental. Siguiendo a Khalid en la construcción de su documental en El Cairo durante el 2009, In the Last Days of the City (2016) intenta dar cuenta de la vida diaria en la ciudad en un metadocumental muy interesante que juega con las convenciones cinematográficas.

 

Combinando la ficción con la realidad de forma extraordinaria, el film sigue al protagonista y a sus amigos de Berlín, Beirut y Bagdad para debatir sobre las particularidades que conforman el magma de cada ciudad en charlas nocturnas y paseos por las calles y sitios emblemáticos.

 

La película registra -a su vez- la filmación que Khalid realiza sobre su propia vida, investigando sobre su padre, el accidente de su hermana, siguiendo a su amada o entrevistando a su madre y a sus amigos, que le envían videos desde sus ciudades. La vida privada se funde con la vida pública a través de la voz en off de los noticieros que relatan los acontecimientos del día en la esfera pública, ya sean las acciones internacionales o las declaraciones del octogenario dictador egipcio Hosni Mubarak o la información sobre la corrupción y la vida pública del país.

 

In the Last Days of the City es una película que funciona como una serie de capas en las que hay que sumergirse para analizarla y comprenderla: es una indagación sobre la realidad de un país en ebullición que tendría una rebelión popular en 2011, un golpe de estado militar en 2013 y una escalada de violencia inusitada que aún continúa. El Said pone en juego todo su talento para dar cuenta de la esencia de El Cairo y hacia dónde va…

 

 

La Larga Noche de Francisco Sanctis (2016, de Andrea Testa y Francisco Márquez, Competencia Oficial Internacional)

 

Un millón de amigos

 

La Larga Noche de Francisco Sanctis (2016), el primer largometraje de ficción de los realizadores Andrea Testa y Francisco Márquez, se sitúa en 1977, durante los primeros años del Proceso de Reorganización Nacional, para confrontar el pasado de nuestra nación desde el comportamiento de la sociedad civil ante los indicios de los secuestros sistemáticos de luchadores sociales.

 

En el comienzo de la última dictadura militar, un ex militante universitario frustrado por la demora de su solicitada promoción tras varios años de esfuerzos en una empresa alimenticia, recibe una inesperada llamada de una ex compañera a la que no ve desde hace años. Tras convencerlo de encontrarse con la excusa de solicitarle su autorización para publicar un poema escrito en la juventud, le comenta subrepticiamente que posee información sobre una pareja a punto de ser secuestrada esa misma noche. La mujer le confía la información a Francisco y éste comienza una odisea vertiginosa por la ciudad de Buenos Aires, encontrando indiferencia y miedo ante la posibilidad de involucrarse en el escabroso asunto.

 

La película de Testa y Márquez es la adaptación de la novela homónima del escritor revolucionario Humberto Costantini, exiliado en México durante la dictadura. La obra, publicada en 1984 por la editorial Bruguera tras el regreso de la institucionalidad democrática, coloca al protagonista ante la disyuntiva de arriesgarse a realizar una acción concreta para salvar a la desconocida pareja y comprometerse nuevamente con sus ideales o hacer oídos sordos a la alarmante noticia y convertirse en cómplice de la dictadura por omisión. Así, entre el drama y el terror que se avecina, la política se nos aparece menos como ideología que como toma de posición ética y prueba de valentía y decencia.

 

Las actuaciones de todo el elenco reconstruyen el dilema de la época entre la apatía, la desconfianza y el temor de forma brillante, destacándose la gran labor protagónica de Diego Velázquez en el papel de Sanctis. La fotografía, la dirección y el apartado artístico realizan una labor estética formidable con cada escena para captar la esencia de la novela y de una ciudad de Buenos Aires hostil y terrible, plasmando así la angustia y la desesperación de Sanctis ante la situación apremiante que sacude su vida. Los rubros técnicos, como la mezcla de sonido o la reconstrucción de época, también se destacan, componiendo una película meticulosa que no deja ningún detalle librado al azar.

 

La Larga Noche de Francisco Sanctis no sólo viene a proponer de esta manera otra mirada sobre la última dictadura cívica militar sino que en realidad recupera una gran novela -aún no reeditada- de un extraordinario escritor para proponer una transformación de nuestra mirada del pasado con el objetivo de resignificar el presente y concientizar sobre la necesidad y el deber ciudadano de enfrentar cualquier dictadura, encontrando a través de la ficción nuevas formas de mantener viva la consigna “nunca más”.

 

 

The Revolution Won’t Be Televised (2016, de Rama Thiaw, Competencia Oficial Internacional)

 

El espíritu de la revuelta

 

El intento del octogenario presidente de Senegal Abdoulaye Wade de presentarse para un tercer mandato en 2011, tras gobernar el país africano desde el año 2000, genera un movimiento popular de protesta que se consolida en la organización Y’en a Marre, que significa “estamos hartos”.

 

Este movimiento -similar al que terminó con el mandato de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001, que enarbolaba la consignar “que se vayan todos”- condensa tanto la problemática de la perpetuación en el poder de los mandatarios de países con instituciones importadas desde los centros financieros mundiales, como la de la maduración de los valores democráticos y nacionales.

 

La ópera prima de Rama Thiaw retoma su nombre del extraordinario documental sobre el golpe de estado cívico militar contra el gobierno democrático de Hugo Chávez en Venezuela en el año 2002, para seguir a los raperos y activistas Thiat y Kilifeu en su lucha por cambiar la lógica política de su país.

 

Tras la caída de Wade, la revuelta liderada por estos jóvenes trasciende la frontera de Senegal e incendia Burkina Faso, amenazando las distintas seudo dictaduras de la región y convirtiéndose en un ejemplo de protesta para el mundo en medio de otra crisis económica mundial que el capitalismo pretende cargar en los países más pobres a través de golpes institucionales.

 

A través de una síntesis del hip hop y la historia de las revueltas y revoluciones en África, The Revolution Won’t Be Televised (2016) logra construir un valioso documento sobre la militancia política, el arte y la relación entre ambas a través de la música.