Poema

Oblación

Por Emilia Carabajal

Resplandece el puñal, luz que a la luz se enfrenta;

Con el fulgor del día su fulgor se confunde.

Solo el brillo del tajo sus bríos apacienta.

Al tajo se dispone, pues el brío en él cunde.

 

Alguien se contorsiona ante la daga cruenta.

Prende una mano un cuello, carne en la carne se hunde.

Combate uno con brío y el brío de otro aumenta.

Brama alguien, alguien gime. Voz en la voz se funde.

 

Rompe uno, otro se rompe. El pecho se enrojece.

Se cae, se aferra al polvo, y al polvo se encamina.

Ya lucha, ya se aquieta, ya exhala, ya perece.

 

Carne, polvo, uno y otro, todo en fulgor culmina:

Ojo ante el sol, inmóvil: luz que a la luz se ofrece.

Puñal, del sol reflejo: luz que a la luz fulmina.