Cuckoo

Parasitismo de puesta

Por Emiliano Fernández

Con Cuckoo (2024), segundo largometraje del director y guionista alemán Tilman Singer, ocurre algo similar a lo que sucedía en ocasión de la también interesante Longlegs (2024), cuarta película de Oz Perkins -hijo de Anthony Perkins, aquel eterno Norman Bates de Psycho (1960), de Alfred Hitchcock, y su colección de secuelas- luego de The Blackcoat’s Daughter (2015), I Am the Pretty Thing That Lives in the House (2016) y Gretel & Hansel (2020), ya que así como la propuesta protagonizada por Maika Monroe y Nicolas Cage superaba por mucho a la trilogía previa del cineasta norteamericano, Cuckoo, por su parte, deja muy atrás a la ópera prima del germano, Luz (2018), su tesis bastante despareja como estudiante de cine que recibió una generosa distribución mundial al extremo de pasearse por múltiples festivales de todo el planeta, como por ejemplo la edición de aquel 2018 del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), en Argentina, donde efectivamente se pudieron identificar muchas de las características que irían a parar a Cuckoo en sintonía con una protagonista solitaria y misteriosa, una trama que juega con el delirio surrealista, algunos puntos muertos en el desarrollo, una preocupación muy marcada por el suspenso de índole freak, un tono narrativo serio de alcance sepulcral, unas cuantas secuencias de resonancias algo mucho confusas y en especial un cuidado cuasi maniático del entramado visual digno de esa tradición de realizadores preciosistas que va desde Dario Argento hasta Nicolas Winding Refn, para quienes la artillería sensorial fastuosa lo es todo.

 

Si Luz giraba alrededor de la taxista chilena del título en la anatomía de Luana Velis, una señorita que recorría las calles alemanas y terminaba siendo acosada en una estación de policía por un demonio obsesionado con ella, excusa para revivir experiencias pasadas a través de un rompecabezas de silencios, espasmos, frases varias y una fascinación filtrada por múltiples traducciones en simultáneo del castellano al alemán y viceversa que sumaban un plus bizarro al insólito encadenamiento de acontecimientos, Cuckoo se centra en un resort de los Alpes Bávaros, propiedad de un “científico loco” marca registrada, Herr König (Dan Stevens), y en otra mujer de corta edad y pocos amigos, Gretchen (Hunter Schafer), púber de 17 años que se muda al lugar luego de la muerte de su progenitora para acompañar a su padre, Luis (Marton Csokas), a la nueva esposa de éste, Beth (Jessica Henwick), y a una mocosa que el progenitor tuvo con la anterior en algún momento después del divorcio de turno, Alma (Mila Lieu), una nena muda. Mientras Luis ayuda en la construcción de un hotel en un pueblito netamente turístico, la adolescente empieza a trabajar en la recepción del resort de König y así descubre que diversas huéspedes vomitan de repente y que su hermanastra experimenta convulsiones y cuasi flashbacks de segundos previos a raíz de un chillido agudo que viene del bosque, amén de una mujer encapuchada/ disfrazada (Kalin Morrow) que efectivamente produce esos gritos animalísticos ensordecedores y persigue en las penumbras a la protagonista, a la que juzga una amenaza en potencia por su curiosidad.

 

Singer satura el relato de criaturas bizarras que complementan la premisa de base en torno a una raza de humanoides cercanos a las aves que practican el parasitismo de puesta -como el cuco común del título, precisamente- ya que la hembra aturde a la pareja en cuestión con su “canto” y reemplaza al óvulo femenino con un flujo vaginal enigmático que oficia de huevo simbólico y que luego será fecundado por el macho humano, pensemos en una francesa símil interés romántico lésbico de Gretchen, Ed (Astrid Bergès-Frisbey), un policía caído en desgracia que rastrea las andanzas de nuestra “mujer pájaro” y los cadáveres que va dejando, Henry (Jan Bluthardt), una médica que investiga la estirpe fantástica en nombre del villano, la Dra. Bonomo (Proschat Madani), una compañera de trabajo del marimacho y clara candidata a ser cooptada/ fertilizada, Trixie (Greta Fernández), y por supuesto los cruciales Alma y König, la primera una cría crecidita de la encapuchada, en esencia lista para reunirse con mami y dejar atrás a la familia parasitada de Luis y Beth, y el segundo un chiflado importante que se sirve tanto de Bonomo como del resort para “preservar” a la especie ante su posible extinción, estos humanoides que convoca y pacifica mediante una hilarante flauta de madera a la vez que permite que se abalancen contra los metiches del exterior, como Gretchen y su amigo detective, y contra las hembras en edad reproductiva siguiendo los lineamientos del cuco, de hecho un ave que pone sus huevos en nidos ajenos para que el polluelo mate a su pobre competencia, arrojándola al vacío desde los árboles.

 

Sopesándola en términos de las influencias nada sutiles de Singer y comparándola con su debut, Cuckoo retiene al David Lynch modelo Blue Velvet (1986) y Twin Peaks (1990-1991) y al Peter Strickland de cosillas como Berberian Sound Studio (2012), The Duke of Burgundy (2014) e In Fabric (2018), pero reemplaza aquel planteo de Luz vinculado al terror apocalíptico minimalista de John Carpenter con una dosis de David Cronenberg más pinceladas de Nicolas Roeg, Jonathan Glazer y los estereotipos del caso en tanto pilares del giallo histórico y del neo giallo arty, hablamos de Argento y Refn, sin embargo los puntos cardinales son bastante más literales porque la propuesta que nos ocupa asimismo puede describirse como una conjunción del horror adolescente esotérico o de conspiraciones de los 80, en línea con Strange Behavior (1981), de Michael Laughlin, y la propia Phenomena (1985), del querido Dario, y otros convites recientes alrededor del parasitismo de puesta, pensemos en Vivarium (2019), de Lorcan Finnegan, y Hatching (Pahanhautoja, 2022), la ópera prima de la directora finlandesa Hanna Bergholm, la primera trabajando el tópico de manera más directa y la segunda desde la tangente o lo colateral. Singer logra actuaciones muy eficaces de todo el elenco aunque a veces no sabe alcanzar un equilibrio porque la tragedia familiar del personaje de Schafer choca con el dejo farsesco del genial Stevens o la impronta hiper giallo del monstruo ridículo de Morrow, no obstante el caótico film arroja un balance positivo gracias a sus desvaríos y/ o chispazos de comedia negra involuntaria…

 

Cuckoo (Alemania/ Estados Unidos, 2024)

Dirección y Guión: Tilman Singer. Elenco: Hunter Schafer, Jan Bluthardt, Marton Csokas, Jessica Henwick, Dan Stevens, Mila Lieu, Greta Fernández, Proschat Madani, Astrid Bergès-Frisbey, Kalin Morrow. Producción: Maria Tsigka, Josh Rosenbaum, Ben Rimmer, Ken Kao, Markus Halberschmidt y Thor Bradwell. Duración: 102 minutos.

Puntaje: 6