19° BAFICI

Parte 1

Por Emiliano Fernández

The Assignment:

TRAYECTORIAS

En The Assignment (2016) ocurre algo similar a lo que acontecía en Bullet to the Head (2012), el otro regreso reciente de Walter Hill: hablamos de una película que no llega a ser mediocre pero tampoco alcanza las cúspides a las que supo trepar una carrera prodigiosa como la del norteamericano. La premisa le debe tanto al cine trash como a su homólogo queer, lo que constituye toda una rareza tratándose de la obra de un director históricamente asociado al machismo de los westerns y las propuestas de acción en general, ahora presentándonos la historia de Frank Kitchen (Michelle Rodríguez), un asesino a sueldo secuestrado por la Doctora Rachel Jane (Sigourney Weaver), a su vez una cirujana desquiciada que lo somete compulsivamente a una operación de cambio de sexo como parte de una venganza personal -de lo más colorida- contra el susodicho. Más allá del sustrato bizarro del convite en general y algunos detalles formales símil viñeta de cómics al finalizar varias escenas, a decir verdad The Assignment es una odisea de “venganzas superpuestas” enmarcadas en aquel film noir de antaño aunque con la furia implacable que uno esperaría de parte de un artesano de la talla de Hill. Cierta verborragia inconducente y un desarrollo por momentos un tanto apaciguado no llegan a opacar del todo las buenas intenciones de una película correcta con un puñado de carnicerías disfrutables, mucho coraje transgénero y una gran actuación por parte del dúo protagónico, con Weaver a la cabeza…

 

The Red Turtle:

TRAYECTORIAS

Considerando que The Red Turtle (La Tortue Rouge, 2016) es la primera propuesta no japonesa producida por el Studio Ghibli del enorme Hayao Miyazaki, el resultado no podría haber sido mejor ya que esta ópera prima de Michael Dudok de Wit, un realizador holandés con algunos cortometrajes en su haber, por un lado se aleja de toda referencia formal para con el anime y por el otro construye una historia bellísima y profundamente minimalista, aún más sencilla que aquellas a las que nos tiene acostumbrados el maestro nipón. La llegada de un náufrago a una isla desierta y sus sucesivos intentos de escape a bordo de una balsa de bambú son apenas el comienzo de un relato que deriva en fantasía alegórica cuando la tortuga roja del título, un animal que obstaculiza la huida, muere a manos del protagonista y luego se convierte en una mujer de la que el náufrago se enamorará. El film no tiene diálogos por lo que la acción habla por sí misma y deja muchos aspectos a la interpretación del espectador, coqueteando con la posibilidad de que la tortuga sea efectivamente la encarnación del ideal amoroso, de la culpa por nuestros errores, de la fuerza irrefrenable de la naturaleza, de la soledad inherente al ser humano, de la heterogeneidad de la vida o de todas las dimensiones anteriores combinadas. Poner el acento narrativo en una simpleza que esconde tesoros, esa que casi siempre está ausente en el cine contemporáneo, es el obsequio invaluable que nos ofrece The Red Turtle