El Monstruo de la Laguna Negra (Creature from the Black Lagoon, 1954, de Jack Arnold, Rescates), por Emiliano Fernández
El lugar que la “historia oficial” del séptimo arte le ha concedido a Jack Arnold es sinceramente de lo más injusto porque, más allá de alguna que otra rareza por descubrir como la hilarante El Rugido del Ratón (The Mouse That Roared, 1959), a decir verdad gran parte de los estereotipos de la actualidad de la ciencia ficción, el horror y la fantasía tuvieron su origen en un ciclo de cuatro películas muy interesantes que el estadounidense rodó en la década del 50, compuesto por Llegaron de Otro Mundo (It Came from Outer Space, 1953), El Monstruo de la Laguna Negra (Creature from the Black Lagoon, 1954), Tarántula (1955) y El Increíble Hombre Menguante (The Incredible Shrinking Man, 1957), ésta última sin duda abriéndose camino como la obra maestra del lote, una experiencia inolvidable basada en una historia de Richard Matheson con un dejo filosófico alucinante alrededor del papel de la humanidad en el planeta Tierra. Sin alcanzar desde ya ese cenit, El Monstruo de la Laguna Negra es uno de los mejores exponentes del cine de terror del período de oro de la Universal gracias a que a la prolijidad y astucia de siempre en la puesta en escena por parte de Arnold, se suma un guión de Harry Essex y Arthur A. Ross -basado en una leyenda popular sudamericana sobre la existencia en el Amazonas de una raza de criaturas humanoides similares a los peces- que consigue su cometido desde el primer momento, léase transmitir una sensación constante de peligro en función del acecho del monstruo titular (un par de señores en un simpático traje, Ricou Browning y Ben Chapman) a un grupo de yanquis aventureros/ científicos que pretenden desentrañar el misterio en torno al amigo de dedos palmeados atravesando las aguas del gigantesco río. La película es muy entretenida y -para el nivel de los convites de la época- bastante astuta en su planteo en general, apuntalado en la oposición entre un personaje masculino “eco friendly” y otro que directamente es un fascista dispuesto a matar al pobre bicho de inmediato, lo que por supuesto desencadena el encono del muchacho y su interés en dar de baja a cada uno de los tontos arriba del barco de turno. Otro de los clichés de larga data que reconfirmaría el film de allí en adelante para toda la vertiente de los engendros horripilantes aunque de corazón amable y/ o animalizado, es la obsesión del antagonista con alguna bella señorita a la que pretende llevar a su cueva para pasar del morbo a los hechos, en esta oportunidad una siempre arregladita/ espectacular Julie Adams (este es otro hermoso detalle del Hollywood ignorante, sexista y etnocéntrico de aquellos años, a lo que se agrega el hecho de que todos los “nativos” hablan castellano por más que la historia supuestamente transcurre en Brasil). Con excelentes secuencias subacuáticas dirigidas por James Curtis Havens y un ritmo narrativo prodigioso que no da respiro en ningún momento, la propuesta es una joyita relativamente ingenua y hasta comprensiva en lo que atañe al rol destructor y egoísta del hombre para con la naturaleza circundante, un sustrato que retomaría muchos años después Guillermo del Toro para la extraordinaria La Forma del Agua (The Shape of Water, 2017).
Esto no es un Golpe (2018, de Sergio Wolf, Competencia Oficial Argentina), por Martín Chiavarino
El legado de Alfonsín
En su último documental el realizador argentino Sergio Wolf indaga en el acuartelamiento militar de un grupo del Ejército liderado por el teniente coronel Aldo Rico en Campo de Mayo, en el partido de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires para solicitar cambios en la política de derechos humanos del Gobierno de Raúl Alfonsín durante la Semana Santa de 1987.
Wolf entrevista para el film a todos los protagonistas aún con vida del acontecimiento que marcó a fuego la presidencia de Alfonsín, el primer presidente argentino de la actual etapa democrática, la más larga de la historia del país. A través de estas entrevistas y de su propia voz en off el documental recorre las causas que detonaron el amotinamiento de los soldados rebeldes, producto de la preocupación castrense por las múltiples citaciones judiciales que venían recibiendo los militares que habían participado de la represión ilegal a la ciudadanía utilizando el aparato del Estado con la falsa excusa de la lucha contra las organizaciones guerrilleras.
Esto no es un Golpe (2018) narra estos hechos cronológicamente, con testimonios veraces y contrastados con los de otros protagonistas, con invaluables imágenes de archivo que develan algunos puntos oscuros para la mayoría de los argentinos sobre un episodio confuso que generó la consolidación de un resquebrajamiento del apoyo de la clase media progresista a la presidencia de Alfonsín, asediado por la oposición peronista, los soliviantados militares y la inflación creciente, lo que a la postre lo llevó a entregar el gobierno anticipadamente a su sucesor, Carlos Saúl Menem.
Con mucha pedagogía dialéctica la obra de Wolf atraviesa uno de los momentos más difíciles de la democracia argentina para analizarla a la distancia, con todas las voces disponibles para contraponer el legado de Alfonsín bajo la balanza histórica, con sus aciertos y errores, su valentía y sus limitaciones, distinguiendo tajantemente las dos argentinas en pugna, de un lado la de un Aldo Rico que representaba la ideología y la idiosincrasia del cuerpo militar en su conjunto, y del otro la de los políticos y la ciudadanía unidos dispuestos a luchar por la democracia y sus valores. El opus pone así la evidencia ante los ojos del espectador, opinando, pero sin manipular ni ocultar, como un testigo más que da su visión de uno de los acontecimientos más traumáticos de la joven democracia argentina.
Village Rockstars (2017, de Rima Das, Competencia Oficial Internacional), por Martín Chiavarino
Pequeñas estrellas
En Village Rockstars (2017), el largometraje del realizador autodidacta indio Rima Das, una niña y su grupo de amigos forman una banda de rock para convertirse en estrellas de la música a partir de la lectura de una historieta donde unos niños llevan a cabo su sueño de convertirse en músicos y tocar ante multitudes que los aclaman.
Dhunu (Bhanita Das), la protagonista vive junto a sus hermanos y su madre en una zona de humildes trabajadores campesinos en el noreste de la India en la Provincia de Assam, una región castigada por tormentas e inundaciones que destruyen los magros cultivos. La niña pre adolescente decide que va a ser una estrella del rock y para ello sueña con comprar una guitarra y formar una banda con sus hermanos y sus amigos de la escuela, pero las mujeres de la comunidad la critican por jugar con niños en lugar de juntarse con niñas, pero su madre (Basanti Das) la apoya en su sueño y desea que su hija sea feliz ante todo.
Rima Das crea así una obra realmente genuina con actores extraordinarios que expresan la felicidad y la pesadumbre, la alegría y la aflicción en escenas realmente genuinas, que combinan inocencia y calidez en paisajes agrestes de extraordinaria belleza salvaje. Village Rockstars demuestra así que el corazón del cine también puede encontrarse en la simpleza de una pequeña historia en un paraje desconocido, en un idioma extraño, el asamés, y en actores que expresan sus anhelos con un espíritu calmo que desea vibrar como las notas en el pentagrama.