Have a Nice Day: Un millón de razones
VANGUARDIA Y GÉNERO
Alrededor de una bolsa con un millón de yuanes se entreteje un film coral en el que se desarrollan de forma magistral las contradicciones de una ciudad del sur de China y de los habitantes de una región en la que la clase media y las mediaciones culturales no existen. Así, un joven chofer, su novia, la prima de la novia, un mafioso, varios matones y diversas víctimas de las contradicciones sociales en China se debaten en una verdadera cacería en una historia que abre la puerta a otros relatos que se unen entre sí en una orgía de violencia de la que nadie quedará indemne.
Jian Liu crea una animación tan realista como sucia que remite inmediatamente a la estética cyberpunk. Con personajes maravillosos, el realizador chino le imprime a su film un tono sobrio y circunspecto que le otorga una gran fuerza a cada una de las escenas, las cuales contrastan la desidia con el oportunismo y la rapiña como caras dobles de los mismos personajes.
Las referencias a mitos chinos como Shangri-La se filtran en la historia como una sátira de la versión oriental del sueño americano en el cine, un sueño absurdo y desdibujado, adaptado a una época hedonista donde el hastío y la indolencia son la ley máxima para analizar el comportamiento.
Have a Nice Day (2017) permite observar un mundo distópico, post apocalíptico, demasiado real y actual, en el que la pobreza y la riqueza son dos caras de la misma moneda oxidada y corroída. Como comentamos anteriormente, la animación es excelente e incluye pasajes surrealistas y canciones pop que abren nuevas posibilidades de integración a los estilos culturales occidentales con la cultura oriental china y su presente, mezcla de capitalismo dirigido que se abre y se cierra como un grifo según las necesidades de la cúpula dirigente y las arbitrarias necesidades de los nuevos empresarios que surgen de la lenta pero continua erosión del pasado comunista.
I Tempi Felici Verranno Presto: Lobo suelto
VANGUARDIA Y GÉNERO
Dos jóvenes que escapan al bosque para vivir una vida agreste, una leyenda sobre un lobo errante que mata por rabia y pesadumbre, una mujer que se enamora de un hombre que vive como un lobo son algunas de las historias que componen el tercer largometraje del realizador italiano Alessandro Comodin. El director impone aquí un lenguaje metafórico y poético sobre los orígenes de las leyendas, el amor y la atracción que los bosques ejercen en la imaginación.
Las historias se suceden con un tono seco y circunspecto, se entremezclan, dejando interrogantes en el relato que se abren cada vez que aparecen nuevos personajes; y así la narración crece y la leyenda cobra vida. I Tempi Felici Verranno Presto (2016) narra historias desesperadas de personajes atraídos por el bosque que buscan allí algo desconocido, que los impulsa a adentrarse para esperar que la naturaleza se manifieste de forma inesperada.
Desgraciadamente el guión de Comodin, en colaboración con Milena Magnani, no construye una historia coherente, dejándose llevar por los devaneos poéticos que en lugar de darle forma al caos impiden que el relato ancle en algún punto. Los significantes se extienden y la historia cae en escenas inconexas, muy bellas por cierto, con una excelente dirección de parte de Comodin y una fotografía exquisita de Tristan Bordmann, pero a la deriva, sin un guión que articule las acciones alrededor de los misterios del bosque.
A medida que el metraje transcurre el hilo del relato se vuelve más claro y la historia cobra fuerza pero quedan en el camino demasiadas escenas innecesarias para el significado y una música que no siempre acompaña las acciones, lo que se suma a los problemas del guión. Los tiempos mejores llegaran pronto pero la obra más conspicua de Comodin hasta ahora queda en el pasado, en sus trabajos previos.