Meeting Gorbachev (2018), de Werner Herzog y Andre Singer:
TRAYECTORIAS
Del romanticismo a la realidad
Meeting Gorbachev (2018) es el encuentro de dos personalidades carismáticas que se miden mutuamente en una entrevista amena y fluida en la que Werner Herzog busca indagar en la intimidad del último Presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas con preguntas concisas que promueven extensos monólogos de parte de su eminente interlocutor. Con imágenes de otros documentales, archivo de la televisión y una serie de tres rondas de respetuosas y esclarecedoras entrevistas cara a cara realizadas en un período de seis meses, el film entrega un retrato despojado de un hombre que intentó democratizar su país pero cayó preso de las propias estructuras anquilosadas que intentaba modernizar y de las trampas de los políticos corruptos que conspiraron y aprovecharon la oportunidad para traicionar al pueblo que supuestamente representaban. Desde su niñez como campesino hasta su ingreso al Partido Comunista, su militancia estudiantil y su ingreso a la política en su ciudad natal, el documental de Werneg Herzog y su colaborador, Andre Singer, reconstruye la historia de los últimos años de la Unión Soviética y su desaparición a través del relato del propio Herzog y de la palabra de Gorbachev, gran protagonista de una época de cambios y reformas que tuvieron un gran impacto en Rusia y en la configuración geopolítica del Siglo XX. Con un tono tragicómico el venerado director de Cobra Verde (1987) explica la situación de la Unión Soviética a principios de los ochenta signada por la gerontocracia y hasta por la senilidad. En este sentido, el director de La Caverna de los Sueños Olvidados (Cave of Forgotten Dreams, 2010) se adentra en la historia de la disolución de la Unión Soviética rescatando la figura política de Gorbachev como un reformador y un demócrata que permitió la apertura de los países del Pacto de Varsovia y promovió la abolición del Muro de Berlín y la reunificación alemana. Con entrevistas a Lech Walesa, el dirigente sindical opositor polaco a las políticas del Partido Comunista Polaco, a George Shultz, el Secretario de Estado de Ronald Reagan, el ex Primer Ministro húngaro, Miklós Németh, y a Horst Teltschik, Asesor de Seguridad Nacional del Canciller alemán demócrata cristiano Helmut Kohl, partícipes de los cambios que se produjeron en el mundo durante la década del ochenta y principios de los noventa, el documental permite un análisis sobre el personaje en cuestión, sus virtudes y sus errores desde visiones ideológicamente contrapuestas. A los 87 años, Gorbachev ofrece -a pesar de su edad y su precaria salud- una clase magistral sobre los años en que dirigió una de las potencias mundiales que marcaron a fuego el siglo pasado y reflexiona sobre las problemáticas que enfrentó a partir del resultado de sus acciones, el presente de Rusia y su renuncia a un cargo que aún recuerda como la responsabilidad más importante de su vida. Desde la enfermedad de su mujer hasta el programa de desarme nuclear y el accidente de la central nuclear de Chernóbil, Herzog expone a Gorbachev ante todo su pasado para obtener una impresión que lo deslumbra sobre el arquitecto de la Perestroika y la Glasnost. A pesar de la admiración, Herzog también exhibe las contradicciones y deja que el espectador decida si Gorbachev pecó de ingenuo en su confianza en unos políticos podridos y un país envilecido por el mercado negro, la represión y la persecución política, o si fue una víctima más de las circunstancias. Los años no pasan en vano y el documental revela a un Gorbachev desmejorado, nostálgico de sus ansias de innovación, pero aún lúcido, con reflexiones que aportan luz a los cambios acontecidos en Rusia tras la desaparición de la Unión Soviética y la consolidación de las mafias y la corrupción generalizada. En una época de retromanía el comunismo también regresa como una efigie deformada por ucronías retóricas sobre su posible transformación, pero la imagen de Mikhail Gorbachev es la de una tragedia bien real, de un país traicionado por sus dirigentes, que optaron por la salida nacionalista a una crisis que demandaba una apertura democrática y reformas económicas y políticas en un sistema que había colapsado por el estancamiento económico y moral producido por la falta de visión y la represión de Leonid Brézhnev y sus colaboradores del Politburó Soviético. Herzog y Singer, dos cineastas profundamente humanistas, se centran precisamente en el legado humanista, antibélico y democrático que se disuelve en las contingencias de los nuevos conflictos que se ciernen sobre el mundo y en la constante tensión entre un capitalismo cada vez más inhumano que pretende arrasar con todo y la democracia que se debate entre ponerle un freno a sus atropellos o entregarse a las encuestas de opinión.
Espero Tua (Re) Volta (2019), de Eliza Capai:
DERECHOS HUMANOS
Educación cívica y lucha política
La desaceleración económica producto de la necesidad de los centros financieros de domesticar el impulso independentista brasilero generó una crisis política y social en el país vecino que tuvo tres ejes. Por un lado, el Golpe institucional contra la presidenta Dilma Roussef, por el otro, el absurdo juicio contra Lula Da Silva, el candidato mejor posicionado en las encuestas para ganar las elecciones, y por último, la construcción de la candidatura presidencial de Jair Bolsonaro, un títere fascista del empresariado de Brasil. Hablamos de un plan orquestado por las elites para subyugar nuevamente al pueblo de su país e impedir que se convierta en ejemplo y motor del crecimiento de América Latina. Como preludio y antesala de esta crisis institucional y política cobran importancia dos movimientos sociales que ponen sobre la mesa dos cuestiones que interpelan a toda la sociedad, y particularmente al campo popular, referidas al transporte y la educación. El desatinado aumento del transporte por parte del gobierno de San Pablo primero y el anuncio del cierre de una gran cantidad de escuelas públicas después desatan una respuesta inusitada de repudio, canalizada en marchas contra el innecesario aumento de las que participan muchos estudiantes de las escuelas públicas. El triunfo de las protestas y la marcha atrás del gobierno proveen a los estudiantes de un ejemplo muy fuerte de lucha. El anuncio del cierre de las escuelas poco más tarde desencadena la toma de varios colegios por parte de los estudiantes, quienes ya seguían de cerca la lucha de sus homólogos de Chile por una educación pública gratuita y de calidad. Espero Tua (Re) Volta (2019) es un documental de Eliza Capai que sigue el derrotero de las protestas, las marchas y las tomas de los colegios por parte de los estudiantes desde las propias palabras de sus principales dirigentes. La lucidez de los estudiantes para narrar y reflexionar sobre su propia experiencia sumado a las imágenes de primera mano de un documental realizado mientras los acontecimientos ocurren, o tomando prestadas imágenes sobre los hechos realizadas por documentalistas independientes, dan cuerpo a una obra insoslayable sobre los nuevos movimientos sociales, la participación política adolescente y el lugar de la educación pública en la sociedad, cuestiones que se contraponen a la brutalidad policial y la idiotez de los políticos. Eliza Capai logra cubrir y explicar muy didácticamente el contexto y las protestas así como la historia de los protagonistas de esta revuelta contra la explotación capitalista en su fase de rapiña y saqueo. A pesar de la falta de recursos los responsables del documental lograron crear una obra de primera calidad que relata todo el proceso en profundidad y desde distintos puntos de vista para comprender las luchas abiertas en la ciudad más populosa de Brasil y la necesidad de replicarlas para mejorar nuestra participación ciudadana y defender la educación pública gratuita y de calidad.
Santiago, Italia (2018), de Nanni Moretti:
NOCHES ESPECIALES
Memoria democrática
En Santiago, Italia (2018), el realizador italiano Nanni Moretti regresa al registro documental para investigar la forzada inmigración chilena en Italia producto del Golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973. A partir de entrevistas a refugiados de la dictadura de Augusto Pinochet, el director de Caro Diario (1993) recrea la historia de una esperanza truncada por la intervención norteamericana, la psicopatía militar y la complicidad de los medios de comunicación y de una burguesía totalitaria incapaz de respetar la democracia y al que piensa distinto. Moretti entrevista al reconocido documentalista chileno Patricio Guzmán, director de La Batalla de Chile (1975), y a otros directores y expatriados chilenos que narran sus años de militancia tras el triunfo de Salvador Allende y las persecuciones sufridas tras su asesinato por parte de los militares. En estas entrevistas surgen emotivas historias de militancia en pos de un socialismo popular, humanista y democrático, verdadera pesadilla del totalitarismo estadounidense. Moretti indaga en la campaña de desprestigio interna e internacional desplegada por los medios masivos bajo la dirección del gobierno norteamericano para impedir que la experiencia de un gobierno de izquierda democrática de coalición sea exportada a otros países con mayor presencia de las fuerzas socialistas, especialmente en Europa. Los entrevistados le confirman a Moretti la información desclasifica sobre la participación de Estados Unidos en las campañas de los opositores de Allende y en la financiación y apoyo logístico del Golpe, así como su apoyo a los ignominiosos lock-out patronales, los actos de sabotaje y la creación de un mercado negro de productos básicos. El director de Mia Madre (2015) también entrevista a dos militares que aún defienden el Golpe de Estado con los mismos argumentos falaces de discurso único que desplegaba la junta de genocidas chilenos en una demostración de disciplina discursiva patética. Ya sea en las entrevistas sobre los centros clandestinos de tortura o en los relatos de la huida hacia la Embajada de Italia en Santiago de Chile, Moretti rescata la integración de los chilenos a la sociedad italiana e indaga en una época de claroscuros en la que el Embajador italiano demostró una gran hidalguía al ofrecer refugio a los chilenos perseguidos por los macabros militares, títeres fascistas de la burguesía local. A través de Santiago, Italia no solo se puede trazar un paralelismo de dos lugares y de sus personas, sino que el protagonista aquí es la militancia y las esperanzas de los partidarios del Frente Popular chileno, que permiten mirar con una lente distinta el individualismo y el consumismo frenético que asola a una sociedad que aún no despierta de la pesadilla consumista, que se desliga de la historia y que pregona un absurdo presente hedonista permanente y sin futuro.