30° Festival de Cine de Mar del Plata

Séptima Parte

Por Enrique D. Fernández

Yakuza Apocalypse (2015, de Takashi Miike, Autores)

 

Digamos que las películas de Takashi Miike ya son una cita obligada en las medianoches del festival. Los delirios cinematográficos de este artista hiperactivo (junto con Sion Sono, es uno de esos directores que constantemente está entregando material de todo tipo) ya consiguieron hacerse de un público predilecto que espera con ansias unas producciones que van de la acción más desatada al terror físico más extremo. En Yakuza Apocalypse conviven ambos géneros por igual, pero ante todo es un western hecho y derecho. Por un lado, tenemos a los infalibles yakuzas haciendo de las suyas contra bandos enemigos, y por otro lado, seres mutantes y bizarros que quieren arrasar con todo un pueblo. La galería de excentricidades va desde un líder yakuza que resulta ser un vampiro hasta un hombre rana que, como suele pasar en varias producciones de Miike, es capaz de desatar el fin del mundo. El producto está a la altura de las circunstancias, con logradas escenas de acción y un humor efectivo. El final es limadísimo…

 

 

The Assassin (2015, de Hou Hsiao-Hsien, Autores)

 

Finalmente, la película más festejada de la última edición del Festival de Cannes desembarcó en la costa marplatense. The Assassin es una obra intimista para apreciar en detalle, deteniéndose en sus aspectos más sugerentes. Nie Yinniang fue entrenada desde pequeña para convertirse en una asesina imbatible pero su mentora decide poner a prueba sus responsabilidades, por lo que le ordena la ejecución de su primo, quien gobierna el pueblo de Weibo. Esta aclamada obra de Hou Hsiao-Hsien (responsable de bellezas como A City of Sadness y The Puppetmaster) se sitúa durante la dinastía China del siglo IX para meterse de lleno en la temática del wuxia. Pero si bien el realizador recorre los códigos de dicho género con el objetivo de contar una historia de redención, también sabe interpretar un profundo dramatismo alrededor de sus personajes, nivelando las escenas de acción con una seriedad precisa. El entramado narrativo está acompañado por un tecnicismo que consigue panorámicas maravillosas y presenta un vestuario magistral. Estamos ante un poema visualmente poderoso.