30° Festival de Cine de Mar del Plata

Tercera Parte

Por Enrique D. Fernández y Ernesto Gerez

Campo Grande (2015, de Sandra Kogut, Competencia Latinoamericana), por Enrique D. Fernández

 

La realizadora Sandra Kogut nos presenta un drama citadino (el crecimiento de las urbes en Brasil está muy implicado) que pasea por ámbitos humildes de la periferia brasilera y que se debate entre la moral y el egoísmo social. En Campo Grande dos menores son abandonados en un domicilio específico, desconociendo la relación entre su propietaria y la madre de ambos. A continuación, pasa a generarse un juicio de valor un tanto ambiguo que sortea sensaciones encontradas, hasta que cada uno podrá -o no- emparentar con las decisiones de la mujer que queda al cuidado de estos hermanos, quienes nunca pierden la esperanza de volver a su hogar. Una premisa que todo el tiempo interactúa con la realidad económica del país, basándose en la metáfora conocida del huérfano sin rumbo y sin destino. Además del logrado trabajo actoral por parte del crédito infantil, se destacan los instantes de impotencia y disconformidad social.

 

 

O Futebol (2015, de Sergio Oksman, Competencia Internacional), por Ernesto Gerez

 

El plano fijo como regla formal y moral da lugar a un relato simple pero no por ello poco profundo. El estatismo siempre eterno como un fantasma nos guía a través de la historia de un padre y un hijo que se reencuentran luego de 20 años con el Mundial de Brasil como excusa. El fútbol siempre en segundo plano, lujos y goleadas para el fuera de campo; en la pantalla viajes en auto, los estadios desde lejos, algún simpático cantando por las calles, un clima mundialista totalmente íntimo; en el corazón el tiempo, las distancias, la tragedia. Con una fuerte impronta personal, Sergio Oksman nos hace partícipes de su mundo, o al menos de un momento de él; un momento que no podría haber tenido la algarabía del tablón ni el color de las banderas, sino la sensibilidad, la tristeza, la cotidianidad y el miedo de las relaciones familiares. Tal vez los futboleros nos decepcionemos por lo que puede esperarse del título, ¿pero acaso no es el fútbol una relación familiar más?

 

 

600 Millas (2015, de Gabriel Ripstein, Competencia Latinoamericana), por Enrique D. Fernández

 

Aquí tenemos otra prueba de que Hollywood te usa y te abandona. En 600 Millas, la opera prima de Gabriel Ripstein, vuelve a resonar el aspecto crudo que envuelve al tráfico de armas en la frontera que separa a México de los Estados Unidos. La película presenta al pueblo norteamericano como benefactor directo del consumo, con negocios y ferias comercializando y a las mafias mexicanas aguardando el ingreso de las mercancías, mientras evaden los controles fronterizos. Pareciera que lo único capaz de prevalecer es el discurso moralista frente al mercado (la primera secuencia con dos jóvenes adquiriendo rifles es una denuncia directa), pero la entrada de Tim Roth como un agente que investiga estos tráficos convierte todo en una road movie tensa y oscura. ¿Por qué poner a una estrella como Roth para el papel? La respuesta, al final de la película…