La banda británica Radiohead brindó en Buenos Aires un show arrollador y cautivante para un público atónito ante la combinación de plácida calidez y disrupción electrónica que caracteriza el sonido del grupo. La calidad del espectáculo y el profesionalismo en general fueron los catalizadores de una noche inolvidable y agotadora para todos los que acudieron al predio de Tecnópolis en Villa Martelli para disfrutar del regreso del colectivo liderado por Thom Yorke.
El recital comenzó con una gran performance de parte de Steve Ellison, conocido como Flying Lotus, que ofreció una serie de temas clásicos del rock intervenidos a través de la experimentación sonora en clave electrónica y hip hop. Radiohead comenzó su concierto en el marco del festival Soundhearts con un sonido apagado pero estridente de piano, una toma de cinta en loop de Treefingers, tema de Kid A (2000), para preparar al público para el espectáculo que la banda tenía dispuesto para su gira por Sudamérica, la cual había comenzado en Santiago de Chile. Daydreaming y Ful Stop, ambas canciones de su último trabajo discográfico, A Moon Shaped Pool (2016), abrieron así la noche a la magia de la voz de Yorke y la sonoridad en general de Radiohead, desatando pasiones, pogos y la alegría de un público que pasó rápidamente y sin atenuantes de la expectación al éxtasis.
Con un sonido envolvente e hipnótico, Radiohead brindó un concierto con temas de casi toda su carrera, interpretando aleatoriamente aunque con una exquisita organización canciones como 15 Step, Nude, Bodysnatchers y Weird Fishes, de In Rainbows (2007), Myxomatosis y The Gloaming, de Hail to the Thief (2003), Lucky y Let Down, de OK Computer (1997), Pyramid Song y I Might Be Wrong, de Amnesiac (2001), Bloom y Feral, de The King of Limbs (2011), Everything in Its Right Place, de Kid A, The Numbers, de A Moon Shaped Pool y My Iron Lung, de The Bends (1995). Tímidos bailes y pogo desatado -pero principalmente atención- fueron las reacciones de un público anonadado por el placer sonoro.
Salvo una breve interrupción de quince minutos por un accidente con una valla de seguridad cerca del escenario, el espectáculo transcurrió con un derroche de fastuosa energía entre el público y la banda en un extraño ejercicio de retroalimentación, lo que generó algunos chistes y comentarios de un Yorke desconcertado ante semejante demostración de algarabía descontrolada de parte de los espectadores que coparon el sector delantero del campo.
La última parte del recital comenzó con Desert Island Disk, otro tema de A Moon Shaped Pool, que abrió nuevamente el abanico a todo un caleidoscopio de canciones de la banda, como Climbing Up the Walls, Exit Music (For a Film) y Paranoid Android, de OK Computer, There There y 2 + 2 = 5, de Hail to the Thief, The National Anthem e Idioteque, de Kid A, Present Tense, de A Moon Shaped Pool, para terminar con Creep, de Pablo Honey (1993), tema renegado por la banda pero interpretado a pedido de un público realmente enardecido por la experiencia de escuchar en vivo el primer gran éxito de los británicos y atónito por el magistral show que acababa de presenciar.
El segundo recital que Radiohead brindó en Argentina fue así una gran demostración de madurez musical, anclando el show en dos ejes, por un lado en las canciones de A Moon Shaped Pool, última placa del grupo, y por otro lado en los temas de OK Computer, disco fundacional y consagratorio recientemente reeditado a propósito de su vigésimo aniversario, pero sin descuidar el resto de una discografía extraordinaria. Así concluyó la visita de Radiohead a Argentina, con un público maravillado y agradecido por el talento y la disposición de una de las mejores bandas de rock de nuestra época.
Radiohead en Tecnópolis. 14-04-18.
Thom Yorke: voz, guitarra, piano y teclados.
Jonny Greenwood: guitarra, teclados y sintetizadores.
Colin Greenwood: bajo.
Ed O’Brien: guitarra.
Philip Selway: batería y percusión.
Clive Deamer: batería y percusión.