Se podría aseverar que Simone Scafidi hace por el legendario director del título de Dario Argento: Pánico (2023) lo que hizo por Lucio Fulci en ocasión de Fulci de Falso (Fulci for Fake, 2019), rótulo demasiado ampuloso que citaba el último largometraje completado por Orson Welles, F de Falso (F for Fake, 1973), debido a la pretensión para nada sutil de fondo de amalgamar documental y ficción con el objetivo de construir el que fue el primer retrato verdaderamente abarcador de una figura tan enigmática como Fulci, en pantalla apareciendo mediante material de archivo y acompañado por testimonios enmarcados en la investigación de un actor destinado a interpretarlo en una biopic apócrifa, Nicola Nocella, quien por cierto ni siquiera se parecía al amigo Lucio. Más allá de esta payasada de Scafidi que no sumaba ni restaba demasiado al planteo general porque lo importante detrás de Fulci de Falso era la reconstrucción de la vida del legendario cineasta, un periplo prácticamente desconocido para muchos admiradores, y las palabras esclarecedoras aportadas por sus dos hijas, Antonella y Camilla, el artificio ficcional insertado en un registro documental en esta oportunidad es retomado como herramienta para Dario Argento: Pánico pero por suerte de una manera mucho menos intrusiva en lo que parece ser una claudicación por parte de Scafidi frente a las críticas recibidas por casi todos los fans del terror italiano del planeta, así en medio de los diversos testimonios el realizador de repente incluye impostaciones un tanto ridículas de algunos de los entrevistados con caras de preocupación o espanto, típicas de la teatralidad macabra de los films de Dario aunque hoy más caricaturescas que nunca, o al mismo Argento llegando a un hotel para escribir su nueva película, sinceramente sin que quede en claro si la susodicha es Anteojos Negros (Occhiali Neri, 2022) o algún proyecto aún en ciernes o una realización que ni siquiera existe y sólo fue imaginada por Scafidi para unificar el relato, amén de una multitud de secuencias de relleno en las que el maestro se la pasa quejándose por esto o aquello para dejar en claro que el señor siempre tuvo un carácter dominante/ enérgico y que pasados los 80 años de edad el asunto no ha cambiado en nada.
A pesar de sus coqueteos ficcionales símil detalles disruptivos que pondrían en jaque al documental expositivo, en realidad Dario Argento: Pánico, título que alude a una frase de Dario sobre su obsesión con generar un estado febril extremo en el público que supere al simple terror de principiantes, es un retrato muy tradicional de la carrera de Argento que está dirigido a los fanáticos y no a los neófitos porque las imágenes de sus films están en gran medida opacadas por las entrevistas, unas omnipresentes que no se preocupan tanto por el background o entretelones de cada película sino por las subjetividades, opiniones y lecturas varias en torno a su vida y trayectoria en general, de hecho siguiendo un recorrido cronológico pero sin profundizar en nada y tirando muchas “puntas” interpretativas que quedan flotando en un vacío que a fin de cuentas termina siendo algo mucho televisivo. Para quienes no conozcan el derrotero de Dario, aquí va una vez más: sus padres fueron un ejecutivo cinematográfico, Salvatore Argento, y una fotógrafa brasileña especializada en retratos de divas de mediados del Siglo XX, Elda Luxardo, así Dario empezó trabajando como crítico de cine y como guionista en comedias, thrillers, epopeyas bélicas, spaghetti westerns y dramas eróticos, siendo el más famoso de sus opus para terceros Érase una vez en el Oeste (C’era una volta il West, 1968), de Sergio Leone, a lo que le sigue su Trilogía Animal de El Pájaro de las Plumas de Cristal (L’Uccello dalle Piume di Cristallo, 1970), El Gato de las Nueve Colas (Il Gatto a Nove Code, 1971) y 4 Moscas sobre Terciopelo Gris (4 Mosche di Velluto Grigio, 1971), todas obras en las que el ya director consolida las marcas formales del giallo moderno, ese al que regresaría con la recordada Rojo Profundo (Profondo Rosso, 1975) luego de un experimento cómico/ dramático de época -muy fallido, lamentablemente- bautizado La Quinta Jornada (Le Cinque Giornate, 1973), prólogo para las cinco películas que expandirían este período dorado, hablamos de las sobrenaturales e hipnóticas Suspiria (1977) e Infierno (Inferno, 1980), la autoreflexiva Tenebre (1982) y las grotescas y también surrealistas Phenomena (1985) y Terror en la Ópera (Opera, 1987).
Nuevamente el encanto y principal interés de toda la faena pasa primero por el aporte de colaboradores de peso, como el guionista Franco Ferrini, el productor Vittorio Cecchi Gori y el “hombre orquesta” Luigi Cozzi, y segundo por los testimonios de las dos hijas de turno, Fiore y Asia, y de la primera esposa y madre de Fiore, esa Marisa Casale, ya que la progenitora de Asia, la mítica Daria Nicolodi, falleció en 2020 a los 70 años de edad, amén de la participación del propio Argento, el cual definitivamente está muy activo como lo demuestran no sólo Anteojos Negros y su rol protagónico en Vortex (2021), de Gaspar Noé, sino asimismo sus comentarios para los muy interesantes documentales Todos los Colores del Giallo (All the Colors of Giallo, 2019), de Federico Caddeo, Ennio (2021), aquel retrato de Morricone a instancias de Giuseppe Tornatore, y Sergio Leone: El Italiano que Inventó América (Sergio Leone: L’Italiano che Inventò l’America, 2022), de Francesco Zippel. Las voces autorizadas que busca Scafidi son las de los colegas y admiradores Noé, quien en esencia nos regala su reciente parecer en función del tiempo compartido durante el rodaje de Vortex, Nicolas Winding Refn, genio danés que celebra la inventiva visual del maestro y señala a Tenebre como una de sus películas favoritas por el híbrido rockero/ electrónico/ disco de la música de Claudio Simonetti, Fabio Pignatelli y Massimo Morante, y Guillermo del Toro, el cual enfatiza la facilidad con la que Dario crea un clima opresivo y pesadillesco de peligrosidad ubicua semejante a los cuentos de hadas en sus declamaciones por fuera del verosímil paradigmático burgués o el modelo hollywoodense, a lo que hay que agregar las palabras de dos realizadores que trabajaron con Argento en las mejores y más renombradas propuestas de sus respectivas carreras, Lamberto Bava y Michele Soavi, el primero artífice de Demonios (Dèmoni, 1985) y Demonios 2 (Dèmoni 2… l’Incubo Ritorna, 1986), escritas y producidas por Dario, y el segundo responsable de El Engendro del Diablo (La Chiesa, 1989) y La Secta (La Setta, 1991), también con Argento haciéndose cargo de la producción y escritura en colaboración de las tramas en los que fueron sus últimos éxitos inobjetables.
Por supuesto que Scafidi no es un gran documentalista ni mucho menos, algo que ya podía verse en Fulci de Falso y en su producto biográfico sobre el ex futbolista argentino Javier Zanetti, La Historia de Zanetti (Zanetti Story, 2015), sin embargo su mediocridad y falta de inteligencia a la hora de diagramar el material terminan en gran parte compensadas por el enorme peso de la obra artística analizada y por algunos testimonios reveladores o quizás pasajes dolorosos, planteo retórico que también sigue los pasos del opus sobre Fulci porque allí el origen de los problemas identitarios y/ o las compulsiones del director apuntaba al suicidio de su esposa Marina en 1969 y al accidente de equitación que protagonizó su hija Camilla en 1976 al punto de dejarla paralítica, tragedia que se reproduce simbólicamente y de un modo bastante atenuado en Dario Argento: Pánico mediante la catarata de problemas durante aquel período histórico de Terror en la Ópera, nos referimos al fallecimiento de su padre y mentor Salvatore y a los nervios por el voluminoso presupuesto involucrado, las dificultades técnicas de las tomas planeadas por Dario y las discusiones entre el director y la protagonista a raíz de la sensualidad del personaje, la actriz española Cristina Marsillach, también entrevistada por Scafidi. Las declaraciones de Simonetti, el tecladista de Goblin y socio musical crucial de Argento, y Asia, actriz fetiche del período errático posterior que apareció en Anteojos Negros, Trauma (1993), Syndrome (La Sindrome di Stendhal, 1996), El Fantasma de la Ópera (Il Fantasma dell’Opera, 1998), La Madre de las Lágrimas (La Terza Madre, 2007) y Drácula (Dracula 3D, 2012), también suman mucho a la experiencia al igual que el intento difuso por tratar de entender la decadencia artística desde los 90 en adelante, declive que según el film tiene varias causas como el deficiente financiamiento público en Italia, el imperialismo cultural yanqui, la muerte del padre, la influencia de la TV corporativa y castradora y la separación de Nicolodi en 1985, además de la sustitución del arte revolucionario de los comienzos, el de las gestas ambiciosas de los 70 y 80, por un sistema de mercado profundamente conservador y repetitivo que limita toda la creación…
Dario Argento: Pánico (Italia/ Reino Unido, 2023)
Dirección: Simone Scafidi. Guión: Simone Scafidi, Davide Pulici y Manlio Gomarasca. Elenco: Dario Argento, Guillermo del Toro, Nicolas Winding Refn, Gaspar Noé, Asia Argento, Michele Soavi, Lamberto Bava, Fiore Argento, Luigi Cozzi, Franco Ferrini. Producción: Daniele Bolcato y Giada Mazzoleni. Duración: 97 minutos.