En una época de zozobra donde las distopías que parecían lejanas se acercan cada vez más a una realidad aciaga, la literatura radical de Jesse Ball cobra fuerza y hace oír su voz por sobre el caos que se cierne sobre nosotros. La prosa sencilla y punzante del autor de Censo (Census, 2018) pone en alerta al lector ante los peligros del presente a través de historias de rebeldías ante la opresión, ya sea de un régimen dictatorial o de un sistema clasista de empobrecimiento cultural.
Cómo Provocar un Incendio y Por Qué (How to Set a Fire and Why, 2016), la novela del joven escritor norteamericano Jesse Ball, se inspira en las novelas de iniciación y rebeldía como El Cazador Oculto (The Catcher in the Rye, 1951), también traducida literalmente al español como El Guardián entre el Centeno, del escritor norteamericano Jerome David Salinger, para adentrarse con empatía y solidaridad en las ideas y los problemas de una adolescente de dieseis años en Estados Unidos, desgarbada, adicta a los caramelos de regaliz y tan lúcida como inadaptada, Lucía Stanton, una joven fascinada con una comunidad de aspirantes a pirómanos, la Sociedad del Fuego.
Tras ser expulsada de un colegio público por atacar con un lápiz a un compañero deportista que intentaba quitarle el Zippo de su padre fallecido, su único tesoro y recuerdo paterno, Lucía ingresa a una nueva escuela muy parecida a la anterior, aburrida, repleta de docentes abotargados, directores resentidos y alumnos adormecidos por las distracciones de nuestra sociedad de la autocomplacencia. Con su padre fallecido y su madre en estado cuasi vegetativo en una institución psiquiátrica por un incidente reciente, Lucía vive con su tía en un garaje transformado en habitación. Cuando toma prestada una obra sobre campesinos que prenden fuego sus viviendas en la Rusia Zarista, Toda Rusia Arde en Llamas, de la biblioteca escolar, una revelación sobre el poder del fuego en la comunidad se abre en su camino.
De raigambre anarquista como su familia, Lucía es una joven inconformista, auténtica devoradora de libros de Antonin Artaud, Alfred Jarry, Benjamin Franklin y Zbibniew Herbert, tiene varios lemas aprendidos de su tía, su gran mentora, como no hagas cosas de las que no te sientas orgullosa, no creas estupideces y no actúes como un robot, que se combinan con las máximas de Piotr Kropotkin que su tía profiere para educarla en un mundo que no la merece. En este contexto de desasosiego, Lucía prefiere siempre hurgar en aquello que desconoce con valiente curiosidad antes que transigir con lo conocido que reprueba, una actitud que la lleva por un camino peligroso y desaconsejado por los psicólogos y las autoridades de las escuelas.
A pesar de su conflictivo presente y de sus problemas con las autoridades escolares, Lucía es una joven que tiene todo su futuro por delante, curiosa, admirada por algunos docentes que la ven como una joven promesa con mucho potencial, que realiza predicciones que en parte se cumplen por ser pronósticos cotidianos, pero que descree del sistema educativo y le cuesta encontrar personas interesantes con las cuales relacionarse. A través de un admirador, Stephan, conocerá a Jan, un joven que pretende convertirse en pirómano e inicia a Lucía en la Sociedad del Fuego. Mientras aprende de las lecciones de vida de su aguerrida tía y visita a su convaleciente madre la narradora de esta historia en forma de diario atípico escribe su propio folleto para pirómanos y reflexiona sobre la necesidad de destruir para crear en un mundo injusto donde nadie obtiene lo que necesita.
La novela es una gran aproximación a las ideas anarquistas por una adolescente que se siente empujada fuera del mundo, de un sistema político, social y económico que ella no quiere ni necesita. En su camino Lucía encontrará una amiga, Lana, con quien compartir sus intimidades y sus alegrías, que la ayudará a planificar y llevar a cabo su gran incendio, única forma de encontrar la dicha.
Jesse Ball propone aquí a la empatía y a la compasión como aproximaciones a una sociedad menos perversa. La necesidad de cambiar de perspectiva para descubrir cosas nuevas en lo cotidiano y tener mejores experiencias de la vida, al ver lo que nuestra ambición nubla, es una de las claves para leer esta obra sobre una adolescente que descubre lo que no quiere ser y encuentra en el fuego un aliado para combatir las injusticias cotidianas.
El fuego funciona en la obra como un elemento purificador, un exorcismo de la maldad y la vileza del mundo que se disipa en las llamas, una forma de comenzar de nuevo para crear un mundo más justo donde cada cual obtenga lo que necesita y no más, una reedición de viejas ideas y prácticas anarquistas adaptadas a la época actual, una expresión del descontento de la juventud con el rumbo del mundo.
La prosa concisa de Jesse Ball es directa, abre un juego de piezas que se despliegan ante el lector para crear un retrato sobre los remansos de la adolescencia rebelde. El autor plantea la novela en base a elusiones sobre la vida de la adolescente, su pasado, la muerte de su padre, la internación y estado de su madre, la vida de su tía, tan solo ofreciendo retazos incompletos para que el lector se zambulla en la trama con curiosidad. Escrita en forma de diario íntimo, la novela tiene un estilo narrativo elegante y severo que se asemeja a las acciones y las invectivas de la protagonista, siempre ocurrentes y asertivas en su proposición de la austeridad como modelo de vida.
La austeridad que plantea Lucía es consistente con el estilo minimalista narrativo de Jesse Ball, su intensión de simplificar las cosas en lugar de complicarlas, una visión de la vida que se aplica aquí a la literatura como lección de que a veces menos es más y solo unas pocas palabras pueden inspirar a la empatía y a la compasión, única forma de aproximarse realmente al otro. El tono moral y nihilista de la novela es en realidad un anti nihilismo y un cuestionamiento de la moral, o en términos nietzscheanos, un nihilismo positivo que se enfrenta a un nihilismo negativo, un llamado a la creación más que a la destrucción, una búsqueda de uno mismo para comenzar un camino más que un final en sí mismo, en suma una venganza o una protesta en contra de lo que está mal.
Cómo Provocar un Incendio y Por Qué, de Jesse Ball, fue editado por la editorial argentina Sigilo con una gran traducción de Virginia Rech que logra invocar el espíritu transgresor de la obra del autor de Toque de Queda (Curfew, 2011), trabajo a su vez editado en español por La Bestia Equilátera con traducción de Carlos Gardini. Con una genial portada de Kelly Blair en forma de caja de fósforos para la edición en inglés adaptada por Dan Waisman para su homóloga en castellano, la novela es una de las obras imperdibles de uno de los mejores escritores actuales y una extraordinaria aproximación desde la literatura a las ideas anarquistas aplicadas al presente.
Cómo Provocar un Incendio y Por Qué, de Jesse Ball, Sigilo, 2020.