I Should Coco (1995), el disco debut de Supergrass producido por Sam Williams, fue un éxito instantáneo como pocas veces se había visto en Inglaterra, vendiendo más de medio millón de copias en Gran Bretaña y un millón en todo el mundo. El single Alright fue su caballo de batalla en los charts al calor de la era del britpop. Oriundos de Oxford, al igual que Ride, Supergrass fue el producto de la separación de The Jennifers, la banda anterior del cantante y guitarrista Gaz Coombes y los hermanos Goffey, Danny y Nick. Danny, el baterista, y Coombes sumarían a Mick Quinn en el bajo y al hermano del cantante, Rob Coombes, en los teclados para formar Supergrass y grabar su ya legendario primer álbum, lanzado por Parlophone Records.
Con seis discos de estudio bajo el brazo y sin lanzar ningún material nuevo desde Diamond Hoo Ha (2008), Supergrass se sumó a la moda de girar por el mundo celebrando éxitos pasados con un tour por el trigésimo aniversario de aquel primer álbum que los catapultó a la fama como la nueva promesa británica. Y esta gira los trajo por rutas que la banda nunca antes había recorrido, como Buenos Aires, donde se presentaron el 29 de agosto de 2025 ante un Complejo Art Media prácticamente lleno.
Turf, la banda argentina liderada por Joaquín Levinton que comenzó muy poco después de Supergrass, lanzando su primer disco en 1997, abrió el show como si fuera a cerrarlo, dándolo todo para sus fanáticos incondicionales, incluso llegando a reconocer que Casanova es un tema que prácticamente le robaron a Supergrass, refiriéndose al parecido de la canción con She’s So Loose, tema de I Should Coco que Supergrass tocó una hora más tarde.
El convite invitaba a celebrar los treinta años de I Should Coco, placa que envejeció muy bien manteniendo toda su vigencia, y Supergrass no se movió ni un ápice de su propuesta, tocando todo el disco en el orden de su edición original y abriendo el show con I’d Like to Know, ese emblema juvenil rockero de teclados estridentes y batería férrea que ya en el álbum parecía un tema en vivo, para luego seguir con otro himno del rock, Caught by the Fuzz, y después Mansize Rooster, canciones alegres, de gran fuerza, que funcionaron como una perfecta introducción para un público que ya estaba al borde de la algarabía. La explosión llegó y Supergrass interpretó Alright en vivo por primera vez en Argentina, esa oda perfecta a la juventud que parece imperecedera, un sencillo que merece estar en el panteón de éxitos que surgen de una inspiración que parece ex nihilo. Para muchas bandas podría ser difícil seguir después de tremendo momento, pero para Supergrass, que tiene su espectáculo digerido con profesionalismo, saltar a Lose It y luego a Lenny parece un pasaje natural que no pierde el entusiasmo de su encandilado y agitado público. Strange Ones, otro de los grandes temas de la banda que da cuenta de la versatilidad de Supergrass y de por qué I Should Coco fue un disco que despertó tantos aplausos, desató también todo el júbilo de un público que antes de que se anunciara la reunión y la gira sudamericana nunca había imaginado que vería al grupo por estas latitudes. A Sitting Up Straight, otro éxito instantáneo amado por todos, le siguen She’s So Loose y luego We’re Not Supposed To y Time, temas cortos de rebelión juvenil que van dando cuenta de las distintas influencias de la banda, un colectivo que recorrió caminos tan disímiles como el punk de Buzzcocks y The Jam, el rock folklórico de The Kinks, el ska de Madness y el pop de Supertrump, todos reformulados por la vertiente britpop y el espíritu rebelde de los noventa. Sofa (of My Lethargy) rompe con los temas cortos para construir una balada pop con destellos psicodélicos sobre la soledad con un solo instrumental en el que se destacan los teclados de Rob Coombes, el hermano mayor de Gaz. La nostálgica Time to Go funcionó como el tema perfecto para cerrar el concierto, concluyendo así el convive principal para dar paso a otro recital completamente distinto pero a la vez una continuación de una historia, en el que Supergrass revisitó algunos de sus mejores temas de sus otros cinco discos de estudio.
Richard III, la mejor canción de In It for the Money (1997), la segunda placa de la banda, fue la encargada de enloquecer al público abriendo la segunda parte del recital, para seguir con una balada dirigida por la guitarra de Gaz, Late in the Day, del mismo álbum. St. Petersburg, del quinto disco, Road to Rouen (2005), continuó el ritmo más apaciguado del concierto, que tuvo a Mary y Moving como corolarios, este último uno de los temas más apreciados del grupo y ambos por supuesto pertenecientes al tercer álbum, Supergrass (1999). El cierre de esta segunda parte del show y de su recorrido por la discografía tuvo como protagonista a la contundente Grace, himno de Life on Other Planets (2002), cuarto trabajo de la banda de Oxford.
A ese vendaval le siguió un pequeño descanso para que el público aliente y demuestre su lealtad a la super hierba. “Vamos Supergrass” sonó fuerte y claro, al igual que en distintos momentos del recital, para que el colectivo salga nuevamente a escena, renovado, para tocar sus dos últimas canciones, Sun Hits the Sky, del segundo disco, y Pumping on Your Stereo, del tercero, cerrando finalmente una noche perfecta que coronó una mitad de año de muchos buenos recitales con entradas caras difíciles de afrontar para el trabajador promedio.
Supergrass en C Art Media. 29-08-25.
Gaz Coombes: voz y guitarra.
Mick Quinn: bajo.
Danny Goffey: batería.
Rob Coombes: teclados.