Deberías Venir Conmigo Ahora, de M. John Harrison

Vestigios de una nueva era

Por Martín Chiavarino

En los cuentos que componen Deberías Venir Conmigo Ahora (You Should Come With Me Now, 2018), el escritor británico M. John Harrison conduce al lector con una animosidad cartográfica hacia un futuro atemorizante por su cercanía, distópico, producto de los cambios culturales alrededor de las catástrofes naturales y de los desastres obra de la continua erosión del tejido social por parte de la acción del homo corporativo, haciendo hincapié en las metamorfosis que la tecnología induce en el comportamiento comunitario y en el uso de la técnica como forma de ver y accionar en el mundo. En este sentido, Harrison enfatiza en estos cuentos cómo la transformación de todo en mercancía degrada al ser humano en su comprensión del mundo, sesgando su visión hacia un solo aspecto de las interacciones colectivas, proyectando así un mundo cada vez más opaco, con menos sustento y profundidad.

 

Con el subtítulo de Historias de Fantasmas, que alude a los espectros que su literatura genera, esta antología del autor de El Curso del Corazón (The Course of the Heart, 1992) recorre temas diversos en cuentos breves que construyen capas de la nueva sensibilidad del futuro próximo, historias que rompen con la cotidianeidad del porvenir para generar una reflexión sobre lo que viene. Harrison nos adentra en lo desconocido a través de retazos de algo consabido que se va volviendo cada vez más extraño a medida que sus tramas avanzan inexorablemente hacia lo aterrador. No un terror que impresiona o asusta sino un espanto que ratifica los peores vaticinios.

 

Los cuentos de Harrison no remiten al imaginario típico de la fantasía o la ciencia ficción, no conducen a planetas desconocidos, aventuras por el espacio, ni se sumergen per se en los cambios tecnológicos, sino que aluden a ellos lateralmente, desde los márgenes de los géneros. Aquí no hay magia o seres mitológicos, sino más bien algo extraño que no cuadra con la realidad, que perturba a los protagonistas y al relato, sin que ni los personajes ni el lector sepan muy bien qué es lo que los persigue y los agobia. Con una prosa simple Harrison pone en funcionamiento engranajes complejos que estimulan la imaginación con un ingenio pleno de una nostalgia agria.

 

En relatos como En Autotelia, Harrison indaga en un acontecimiento natural y cotidiano de Inglaterra, como una combinación de un tren a otro, para narrar una de las mejores historias de la antología. Allí una doctora se cruza con un procurador en diversos viajes hacia el continente europeo en un relato sobre la visión imperialista del mundo en la era de las corporaciones. En la literatura de Harrison no hay grandes definiciones, descripciones extensas sobre el futuro, solo reflexiones desde el nuevo sentido común, sutiles indicaciones que conducen hacia una percepción distópica del mundo.

 

En El Buen Detective, la búsqueda de personas a las que se conoce fugazmente en el transporte público o en la calle se convierte en el modo de vida de un investigador privado que observa la decadencia del tejido social de Londres a través de personas que huyen de sus vidas, que se esconden de sí mismos en su subconsciente para ser fácilmente encontrados por cualquiera que se lo proponga, seres que buscan algo que no pueden encontrar en sí mismos en la mirada del otro al que no conocen, sobre el que proyectan sus propios anhelos y miserias, para construir una relación ficticia que se convierte en la obsesión de reencontrar a esa persona para evocar un fugaz momento perdido en el tiempo. Un buen ejemplo de la mirada de Harrison, un vistazo efímero de lo que podría ser, o de lo que realmente es y nos engañamos en creer que aún es aquello que pensamos que es, para calmarnos y decirnos que el mundo sigue siendo aquello que aún comprendemos.

 

En Psicoarqueología, un cuento breve pero extraordinario, la industria del patrimonio ha descubierto que mediante del estudio del ADN se pueden buscar los restos de la realeza en prácticamente cualquier lugar, generando así una exploración desenfrenada por Gran Bretaña de estos restos que ya no significan nada, pero que dan el sustento a una nueva rama de la arqueología, en un cínico relato sobre absurdos posibles de un futuro tan descabellado como plausible.

 

Uno de los mejores relatos de Deberías Venir Conmigo Ahora es La Crisis, un cuento sobre una invasión a Londres desde otra dimensión por parte de unos extraños seres, los iGhetti, una gelatina astral que todo lo cubre con sus viscosos tentáculos. En esta historia Londres se ha convertido en un lugar lúgubre y desolado, habitado por los iGhetti, que impiden el desarrollo normal de la economía y del capitalismo financiero en el centro de la capital inglesa. En esta guerra subterránea contra una gelatina que se expande por toda la ciudad, los científicos han descubierto en su impotencia ante el invasor que ciertas personas son más proclives que otras a adentrarse en el plano astral de los iGhetti, por lo que son enviados mediante un tratamiento químico allí para descubrir si son nuestros enemigos, cómo combatirlos y averiguar si es posible comunicarse con ellos. A través de la historia de un viajero, el relato avanza sobre este nuevo mundo en el que todo parece perdido y la desolación se ha apoderado del corazón de los hombres, más allá del resultado de una guerra que se lleva gestando desde hace siglos sin que la humanidad lo sepa.

 

En Cave y Julia, un periodista cultural y una mujer famosa por una tragedia, acusada del asesinato de su hermano menor y acosada por la exposición mediática de su fracaso como actriz en el cine y dos desastrosos matrimonios, se conocen en una ciudad portuaria posindustrial en franco deterioro reconvertida en paseo gentrificado de galerías de arte y restaurantes para el turismo de la clase media alta. Allí comenzarán una relación que llevará a la mujer a revelar detalles de su tragedia, para correr el velo sobre el misterio de la desaparición de su hermano de ocho años cuando ella tenía quince en unas misteriosas ruinas que surcan agujeros que conducen a cavernas subterráneas inexploradas, las cuales desembocan en el mar. El misterio de la atracción y de unas ruinas con una historia oculta son el escenario de una indagación sobre la urgencia de la vida, de renunciar a todo, de abandonarse y emprender un viaje que solo uno puede realizar y que, por supuesto, tiene un destino desconocido y aterrador. Otro gran ejemplo entre los más de cuarenta relatos de esta compilación que incluye reseñas imaginarias, visiones del paso del tiempo, invasiones extraterrestres y fantasmas que nos acosan desde el inconsciente para volverse peligrosamente reales.

 

El tema más recurrente de la literatura del autor de Nova Swing (2006) es la soledad, una triste melancolía que puebla cada relato, una mirada a lo que queda después de la devastación, un vacío en el corazón que se expande sin remedio ante el recuerdo de lo perdido. Esta soledad entronca con una crítica mordaz al capitalismo y a las consecuencias culturales y económicas de este sistema de explotación tan absurdo como obsceno. Si hay una conexión entre todos los relatos es la de un adentro y un afuera, un lugar donde habitan los que aún se mantienen dentro del sistema y un afuera donde ha sido relegada la mayoría desposeída. Este lado y el otro es una demarcación entre dos mundos que aún se conectan pero que cada vez se separan más, una alusión a la división entre los que aún pueden consumir y los que ya solo pueden pensar en la supervivencia. Dos caras de una misma moneda que teme a la otra en una descripción aguda de la realidad social en que vivimos y sus posibles ramificaciones futuras.

 

Relatos secos, de mundos íntimos que se desmoronan en un entorno donde los sentimientos han sido estandarizados, controlados y categorizados por la psicología y las ciencias del comportamiento. Pero en estos mundos las emociones contenidas afloran para estallar y revelar nuevas formas de relacionarse, extrañas, exóticas, sin brillo, pero imperiosamente reales. Si hay algo que cada uno de los cuentos de Harrison deja en el lector es una melancolía descorazonadora de todo lo que hemos perdido, del presente que se desvanece mientras las penurias del futuro próximo se materializan como pesadillas que se vuelven realidad.

 

Como acertadamente expone la contratapa, el libro de Harrison es una antología de relatos breves que construyen una arqueología del futuro narrada en segunda persona por un investigador que ausculta el futuro a través de fabulas, reseñas, cronologías apócrifas y parodias surrealistas en las que lo incorpóreo se mezcla con la cruda realidad. Cada cuento lleva al lector por caminos sinuosos, unos suburbios abandonados a su suerte, para narrar cómo los cambios del futuro próximo han reformulado las relaciones y cómo el capitalismo mantiene su auge en medio de la desolación más absoluta.

 

Deberías Venir Conmigo Ahora: Historias de Fantasmas, la última antología de relatos de M. John Harrison que compila una labor de quince años, fue publicada en castellano por la editorial independiente argentina Interzona, en su colección Línea C, que ya ha publicado Preparativos para el Viaje, otra antología de relatos del mismo autor, y varias obras del escritor de ciencia ficción polaco Stanislaw Lem, como Ciberiada (1967), El Congreso de Futurología (1971) y Memorias Encontradas en una Bañera (1961). La exquisita traducción del escritor Tomás Downey tiene la particularidad de hacer hincapié en la gramática castellana con la acentuación y el léxico argentino en lugar del neutro o español que suelen utilizar los traductores literarios, generando una familiaridad y una complicidad con la prosa de Harrison para el lector argentino. Deberías Venir Conmigo Ahora es una invitación a adentrarse en la narrativa de M. John Harrison, un autor que propone explorar territorios desconocidos y futuros posibles para encontrar emociones liminales en los intersticios de la realidad y la fantasía.

 

Deberías Venir Conmigo Ahora: Historias de Fantasmas, de M. John Harrison, Interzona, 2021.