La Habitación de al Lado (The Room Next Door)

Vivir y dejar morir

Por Martín Chiavarino

Si bien Pedro Almodóvar es reconocido y aclamado como el director transgresor y contracultural de sus primeras películas de la década del ochenta y principios de los noventa, desde Volver (2006) sus obras se han vuelto más introspectivas y formales, sin renunciar a los personajes marginales y los argumentos reveladores de un contexto sociocultural español en el que las distintas expresiones emergentes comunales, artísticas y sexuales exploran la ruptura de la hegemonía de la intolerante derecha católica ultraconservadora que primaba durante la opresiva y asfixiante dictadura franquista.

 

Con La Habitación de al Lado (The Room Next Door, 2024), Almodóvar hace un tardío debut en el cine estadounidense con una historia potente, de raigambre literaria, basada en la aclamada novela de la escritora norteamericana Sigrid Nunez, What are You Going Through (2020), traducida en España por Mercedes Cebrián como Cuál es tu Tormento (2021) para la prestigiosa editorial independiente española Anagrama.

 

Ingrid (Julianne Moore), una escritora consagrada que acaba de regresar a Nueva York para la presentación y firma de ejemplares de su último libro sobre el miedo a la muerte, se entera por casualidad de que una querida amiga y colega suya, Martha (Tilda Swinton), una corresponsal de guerra con gran experiencia, se encuentra internada en un hospital con un pronóstico poco alentador en medio de un tratamiento experimental contra el cáncer. La enfermedad de Martha vuelve a unir a las dos mujeres separadas por la vida, que muchos años atrás coincidieron en una publicación neoyorkina, compartieron amantes y entablaron una duradera y profunda amistad.

 

En esta adaptación literaria escrita y dirigida por el realizador de La Mala Educación (2004) ambas mujeres enfrentan al gran monstruo al que le han temido toda su vida y le abren su corazón a la otra, especialmente Martha, que al borde de la muerte le cuenta a Ingrid su fracaso como madre, sus experiencias como corresponsal de guerra en los peores conflictos bélicos de los últimos treinta años y su deseo de terminar con el sufrimiento causando por la enfermedad. Martha ha sido testigo de masacres y fratricidios en distintas contiendas para finalmente caer derrotada en una guerra en la que no puede ganar, la batalla contra el cáncer, conflicto que se libra en su propio cuerpo y que la consume todos los días, postrándola de dolor y depresión. Ante las aciagas perspectivas que los tratamientos experimentales le deparan con sus inciertos resultados, Martha decide encarar un plan para poner un digno final a todo el asunto. Compra una píldora ilegal en la dark web para matarse, alquila una imponente casa en un bosque cercano a Woodstock y les pide a sus amigas que la acompañen en esta última y radical decisión. Tras la negativa de todas sus amigas más cercanas, Martha recurre a Ingrid, que se ha convertido en su más cercana relación en esta etapa y que tras una renuencia inicial accede a los deseos de su amiga.

 

En La Habitación de al Lado el director manchego aborda la relación de los personajes con la muerte y lo que la cercanía de la muerte genera, a través de diálogos, reflexiones y una trama lúgubre pero de pequeñas luminiscencias. Ante la inminencia de la muerte, Martha, que ha convivido con la parca siempre cerca, decide que es momento de finalizar la vida. Pero suicidarse implica el proceso para preparar semejante escenario y antes de matarse primero desea apreciar un poco la vida, disfrutar de una casa en el bosque, del aroma y el sabor del café recién hecho, del cantar de los pájaros en la mañana, del calor de los rayos del sol, de la nieve rosa, de películas que la alejen de su cometido, como la comedia de Buster Keaton Siete Ocasiones (Seven Chances, 1925), o que la acerquen a ello, como Los Muertos (The Dead, 1987), la adaptación cinematográfica de John Huston del último cuento de Dublineses (Dubliners, 1914), una de las obras más extraordinarias y melancólicas del escritor irlandés James Joyce, y la última realización de Huston, estrenada poco después de la muerte del director. Las últimas palabras de esta obra recorren toda la película como un réquiem sobre el ocaso que se aproxima.

 

Si para Martha la muerte es la posibilidad de dar un paso hacia esa instancia que la ha acompañado durante toda su vida, para Ingrid, una mujer que acaba de escribir un libro sobre la dificultad de aceptar la muerte, acompañar a Martha es una forma de enfrentar su miedo más profundo y arraigado. La muerte significa el olvido, por lo que para Ingrid escribir sobre las experiencias de Martha, heredar su diario, por ejemplo, es lo más importante para poder procesar esta experiencia, así como narrarle a la hija que su madre no la alejó de su padre sino que fueron las experiencias de su padre en Vietnam las que lo alejaron de Martha y su hija.

 

Como contrapunto de estas dos mujeres aparece Damian (John Turturro), un ensayista e investigador especializado en el cambio climático con un gran pesimismo sobre el futuro de la raza humana y de la vida sobre la Tierra tal cual la conocemos ante el avance de las ideas neoliberales de la ultraderecha. La alteración de Damian ante la situación geopolítica y de Ingrid ante la posibilidad de encontrar a su amiga muerta en cualquier momento contrastan con la calma de Martha después de tomar su decisión más difícil y definitiva.

 

La película de Almodóvar, ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia, pone sobre la mesa distintas cuestiones candentes hoy por hoy en Estados Unidos y en el mundo, como la eutanasia, el cambio climático, la eficacia de los tratamientos experimentales, el significado de la amistad, la apreciación de los pequeños placeres de la vida y la cuestión de la muerte en la cultura occidental.

 

En La Habitación de al Lado también tiene una importante preeminencia el significado de las palabras como conceptos vivos. Martha le aclara a Ingrid que no necesita alguien que la asista en su decisión sino alguien que la acompañe en su camino, lo cual trae a colación el concepto de la amistad. A pesar de que Ingrid y Martha no se veían desde hace años, la situación de Martha conmueve a Ingrid, que decide pasar tiempo con su amiga, recuperando todo el vigor de la relación entre ambas e incluso convirtiéndose en la única persona que la acompaña en sus últimos momentos y su decisión final.

 

Almodóvar logra aquí un equilibrio entre la profundidad de los temas que trata, combinando la sutileza que lo caracteriza con el discurso explícito que impone la cultura política actual, proponiendo retrospectivas homologadas a señales intertextuales propias del realizador y gestos varios al cine de Ingmar Bergman, especialmente Persona (1966), y más precisamente a la fotografía del director de fotografía del film de Bergman, Sven Nykvist. A pesar de dejar de lado gran parte de las referencias cinematográficas de Nunez en la novela, por ejemplo al cine de Hitchcock, a Yasujirō Ozu, del que menciona Cuentos de Tokio (Tōkyō Monogatari, 1953), y a la última obra de la realizadora independiente belga Chantal Ackerman, No Home Movie (2015), Almodóvar logra un balance entre el grado literario y el cinematográfico al proponer un diálogo con Magnolia (1999), de Paul Thomas Anderson, y All That Jazz (1979), de Bob Fosse, dos films en los que la muerte tiene un rol preponderante.

 

Contradictoriamente, pero siguiendo el derrotero de sus personajes, Almodóvar por primera vez abandona su tono prosaico para dejar que su cine vuele poéticamente sobre territorio desconocido, aprovechando la conexión extraordinaria de sus dos protagonistas femeninas, Julianne Morre y Tilda Swinton, que realizan una labor maravillosa en este film que busca resaltar la femineidad en la mujer después de los sesenta. En este sentido, la ropa y especialmente el maquillaje resultan esenciales en cada toma y cada plano, ya sea cuando la fotografía de Eduard Grau hace hincapié en el rojo furioso del pintalabios de ambas o cuando carecen de maquillaje y sus rostros descarnados se apoderan de la pantalla para mostrar el semblante femenino en toda su dimensión.

 

La música lánguida de Alberto iglesias es el corolario de las capas significantes que se apilan unas sobre otras para crear un melodrama de gran profundidad y emotividad que sensibiliza al espectador sobre la muerte. La Habitación de al Lado es una película que además funciona como una pieza de la batalla cultural y por lo tanto tiene una gran actualidad. No es casual que se estrene poco antes de unas elecciones en Estados Unidos que enfrentan a dos ideas muy distintas de país. Almodóvar es un gran luchador y su cine ha sido siempre la punta de lanza para la discusión con el conservadurismo, especialmente el español, con el que ha convivido toda la vida, ahora resaltando que es necesario enfrentar también a las nuevas manifestaciones de la ultraderecha, esas que con ropajes liberales buscan ocultar su núcleo conservador que pretende regresar a un pasado idealizado del Siglo XIX con un Estado garante de los derechos del gran capital, lo que significaría una clausura de los derechos para el grueso de los trabajadores que aceleraría la transferencia de la riqueza de los obreros a los especuladores financieros y los empresarios, planteo a su vez equivalente a un despojo masivo y a una catástrofe de escala global.

 

La Habitación de al Lado (The Room Next Door, España/ Estados Unidos, 2024)

Dirección y Guión: Pedro Almodóvar. Elenco: Tilda Swinton, Julianne Moore, John Turturro, Alex Høgh Andersen, Alessandro Nivola, Esther McGregor, Melina Matthews, Juan Diego Botto, Victoria Luengo, Sarah Demeestere. Producción: Agustín Almodóvar. Duración: 107 minutos.

Puntaje: 9