Cómo Entrenar a tu Dragón (How to Train Your Dragon, 2010), obra escrita y dirigida por Chris Sanders y Dean DeBlois a partir de la novela homónima de 2003 de la británica Cressida Cowell, no sólo comenzó la franquicia más taquillera de DreamWorks luego de la saga inaugurada por Shrek (2001), de Andrew Adamson y Vicky Jenson, sino que además constituye un verdadero oasis en lo que respecta a la animación estadounidense porque la historia del descubrimiento recíproco entre un joven vikingo, Hipo (Jay Baruchel), y un dragón al que adopta como mascota, bautizándolo Chimuelo, poseía una complejidad, un encanto y una riqueza simbólica que en el Siglo XXI están desaparecidas en el mainstream cinematográfico global, enclave que apunta a la repetición y a la banalidad como únicos horizontes creativos dentro de una cosmovisión que privilegia el marketing para bobos por sobre cualquier dinámica intrínseca de los relatos. Abogando por una perspectiva humanista sobre el mutuo entendimiento cuando se comparte el cariño por la vida y por el bienestar general, la película construyó un mundo perfectamente coherente con dramatismo y gran imaginación y sin evitar temáticas siempre vigentes como la amistad, la convivencia entre diferentes, la paternidad, el belicismo, la idiosincrasia masculina, ese infaltable conflicto intergeneracional, la cosificación de lo salvaje y el papel crucial del miedo y la paranoia en el intercambio social porque lo ajeno demonizado tiende a justificar todo ciclo de violencia.
Apuntalada en un diseño caricaturesco maravilloso de personajes, excelentes secuencias de acción, un estupendo trabajo vocal de Baruchel y certeros y graciosos diálogos destinados al espectador adolescente o adulto pensante, con Chimuelo detentando rasgos animales y por ello a veces comportándose como un perro y en otras oportunidades como un gato, la propuesta combinaba la faena de aventuras con el estudio en torno a la aceptación y la comprensión del prójimo, tanto en lo referido a los otros seres humanos símil Hipo, un paria dentro de la comunidad de vikingos de la Isla de Berk, como en lo que respecta a la naturaleza en sí en sintonía con el propio Chimuelo, lo que implica ir un paso más allá de la tolerancia y volcarse al respeto real y duradero. Desde la década del 90, específicamente desde El Libro de la Selva (The Jungle Book, 1994), de Stephen Sommers, y 101 Dálmatas (101 Dalmatians, 1996), de Stephen Herek, Disney viene rodando remakes en live action de sus películas animadas más reconocibles y hoy por hoy DreamWorks se suma a la moda a posteriori de las secuelas reglamentarias, las asimismo muy buenas Cómo Entrenar a tu Dragón 2 (How to Train Your Dragon 2, 2014) y Cómo Entrenar a tu Dragón 3 (How to Train Your Dragon: The Hidden World, 2019), ambas de un DeBlois solitario que también se encarga de la odisea que nos compete, Cómo Entrenar a tu Dragón (How to Train Your Dragon, 2025), un espejo correcto aunque muy intrascendente del insuperable film original.
Hipo está interpretado por Mason Thames y vuelve a ser el asistente del herrero de Berk, Bocón (Nick Frost), y el hijo del líder de la isla, Estoico, el Vasto (Gerard Butler aporta la anatomía del personaje así como anteriormente hizo lo propio con la voz en las epopeyas animadas). El muchacho es la oveja negra del lote porque todos los vikingos son grandes cazadores de dragones, la “peste” del lugar, y nuestro protagonista no puede esquivar su torpeza y su condición de alfeñique adepto a la comicidad cáustica y antichauvinista, sin embargo logra atrapar un ejemplar de la raza menos conocida de dragón, Furia Nocturna, y de a poco descubre que el miedo del susodicho es mayor al pavor de esos seres humanos enardecidos que acechan y matan a los animales desde la ceguera lunática de siempre, por ello Hipo y Chimuelo se hacen amigos mientras Estoico parte en una expedición de cacería y Bocón entrena a los adolescentes de Berk como futuros verdugos de dragones, entre ellos el interés romántico del púber, Astrid (Nico Parker). Como podía esperarse, estamos frente a una remake bien ortodoxa, escena por escena, diálogo por diálogo y diseño de dragón por diseño de dragón, no obstante Hollywood se las ingenia para alargar innecesariamente el metraje casi media hora más a través de algunos detalles superfluos que por lo menos no llegan a molestar, casi siempre en función de chistes, desarrollo de personajes secundarios y/ o escenas de acción que son “engordadas” en materia de su hermosa espectacularidad.
DeBlois, por cierto también responsable de una recordada concert movie sobre la banda islandesa Sigur Rós, Heima (2007), y de un producto muy famoso para Disney que en este mismo año tuvo su remake en live action a cargo de Dean Fleischer Camp, Lilo & Stitch (2002), por suerte en nuestra Cómo Entrenar a tu Dragón utilizó títeres durante el rodaje y la movida generó buenas actuaciones en general, así las cosas Thames, conocido por haber protagonizado junto a Ethan Hawke El Teléfono Negro (The Black Phone, 2021), de Scott Derrickson, imita sin medias tintas a Baruchel, Butler reproduce al dedillo lo hecho en la trilogía animada y finalmente Frost, famoso por sus colaboraciones con Edgar Wright y Simon Pegg, se luce reemplazando a Craig Ferguson en el rol de Bocón, sin que el resto del elenco consiga destacarse en tanto sombras pálidas de una animación que ya lucía como live action por la riqueza de la fotografía de Gil Zimmerman y Roger Deakins para el opus de 2010. Por suerte aquí se retiene el sustrato animalizado de Chimuelo y no transforman al ejemplar de Furia Nocturna en una criatura humanizada estándar a lo Disney, y asimismo es de destacar el adorable mutualismo entre Hipo y el dragón, el muchacho construyéndole la aleta que le falta a su cola y haciendo que pueda volar únicamente con él sobre su lomo para desplegar la prótesis cuando corresponda, amén del emparejamiento del final cuando Hipo pierde su pie izquierdo en la batalla contra un dragón enorme de índole parasitaria…
Cómo Entrenar a tu Dragón (How to Train Your Dragon, Estados Unidos/ Reino Unido, 2025)
Dirección y Guión: Dean DeBlois. Elenco: Mason Thames, Gerard Butler, Nick Frost, Julian Dennison, Nico Parker, Gabriel Howell, Bronwyn James, Harry Trevaldwyn, Peter Serafinowicz, Ruth Codd. Producción: Dean DeBlois, Marc Platt y Adam Siegel. Duración: 125 minutos.